Picaetas, bonos, Jumilla y paella
¿Por qué no se declara BIC al arroz en costra, al caldero y su resumen "abanda", al vegetariano de los tres puñaicos, al contundente "en, con pata" muchos otros originarios y muy nuestros
BONOS: Como adelantara Esdiario el Ayuntamiento de la capital tuvo la ocurrencia, esta vez feliz, de lanzar 14.000 bonos, por valor de 25 € cada uno que puede presentar en los más de 120 restaurantes adheridos a esta iniciativa, que canjearán el comensal, o comensales, siempre que la factura supere los 50 €. El martes día 16 de los corrientes ya se habían agotado más de la tercera parte de los tickets, según declaró la concejala Mari Carmen Sánchez de Ciudadanos, gratamente sorprendida y asegurando que, si la campaña seguía con tan expedita y veloz demanda, aumentaría en 150.000 € el presupuesto de partida, superior a los 300.000 €.
Esperemos que cunda el ejemplo en otros Ayuntamientos de la provincia porque eso revitalizaría la hostelería, "muy tocada por la pandemia, y ahora por una psicosis de un más que improbable apagón", en palabras de María del Mar Varela, presidenta de APEHA, la principal asociación Provincial del ramo de la restauración.
Pablo González Conejero, 2 Michelin apoyando al vino Jumillano
JUMILLA. El pasado martes 23, en las bodegas Luzón de Jumilla, Pablo González-Conejero, el doble Michelin murciano de Cabaña-Buenavista, con Silvano García, presidente del Consejo Regulador DOP Jumilla, y la compañera Estefanía García, periodista gastronómica, presentaron una nueva edición de "Familia Jumilla", en la que además de galardonar al chef que, con los cartageneros María Gómez y Adrián de Marcos, están subiendo muchos enteros la cocina murciana de creatividad. Jumilla con similares o iguales varietales que Yecla y el Alto y Medio Vinalopó alicantino, con un terroir y climatología parejos, está intentando despegarse enológicamente de sus vecinos competidores profundizando en vinos de calidad y alta gama; algo verdaderamente complicado con la monastrell o con la Alicante Bouchet (garnacha tintorera), pero no imposible, y menos ahora que los gastronómadas buscan elementos diferenciadores y singulares tanto entre las Denominaciones de Origen, como en los vinos de autor.
PAELLA. No es poca la discusión que se ha armado entre gastrónomos locales de la Comunitad Valenciana y gastronómadas universales al declarar la "paella" un BIC (Bien de Interés Cultural) en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana. Primero, por pura etimología, dado que hasta el diario El País situaba la palabra "patela" en su origen "valencià/català" (sic), cuando cualquier filólogo medianamente entendido en lenguas romances le reconvendrá que viene del latín "patella", o en todo caso (menos comprobado del árabe "bakia", es decir: sartén abierta, ancha poco honda y con dos asas. Segundo, que no se sabe a ciencia cierta si el BIC es un tipo de arroz que se elabora en la capital valenciana y su entorno huertano, o más bien un instrumento culinario muy útil para hacer diversos arroces, con no menos diferentes materias primas y en común ingrediente de tres tipos de arroz redondo como son: bomba, Albufera o senia. Con lo cual hablamos de continente metálico coquinario, pero sería impropio hablar de contenidos.
Tercero, los más doctos críticos y entendidos en esta gramínea dentro del Levante español, reconocen que los mejores arroces se hacen en la provincia de Alicante, basta leer sus calificaciones sobre restauradores que manejan el arroz detalladas en revistas y secciones periodísticas especializadas. Y tercero, ¿por qué en justicia equitativa no se declara BIC al arroz en costra, al caldero y su resumen "abanda", al vegetariano de los tres puñaicos, al contundente "en, con y pata", amén de muchos otros originarios y muy nuestros en su confección? Cosas del Cap i casal..., arbitrariedades indoctas.