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Alejandro Roemmers, un mecenas en el Vaticano

Bajo el cuadro de la Virgen con el niño en brazos que preside la amplia sala vaticana, el escritor argentino hizo una confesión íntima de su vida, “Con los ojos abiertos del corazón"

De izquierda a derecha: Juan José Sánchez, Alejandro Roemmers y el P. Jorge Bender

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Juan de Oleza / Redacción Orihuela

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La intendencia vaticana es muy cuidadosa a la hora de facilitar cualquiera de sus púlpitos para que alguien, sea clérigo o seglar, se suba arriba a predicar lo que quiera. Pero es que, además, el escenario donde tuvo lugar este encuentro poético y solidario sin precedentes fue, ni más ni menos, que la histórica Sala de Sínodos donde se reúnen los máximos responsables de la Iglesia Católica. El acontecimiento titulado “Vivir y mirar el mundo como un poema bellísimo” estaba organizado por la Orden de Frailes Franciscanos Menores (Custodia Santa Clara de Asís de Mozambique) y tenía un doble protagonismo personal: Alejandro Guillermo Roemmers, empresario, escritor y mecenas; y el fraile Jorge Bender Weidmann. Dos argentinos recientemente unidos por una labor humanitaria que ha empezado ya a dar buenos frutos en Mozambique.Roemmers (“El dinero es energía, lo que importa es lo que haces con él”, tiene como uno de sus lemas), puede considerarse un filántropo en toda la extensión de esta palabra que define a quien practica el amor por la especie humana y a todo lo que a la humanidad respecta, expresada en la ayuda desinteresada a los demás. Vean, si no, simplemente el índice del mecenazgo que viene realizando, en su totalidad o en parte, el empresario argentino: Ruru Semillas de Amanecer (formación de una orquesta infanto-juvenil en Monterrico, Jujuy, Argentina); Fundación Música Para Salvar Vidas (asociación que ayuda a niños y jóvenes ugandeses a recuperar sus valores y salir adelante a través de la música y la danza); Hogar Nazaret, en el Amazonas peruano; Saun (plataforma que sirve de nexo entre personas que desean ayudar y personas que precisan recibir esa ayuda); Liceo Francisco (Paysandú, Uruguay); restauración del Santuario de Ntra. Sra. de Lourdes en los Santos Lugares y ayuda a las familias durante el aislamiento social por la Covid-19; Iniciativa Aunar, UNICEF Argentina…

Por otro lado, Talleres de lectura de la Sociedad Argentina de Escritores; Cátedra Iberoamericana de Industrias Culturales y Creativas (Universidad Miguel Hernández, campus de Orihuela); aportaciones a Médicos sin Fronteras; poesía de Miguel Hernández en el Museo Virtual de Uxart; o el proyecto Economía empoderativa ‘San Francisco’, Jujuy (Argentina). Roemmers ha sido también el autor y alma mater de ‘Franciscus, una razón para vivir’, musical basado en la vida de San Francisco de Asís, que permaneció una temporada en la cartelera del Teatro Broadway de Buenos Aires. Ya me dirán ustedes si -de la mano de las últimas encíclicas del Papa Francisco Laudatio Sí y Fratelli Tutti- no son estos avales suficientes para abrirle la Sala de Sínodos vaticana, en la mismísima Plaza del Santo Oficio.

En cuanto al P. Jorge Alberto Bender, es el promotor de Agropecuaria San Francisco (Experiencia Laudatio Si), un proyecto ubicado en Jécua, Manica, pequeña localidad en el centro de Mozambique, donde los franciscanos de la Custodia Santa Clara de Asís poseen un campo de aproximadamente 200 hectáreas de buena tierra y clima propicio para el cultivo y la cría de animales. El sueño del P. Jorge y sus tres hermanos franciscanos es crear allí la Unidad de Producción Agropecuaria modelo y una Escuela profesional de referencia en el África. Para esta última disponen de cuatro hectáreas y dedicarán a la producción de frutas 50 hectáreas y otras 50 a cereales, cinco a productos hortícolas, diez a viñedo y una hectárea a plantas medicinales. También pretenden destinar 15 hectáreas para vacas y toros, así como otros espacios suficientes para porcino, aviario para pollos, gallinero para patos, pavos, gansos y gallinas, conejos, codornices y hasta un sector de piscicultura, o una reserva natural (50 hectáreas) para gacelas, liebres, animales pequeños y apicultura.

