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Agricolae Mundi apoya un proyecto solidario en Mozambique

La Fundación de los ingenieros técnicos agrícolas se presentó en Alicante con el anuncio de su compromiso con Agropecuaria San Francisco, proyecto de cooperación al desarrollo.

El P. Jorge Bender, promotor de Agropecuaria San Francisco

Publicado por
Redacción Orihuela

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Este viernes se ha presentado oficialmente en el auditorio del Grupo Vissum en Alicante la Fundación Agricolae Mundi, constituida por los Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería Agrícola de Alicante, Asturias y Aragón, y a la que está previsto se sumen otros colegios profesionales de España. Intervinieron en el acto el presidente del Colegio alicantino, Miguel Agulló Velasco, que ostenta la presidencia de la Fundación, para explicar los fines de la misma y el compromiso adquirido con el proyecto de cooperación al desarrollo Agropecuaria San Francisco, ubicado en Mozambique. Hablaron igualmente, y expresaron su compromiso con el proyecto, el director de la Fundación, José Antonio Román; y los presidentes de los Colegios de Aragón (Miguel Ángel Aguaviva) y Asturias (Eduardo García Morilla).

También saludaron a los presentes el doctor Jorge Alió, como anfitrión, en nombre de Vissum; y María López, presidenta de la Fundación Alió, que se congratuló de acoger la presentación de Agricolae Mundi y ofreció la colaboración que fuera posible para el proyecto de Mozambique. Rafael Gálvez estuvo al frente de la parte técnica y Belén Estevan Fernández condujo la sesión magistralmente. El codirector de la Cátedra Iberoamericana de Industrias Culturales y Creativas (UMH), Juan José Sánchez Balaguer, habló de la seriedad del proyecto Agropecuaria San Francisco y presentó a su responsable, P. Jorge Bender, quien ofreció, mediante videoconferencia, un resumen de las líneas generales del mismo y explicó el espíritu que anima a los franciscanos de la Custodia de Santa Clara de Asís para la puesta en marcha de esta iniciativa solidaria, que ha contado desde su inicio con el respaldo del empresario, escritor y mecenas argentino, Alejandro Guillermo Roemmers.

El P. Bender resaltó la espiritualidad del proyecto (“Nos acompañan cinco verbos como lema: sembrar, recoger, compartir, involucrar y restituir que expresan lo que deseamos realizar”) y resumió los principios inspiradores del mismo: Trabajo como fuente de realización y dignificación de las personas y las familias. La persona como sujeto de realización y construcción de su historia. Romper con la lógica de asistencialismos paternalistas, creando estructuras solidarias que permitan empoderar al hombre/mujer/familia. Favorecer el desarrollo y permanencia en el propio lugar para evitar la emigración a las grandes ciudades y otras naciones. La Educación como elemento medular que posibilite a todos “desplegar alas”. Fomentar la cultura del encuentro a partir de rostros e historias concretas. Corresponder a la visión de la cultura africana que da una particular relevancia a las relaciones interpersonales.

Tiene muy en cuenta la comunidad franciscana de Mozambique el concepto de la ética africana Ubuntu, “soy porque somos”, para pensar en plural y en constante vínculo con los demás. Y pretenden que, desde el principio, el proyecto se construya con valores humanos, cristianos y franciscanos inspirados en las Encíclicas del Papa Francisco Laudatio Sí (como invitación a cuidar la madre tierra, nuestra casa común), y Fratelli Tuitti, como propuesta para construir vínculos más solidarios y fraternos.

El secretario de Agricolae Mundi, Carlos Fernández, fue el encargado de explicar el estado actual del proyecto y las múltiples posibilidades que ofrece el mismo para que la Fundación de los ingenieros técnicos agrícolas se implique con decisión, como ya están haciendo. Recordó que los frailes franciscanos vienen trabajando desde hace más de 120 años en tierras africanas y ahora ha iniciado el proyecto Agropecuaria San Francisco sobre un campo de 206 hectáreas, ampliables, en la aldea de Jécua, en el centro de Mozambique, provincia de Manica, a una distancia de cerca de 80 km de la ciudad de Chimoio y a 5 km de la frontera con Zimbabue (Machipanda). La zona está atravesada por la Ruta Nacional 6. La altitud varía de 600 a 1000 metros sobre el nivel del mar y los suelos son ferralíticos, el color varía entre rojizo y amarillento. Según las perforaciones realizadas en la zona, la piedra arranca a los 13-14 metros de profundidad.

Tres hermanos franciscanos son los responsables del proyecto: Calisto Tinga, José Manuel Bambo y Jorge Alberto Bender Weidmann (los dos primeros, mozambiqueños y el P. Jorge, que es el promotor, argentino). El objetivo es instalar en el terreno una unidad de Producción Agropecuaria modelo y una Escuela profesional de referencia para toda la región, en base a dos grandes pilares: el desarrollo económico local y la educación de los habitantes de la zona.

El proyecto está dividido en áreas. La agraria comprende: una parcela para liches (10 hectáreas, ya están en el terreno); de macadamias (30 ha); un sector de paltas, mangos y cítricos (10 ha) y otros para producción hortícola (5 ha) y cereales (50 ha): maíz, soja y para elaborar la ración de los animales. Habrá también un viñedo (10 ha) y en este sector destinado está previsto hacer una perforación con bomba y paneles solares, con una torre para cinco tanques de cinco mil litros cada uno, y la posibilidad de agregar otros tres, si fuera necesaria más agua.

En el área pecuaria tienen previsto: 2 pocilgas modernas para 50 cerdas; 1 aviario para 2.000 pollos; 1 aviario para 5.000 ponedoras; 15 vacas (ahora tienen 12) para leche y derivados; cría de conejos, codornices. Piscicultura: 4 estanques para cría de tilapias (con espacio para abrir otros 8 más); 1 reserva (15 ha.) para animales de pequeño porte: gacelas, liebres y para producción de miel. Y un sector para plantas medicinales, importante en la medicina tradicional de la zona (1 ha).

En cuanto a instalaciones necesarias, ya tienen casi lista la residencia para los hermanos franciscanos y ahora el objetivo es construir: galpón para maquinarias; salón de producción; almacén de productos; cava para vinos y productos elaborados; recuperar tres diques para almacenar agua venida de la montaña; cuatro perforaciones con bombas y paneles solares (ya cuentan con dos); y dos molinos para harina de maíz. Otro importante objetivo es poner en marcha una escuela para formación agropecuaria y un par de cabañas para acoger turismo solidario y/o voluntariado, así como un pequeño restaurante que ofrezca comida con productos naturales de la zona.

En principio, los beneficiarios directos serán los 80 alumnos que asistan a la Escuela Agropecuaria y sus familias. Pero, como está concebida también como una escuela “itinerante”, el objetivo es llegar a las once zonas que los franciscanos atienden pastoralmente, distribuidas en 74 pequeñas aldeas o comunidades. En cualquier caso, los cursos de formación estarán abiertos a toda la población del Distrito de Manica que tiene una población aproximada de 225.000 habitantes.