El empresario víctima de J. L. Moreno lleva al Vaticano sus proyectos solidarios
El emprendedor y escritor argentino Alejandro Roemmers, presuntamente estafado por el productor televisivo José Luis Moreno, presenta dos programas culturales y de promoción social
Alejandro Guillermo Roemmers es un empresario y escritor argentino cuyo nombre saltó hace semanas a los medios de comunicación como consecuencia de haber sido estafado –presuntamente, de momento- en una abultada suma millonaria por el productor televisivo José Luis Moreno. Pero, pese al daño moral producido por alguien en quien había confiado para desarrollar un ambicioso proyecto, Roemmers ha decidido dejar que se ocupen del asunto sus asesores jurídicos, mientras él continúa con lo que le llena: la literatura y el mecenazgo. Precisamente los dos ámbitos que justifican su presencia en la Ciudad del Vaticano el próximo mes de septiembre para hablar –en el encuentro ‘Vivir y mirar el mundo como un Poema Bellísimo’ que organiza la Orden de Frailes Menores Franciscanos- sobre su libro El regreso del Joven Príncipe, y el Proyecto Agropecuaria San Francisco que financia en Mozambique (“El dinero es energía, lo que importa es lo que haces con él”, tiene Alejandro como lema). Esta y otras muchas acciones de mecenazgo le han sido reconocidas recientemente por el Consejo Social de la Universidad Miguel Hernández (UMH) con el premio Relevancia Social que se concede anualmente.
El escritor argentino hablará, en un acto que se desarrollará en el Salón de los Sínodos del Vaticano, sobre su motivación literaria. Si El Principito es un libro universal, traducido a 180 idiomas, debido a que su lenguaje también es universal, Alejandro Roemmers nos ha regresado al Joven Príncipe porque –según explica- “En un mundo devastado por la guerra, que iba perdiendo aceleradamente la inocencia y la alegría de vivir, un intrépido aviador francés, Antoine de Saint-Exupéry, escribió un alegato contra la tristeza y la desilusión, frente a una época que parecía olvidar la sencillez del corazón y la espiritualidad esencial del hombre” y que fueron probablemente, más que cualquier ráfaga enemiga, las causantes de su temprana desaparición durante una misión de reconocimiento en el Mediterráneo”.
Roemmers nos dice que, “como muchos otros que han leído El Principito, compartí la pureza de su mensaje y me entristeció junto con Saint-Exupéry cuando ese niño, que había llegado a lo más profundo de mi corazón, se vio obligado a regresar a su asteroide. No comprendí, hasta algún tiempo más tarde, que el odio, la incomprensión, la falta de solidaridad, la visión materialista de la existencia y otras tantas amenazas le habría impedido vivir en nuestro planeta”.
Se pregunta después qué habría sido de “ese niño tan especial si hubiera seguido viviendo entre nosotros. ¿Cómo habría sido su adolescencia? ¿Cómo habría podido preservar la frescura de su corazón?”. Asegura que ha tardado muchos años en encontrar respuestas a estas preguntas “y es posible que las respuestas halladas sólo tengan validez para mí. Pero también pueden servir –y eso espero- para iluminar en parte el camino al niño que lleva dentro cada uno de nosotros”. Y concluye Roemmers con una frase que descubre algo de su personalidad: “Si te sientes solo, si tu corazón es puro, si tus ojos todavía guardan el asombro de un niño, quizás descubras al leer estas páginas que te sonríen otra vez las estrellas y puedas oírlas como si fuesen quinientos millones de cascabeles”.
Agropecuaria San Francisco
En cuanto al proyecto Agropecuaria San Francisco (Experiencia Laudatio Si), se ubica en Jécua, pequeña localidad en el centro de Mozambique, donde los franciscanos de la Custodia Santa Clara de Asís, poseen un campo de aproximadamente 200 hectáreas de buena tierra y clima propicio para el cultivo y la cría de animales.
El sueño del P. Jorge Alberto Bender –promotor del proyecto- es crear una Granja productiva con la presencia de tres hermanos franciscanos para acompañar de cerca el proyecto de auto-sustento. Pretenden que el proyecto tenga una perspectiva de largo alcance y se pueda ir enriqueciendo con la incorporación de nuevos aspectos productivos y en un futuro no muy lejano pueda ser un ámbito de formación en el área agrícola. El objetivo es Granja tecnificada, escuela de formación en el área agrícola, ecoturismo, y turismo solidario.
De momento, Alejandro Roemmers ha iniciado la ayuda con la primera fase, “Agua para todos”, que consiste en dotar a la población de una planta potabilizadora, y una segunda contribución para comprar dos molinos (para soja y trigo), un motocultivador 7 hp. dual y accesorios varios para labranza; instalación y equipamiento para granja de 120 gallinas ponedoras; pocilga para cerdos; y dos tolvas para harinas.
El responsable del proyecto que consiguió ilusionar a Roemmers es fray Jorge Bender (Santa Fe, Argentina, 1958). Ingresó en la Orden Franciscana de los Hermanos Menores en 1976 y fue ordenado sacerdote diez años después. En San Miguel (Buenos Aires), donde era rector y profesor el actual Papa Francisco, realizó sus estudios en la Facultad de Filosofía y Teología, durante los años 1978-1985, y obtuvo el título de Bachiller en Teología. En Roma continuó los estudios de Teología en el Pontificio Ateneo Antonianum, donde obtuvo el grado de Doctorado en Teología con especialidad dogmática en 1995. Fue rector del Instituto Teológico Franciscano. Entre 2006 y 2011 fue formador en el Teologado de la Custodia Santa Clara de Asís en Maputo, Mozambique. Gran aficionado al alpinismo, ha celebrado la Eucaristía en la cumbre argentina del Aconcagua (Mendoza), en el Mercedario (San Juan, Argentina) y otras montañas en los Alpes Dolomíticos. Actualmente vive entregado al proyecto Agropecuaria San Francisco de Jécua porque considera que es su lugar en el mundo y la forma de realizar de la mejor manera su vocación franciscana.