La Picaeta: Mejoran, aguantan, bajan
Proponemos elevar a dos lugares, bien distintos entre sí, para descubrir su gastronomía y sus vinos, uno se mantiene y descendemos a otros dos que, a nuestro criterio, tendrán que espabilar
Proseguimos con la observación crítica de los fogones alicantinos, y sus cavas de vino, sus especialidades, sus precios y todo lo que envuelve al arte culinario. El restaurante que hoy sube, mañana puede bajar y viceversa. Las discusiones son intensas, pero siempre gana la mayoría. Democracia en torno a una mesa.
Suben
SUBE en Elche: los restaurantes "La Masía de Chencho", Carretera Nacional 340 km 62, dirección Alicante. Finca decimonónica restaurada por Rafael Reyes, quien no hace mucho, en 2015, falleció cediendo los trastos a su hijo Rafael, gran sumiller (Nariz de Oro en San Sebastián), y buen conocedor del campo ilicitano y de la lonja de Santa Pola como demuestran sus arroces, pero y también de la cocina vasca, pongamos por caso, tratando las cocochas; o un contundente solomillo de vaca vieja sobre salsa de Oporto.
SUBE también Frisone de los hermanos Rivas, en Passeig del Monjo s / n, 03203 Elche. Todavía recordamos sus antológicos tartar de corvina con piña braseada y lima, o una suprema de merluza de pincho, cocinada en cazuela con yemas de espárragos y setas de temporada, o los diferentes tratamientos del salmonete santapolero, y todo ello sin desmerecer la calidad de sus imaginativos postres. Mis amigos y colegas ilicitanos lo sitúan como el primero del municipio en la relación calidad/precio y, de momento y tienen el Bib Gourmand de Michelin que suele ser (no siempre) una garantía de buena comida con coste asumible.
Se mantiene
SE MANTIENE, y muy dignamente, por más que la segunda estrella Michelin sigan regateándosela, el restaurante "La Finca", también Camp d'Elx, Camino de Perleta, 1, 7 Elche. Ahora la recogida, pero enorme y briosa en la cocina Susi Díaz escoltada por sus hijos Irene y Chema que van sustituyendo a su pareja José María García con problemillas en la vista, sigue manteniendo a ese restaurante que empezara como mesón de montaditos y tapas, y ha llegado a la excelencia con platos como el helado de espárragos con espárrago blanco a la plancha; sus antológicas espardenyas o el pichón con uvas, etc.; por no olvidar la influencia que el Maestro Paco Torreblanca ha dejado en el goloso carrito de creativos postres.
Bajan
BAJA "El Granaíno en la calle José Mª, Carrer Josep Maria Buck, 40, 03201 Elche,". Aunque más bien en lugar de un hiperbólico "baja", deberíamos decir que suben encarecidamente sus precios, que ya nada tienen de mesoneros, mientras la calidad de antaño se conserva relativamente, salvo en algún plato de nueva creación que no convence. Odón Martínez es cocinero de indudables atributos para con los fogones, pero a veces la fama de años trabajando se sube a la cabeza de quien ya sé que de primus inter pares, pero Elche ha mejorado mucho gastronómicamente desde que empezase a desgajarse de Santa Pola y su sota, caballo y rey marisqueros y arroceros.
BAJA el Café Mónaco, nadie más descreído que un servidor de ustedes cuando leo los comentarios de plataformas, pongamos por caso: "Tripadvisor", pero mis amigos y buenos conaiseurs de la hostelería ilicitana, nada influenciables por las guías al monto, me cuentan que tanta descalificación negativa resulta merecida. Claro que cuando se imita la forma de desayunar y almorzar norteamericana, añadiéndole un toque mesonero español, en lugar de la afrancesada monegasca, lo lógico es que los mediterráneos nos llevemos estas decepciones. Recuerdo haber desayunado allí, Calle del Doctor Caro 49, 03201 Elche, y no estuvo ni bien ni mal como tantos hoteles costeros, pero esta sección es más combinatoria de quienes me asesoran, que propia, eso sí recurro siempre a un mínimo de tres fuentes orientadoras.