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Los indiscutibles derechos universitarios de Orihuela

La ciudad donde nació Miguel Hernández hubo de soportar que la prometida Facultad de Bellas Artes fuera a parar a Altea y la titulación de Periodismo terminara en el campus ilicitano

Edificio Rectorado de la UMH

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Redacción Orihuela / Juan de Oleza

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En octubre de 1968, el Patronato para la Promoción de Centros de Enseñanza de Orihuela solicitó al Ministerio de Educación y Ciencia la creación de la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Agrícolas (E.U.I.T.A.) de Orihuela, con la pretensión de que sus titulados atendieran adecuadamente las posibilidades derivadas del trasvase Tajo-Segura. Tras múltiples gestiones ante el Ministerio de Educación, cuyo titular era José Luis Villar Palasí, así como otras vicisitudes que forman parte del largo trayecto para recuperar el rango universitario de la ciudad, el objetivo parcial se lograba el 22 de septiembre de 1972, mediante la autorización del comienzo de las actividades como Sección Delegada de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia.

Pese a ello, el Patronato siguió reuniéndose periódicamente en el Ayuntamiento para hacer el seguimiento del desarrollo de la citada Sección Delegada, y continuó sus gestiones a todos los niveles hasta conseguir que el proyecto inicial fuera una realidad. Por fin, en 1978, siendo Ministro de Educación y Ciencia Iñigo Cavero, la Sección Delegada obtuvo, mediante acuerdo del Consejo de Ministros, su reconocimiento como Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Orihuela, adscrita a la Universidad Politécnica de Valencia. Se había logrado el objetivo. Pero hubo más, el buen funcionamiento del centro –y la excelente sintonía lograda con la consellera Marcela Miró y el rector de la UPV, Justo Nieto- hizo que, en 1995, el equipo dirigido por Pablo Melgarejo consiguiera el rango de Escuela Politécnica Superior y con ello la puesta en marcha de nuevas titulaciones.

Existen en Orihuela suficientes derechos adquiridos y sobrada historia universitaria como para reclamar un tratamiento mejor

En aquel momento nadie esperaba que, poco más de un año después, la EPSO sería transferida para constituir, junto con la Facultad de Medicina de la Universidad de Alicante, la nueva Universidad Miguel Hernández. En efecto, el 30 de diciembre de 1996, el DOGV publica la Ley 2/1996, de 27 de diciembre, por la que se crea la Universidad Miguel Hernández de Elche, “para conseguir cubrir e incrementar satisfactoriamente –según se decía en el preámbulo- la oferta de enseñanzas universitarias y la calidad de las mismas, en las comarcas del sur de la Comunidad Valenciana […] que debe integrar y ordenar diferentes enseñanzas, que actualmente se imparten ya en su zona de acción y que, junto a las de nueva creación, serán la base para el desarrollo de su propia personalidad”. Según el artículo 2 de la Ley de creación, la UMH nacía integrada por los siguientes centros: Facultad de Ciencias Experimentales, Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Escuela Politécnica Superior, Escuela Politécnica Superior de Orihuela, Facultad de Medicina.

Un par de años después, el 9 de noviembre de 1999, Eduardo Zaplana como presidente de la Generalitat Valenciana, y Manuel Tarancón en su condición de conseller de Cultura, Educación y Ciencia, firman el Decreto 211/1999 por el que se autoriza la ampliación de enseñanzas en la Universidad Miguel Hernández de Elche, así como la creación y puesta en funcionamiento desde el inicio de este curso académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas en Orihuela, para impartir los estudios conducentes a la obtención de los títulos oficiales de licenciado en Administración y Dirección de Empresas, y licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración.

Nadie en Orihuela levantó la voz porque, junto al nombre del poeta, apareciera el de Elche como sede central

Precisamente ahora que desde el Ayuntamiento de Elche se reivindica la modificación de los Estatutos de la Universidad, es el momento de recordar que, cuando la UMH no existía más que sobre el papel, Orihuela (dejaremos para otro día la intrahistoria de la segregación) aportaba en torno al 55% de alumnado y el resto procedía del campus alicantino de San Juan. Y que la ciudad donde nació Miguel Hernández hubo de soportar que la prometida Facultad de Bellas Artes fuera a parar a Altea y la no menos anunciada titulación de Periodismo terminara ubicándose en el campus ilicitano. También conviene subrayar que nadie en Orihuela levantó la voz porque, junto al nombre del poeta, apareciera el de Elche como sede central.

Parece que es momento de recordar todo esto ahora que, en un incomprensible ejercicio del más puro chauvinismo, se trata de forzar una modificación de Estatutos que –por el prurito de incluir el nombre de Elche en las otras sedes- puede colocar en una comprometida situación a los órganos de gobierno y, al mismo tiempo, tensar las relaciones con los representantes municipales e institucionales donde se ubican los otros campus universitarios. Y que sin duda propicia la oportunidad, como hago yo en este momento, de poner encima de la mesa el mejor tratamiento que la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de Orihuela merece para que la presencia de la UMH en la ciudad sea realmente visible mediante la incorporación de nuevas titulaciones al edificio de Las Salesas. Existen aquí suficientes derechos adquiridos y sobrada historia universitaria para ello. Nadie debería olvidarlo.