El ridículo nos desenmascara

Ante la poca vergüenza, si es que le resta alguna, de nuestro mandatario Sánchez persiguiendo a la esfinge de cera del presidente de los Estados Unidos, como si en el corredor de los 29 pasos se nos hubiera quedado alguna cláusula pendiente de aquel humillante tratado de París de 1898, o para pedirle al primo de Zumosol que ate en corto fronterizo a sus famélicas, y a la fuerza desocupadas huestes africanas del orondo Mohammed VI, no vaya a ser se líe otra redundante Yihad yendo por libre, sin Saladino, sultán otomano o Jomeini que la provoquen en nombre del Corán.Obviamente en la OTAN hemos quedado los españoles peor que en aquellas Cuba y Filipinas tan lamentadas y lloradas por los noventayochocentistas. A buenas horas la Francia poscolonial magrebí, Italia lindante histórica con Libia y Túnez, o la orgullosa Turquía, estratégica entre tres continentes van a andar bufoneando palmaditas en la espalda del envarado soberano de Occidente en plan amigacho Chiquito de la Calzada, cuando ya le han dicho a tu Ministerio de Exteriores que lo tuyo bilateral es asunto menor y que la tarjeta de baile de Mr. President, está completa, entre otras razones porque Joe Biden a sus 78 años tampoco anda para muchos pasodobles, y hay que dosificarlo hasta que venga Kamala Devi Harris.

Ante semejante ridículo han querido tapar el roto diplomático con el zurcido de quitarnos la mascarilla, al menos en la calle, monte y playa, y encima con retraso porque Macron, quien sí se pegó el vals de las principiantes con Biden, se nos ha adelantado, y al pasito que vamos (prometer hasta meter) se la quitan antes en Zulandia. Incluso anunciando la propina malabarista de reducirnos algún impuesto sin que gane el consumidor ni pierdan las Eléctricas.

Según mis fuentes valencianas, la Generalitat queda dividida: si, por Ximo Puig fuera, habríamos dejado la "mascareta" de exteriores hace ya una semana, pero la consellera Barceló quiere seguir siendo la más guapa del baile de los enmascarados; mientras que los catalanes esperan que meta la pata Madrid para después arremeter independencias contra inútiles centralistas (si salen con bozal San Antón, y si se lo quitan, la Purísima Concepción); o vascos y navarros, según sus estadísticas, no están por la labor y pueden desobedecer; y así podríamos seguir pespunteando el mapa de las indecisiones según comunidades y la margarita de cada cual. De hecho, el propio Ministerio de Sanidad, que no tiene más trabajo que un ambulatorio comarcal, echa decretos fuera pasándole la decisión última a las comunidades autónomas, más allá de las providencias unívocas y de demostrada autoridad que debiera haber tomado desde el principio de la pandemia.

Puig y la presidenta balear la "copera" Francina Armengol, se han montado un aplec fuera de la órbita centralista del fontanero-controlador Ábalos

Y como eso del periodismo manda consultar diversas fuentes, me he ido a científicos y profesores universitarios, alguno ya lo hemos entrevistado aquí en ESdiario, amén de expertos en plagas, virus y otros desastres pandémicos. Me aseguran que lo gordo ya ha pasado y la necesidad de la mascarilla perenne también, aunque no avalan futuro cuando nos amogollonemos de nuevo, como sucede desde hace tantas noches con parte y arte de la marchosa juventud saltándose la norma y el fuego invisible, cuando precisamente ellos/as siquiera tienen la primera vacuna, pero sí la irresponsable y altanera eventualidad, cruel e imperceptible, de trasladar la muerte.

Como dijo el poeta jienense: "no se engañe nadie, no, pensando que ha de durar más que duró lo que vio", y ese es el único alivio que nos consuela medianamente pensando que a Pedro Sánchez le queda menos tiempo de gobernanza del que ya lleva castigándonos. Por algo Ximo Puig y la presidenta balear la "copera" Francina Armengol, se han montado un aplec fuera de la órbita centralista del fontanero-controlador Ábalos. Y si el Levante feliz socialista-republicano no han convocado también a Pere Aragonès, doméstico del preso Junqueras, es porque al también Molt Honorable (aquí Honorables son todos, incluido el andorrano), no pudieron convencerle para que baje el pistón independentista y retador a cambio de los indultos, a los que ya se les buscarán sinónimos con que contentar a la tropa estelada.