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Protesta contra los fondos buitre en la sede del Banco Sabadell

Un grupo de inquilinos en riesgo de exclusión social denuncia que la pasividad del banco para renovar sus contratos se debe a su interés por vender las viviendas a un grupo inversor

Protesta contra los fondos buitre en la sede del Banco Sabadell

Publicado por
David Monllor

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El sindicato de inquilinos del barrio Carolinas de Alicante se ha personado esta mañana en la sede central del Banco Sabadell (antigua CAM) para negociar la renovación de los contratos de alquiler social que afectan a personas en riesgo de exclusión.

Según informa el sindicato, la reunión ha sido posible gracias a la protesta convocada el pasado 21 de mayo, que exigía precisamente un proceso de negociación. Recientemente, SOLVIA, la inmobiliaria de la entidad bancaria, ha informado a los inquilinos que no se les renovará el alquiler, si bien les ofrecen una opción: vender sus pisos a precio regalado. Muchas de sus viviendas han sido negociadas a cambio de la dación de pago, como consecuencia de lo acordado durante la crisis entre 2008 y 2014.

Su lucha es contra unos fondos buitre que funcionan de la siguiente manera: compran miles de viviendas a los bancos por precios por debajo del mercado, con la intención de librar a las entidades financieras de los activos tóxicos que vienen acumulando desde la crisis económica de 2008. El banco nunca se hace cargo del total de viviendas, por lo que se deshace de ellas, mientras que los fondos obtienen una alta rentabilidad.

"Me impiden pagar la renta"

Entre los vecinos presentes reinaba la intranquilidad por no saber qué va a ser de su hogar y de ellos, que simplemente quieren renovar el contrato para no vivir en la calle. Mari Carmen, una de las afectadas, afirma que ha estado solicitando un contrato pero no recibe respuesta: "Quiero seguir pagando pero no tengo número de cuenta donde ingresar el dinero. No hay derecho a que nos quieran echar de casa cuando queremos pagar".

Los inquilinos también han acusado la falta de viviendas sociales. A Teresa, otra vecina que ha venido a protestar, le han llamado muchas veces para ofrecerle ayuda económica a cambio de dejar su piso. "Con mil euros no voy a ninguna parte", confiesa. Aun así, tiene esperanza en la renovación de sus contratos: "Nunca esperé que fuéramos a llegar hasta aquí, a negociar directamente con el banco. Somos gente honesta y seguiremos luchando".