Alejandro Roemmers había iniciado ya hace algún tiempo su ayuda con la primera fase del proyecto, “Agua para todos”, que consiste en dotar a la población de una planta potabilizadora, y una segunda contribución para comprar dos molinos (para soja y trigo), un motocultivador 7 hp. dual y accesorios varios para labranza; instalación y equipamiento para granja de 120 gallinas ponedoras; pocilga para cerdos; y dos tolvas para harinas. Pero durante la presentación del proyecto, expuso el P. Bender que tenían algunas urgencias por cubrir, tales como un vehículo todo terreno, un tractor, una pala excavadora…y que esperaba que se produjera en el futuro algún “pequeño milagro” para seguir caminando. Con su sencilla intervención, el franciscano emocionó a los asistentes hasta el punto de que casi convierte el auditorio en una sucursal de la famosa casa de subastas Christie´s. Nada más terminar, levantaron la mano Daniel Mautone y Eugenio San Gregorio para decir uno que se hacía cargo del vehículo y el tractor, y el otro del gas-oil durante diez años; mientras que Roemmers remató la faena anunciando la aportación de la pala excavadora y demás herramientas necesarias, así como de becas de estudio y alimentación para cien niños. Quedó pendiente el asesoramiento y la formación, pero quién sabe si desde la provincia de Alicante se produce pronto otro “pequeño milagro”, porque éstos –el fraile Bender dixit- aún son posibles.

El acto de este martes en el Vaticano sirvió para comprobar -lejos de cuitas por el ‘caso Moreno’ del que se ocupan sus asesores- que Alejandro Guillermo Roemmers continúa día a día impasible con lo que le llena: la literatura y el mecenazgo. Hay que estar hecho de una pasta especial, es menester ser buena persona para llegar a escribir en uno de los poemas que el propósito de su vida es “hacer el bien aunque me hagan daño” o en otro de los que también leyó: “Es tarde hermano y se nos va la vida/ por un revés y aquél orgullo vano. / Olvida, ven y démonos la mano. / Que se abrace tu herida con mi herida”.

Bajo el cuadro de la Virgen con el Niño en brazos que preside la amplia sala vaticana, el escritor argentino hizo una confesión íntima de lo que ha sido su vida, “Con los ojos abiertos del corazón” era el título de la charla. Entre poema y poema fue desnudándose: “la poesía fue para mí la mejor forma de superar la soledad y el dolor”, “los demonios internos son los que dividen”, “cuanto mayor es la soledad y el dolor, mayor es la felicidad cuando se encuentra a través del amor”. Y, tras afirmar que en estos momentos se considera “el hombre más feliz del planeta”, Roemmers dijo que le gustaría que en su epitafio pusieran: “Dejó un rastro de amor en el silencio”.

El entrañable acto, bajo la coordinación general de la periodista María Teresa Narváez-Delmás, se inició con el poema “Dios te salve, poesía”, música de Fabián Giuri interpretado por Elisabet Luna Dávila, seguido de un saludo de fray Calisto Anastácio Tinga en lengua local africana, y finalizó con “Esta canción es para vos”, letra igualmente de Alejandro y música de Nazareno Andorno. Después, en el hall de la sala de audiencias Pablo VI (Sala Nervi), fue servido un cocktail italo-argentino que estuvo amenizado por Cristian Castro y la presentación especial de Aba Taano, quinteto góspel de la Fundación Música para Salvar Vidas, que ya ha recibido once premios internacionales.