Garzón se gasta 80.000 euros para influir en la carta de los Reyes Magos
Hablamos con el CEO de la multinacional del juguete Canal Toys, el alicantino José Antonio Santana, de los 80.000 euros que Garzón ha gastado para influir en la carta de los Reyes Magos
De entre todos los problemas que tienen en estos momentos los niños y las familias, al ministro de Consumo, Alberto Garzón lo que más le preocupa es que: "los juguetes que tienen que ver con la cocina, con los bebés, con el ámbito de los cuidados están dirigidos a las niñas”. Y así lo declaró en una rueda de prensa a propósito de influir en las próximas compras navideñas.
Este mes de diciembre es especialmente sensible. Es un mes apropiado para sacar a relucir las grandes injusticias y diferencias que existen en el mundo. Tenemos conciencia, aunque sea falsa, cuando cargamos los maleteros de los coches de juguetes para nuestros hijos, mientras en los campamentos de refugiados, a dos telediarios y pocas horas en avión de aquí, hay niños que se mueren de hambre y frio. Sin embargo, precisamente el problema que Garzón quiere que tengamos a toda costa, ya parece superado.
Veamos, según asegura un reciente estudio realizado entre todos los padres, madres, tíos, tías, abuelos, abuelas y abueles, los padres le escriben a los Reyes Magos según gustos y sensibilidades de sus hijos, libres de los complejos que el titular de Consumo, Garzón, les presupone; utilizándolos de chivo expiatorio para gastarse 80.000 euros en publicidad.
Le hemos preguntado a un experto internacional de la industria del Juguete, el alicantino José Antonio Santana, actualmente CEO en la multinacional Canal Toys, tras dirigir firmas tan alicantinas como FAMOSA o PLAYMOBIL:
—¿Qué opinión le merece esta campaña cuyo fin es repercutir sobre los encargos que los legítimos padres y responsables legales de los niños tienen previsto hacer a sus majestades los Reyes Magos de Oriente en las próximas fechas?
— Creo que el Ministerio de Consumo ha conseguido que se hable de un tema que las familias españolas tratan con exquisito respeto y con suficiente conocimiento. También, la industria del juguete española, pionera internacional por la creación de su código deontológico y de autorregulación publicitaria, ha desarrollado desde hace varias décadas una sensibilidad especial para evitar situaciones indeseables. En este sentido, creo que la acción del Ministerio ha sido ocurrente, pero desafortunada, porque ese no creo que sea el problema de las familias españolas hoy, ni tampoco el de la industria del juguete.
—En otras ocasiones, las Instituciones han repartido cheques destinados a que los niños reciban, en estas fechas memorables para ellos, los juguetes deseados, sea cual sea su situación familiar. El actual responsable de Consumo ha preferido destinar esos 80.000 euros a publicidad: ¿Papa Estado sabe lo que necesitan los hijos de los padres españoles?
—Creo que en España deberíamos leer más y quizás entonces aprenderíamos a tomar mejores iniciativas y mejores decisiones. El poeta Miguel Hernández tiene unos versos que vienen al caso:
‘Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas‘.
Creo que en España el problema de la pobreza de algunas familias, que no disponen de recursos para comprar juguetes, sigue presente; y creo que el deseo de los niños sigue siendo que el 6 de enero su mundo entero esté lleno de juguetes, como quería Miguel Hernández. Cualquier esfuerzo dedicado a combatir el hallazgo de las abarcas desiertas, creo que tiene más sentido que cualquier otra iniciativa.
En resumen, parece ser que mejor nos iría a todos, niños incluidos, si los políticos inexpertos de este país confiaran en los expertos y confiaran en los poetas, que ellos sí saben lo que tienen entre manos.