Alicante afronta la ‘senda de la recuperación’ más lenta que el resto de España
La crisis ha afectado en mayor medida a las empresas jóvenes, de 1 a 3 años de antigüedad, descendiendo su peso en casi 4 puntos desde 2019
El presidente de INECA, Rafael Ballester, ha mostrado su preocupación por el desempleo crónico y la calidad del tejido productivo de la provincia de Alicante tras analizar los resultados del Informe de Coyuntura Socioeconómica de la provincia de Alicante correspondiente al tercer trimestre del año.
Un primer análisis refleja que la provincia de Alicante mantiene la senda positiva de crecimiento con la que finalizó la primera mitad del año, siendo el turismo el sector que mejor se comportó, lo que confirma las sensaciones que pudimos percibir durante los meses de verano. La afiliación sigue dando buenas noticias desde los últimos siete meses superando las cifras de 2019, algo que sin duda es relevante, y relacionado directamente con el aumento de la afiliación de autónomos por encima de la media nacional dibujando la fisonomía laboral del tejido productivo de la provincia. No obstante, aún permanecen en ERTE 7.794 empleados en la provincia de Alicante, situación que nos preocupa enormemente, y que nos demuestra que estamos aún en fase lenta de recuperación, y pendientes de las medidas sanitarias que recomiendan las administraciones para reducir los contagios del SARS-COV, que posiblemente cambien durante los próximos días.
El director de Estudios y autor del informe, Francisco Llopis, ha añadido que además del elevado paro registrado hay que tener en cuenta que entre 1.000 y 2.000 empresas no están a pleno rendimiento por tener a sus empleados en ERTE y este tejido productivo opera a menor ritmo.
El Informe pone de manifiesto que en la provincia de Alicante la crisis ha afectado en mayor medida a las empresas jóvenes (1 a 3 años de antigüedad), descendiendo su peso en casi 4 puntos desde 2019. En cambio, las sociedades con 9 y 10 años de antigüedad son las que han salido más beneficiadas, si podemos utilizar este adjetivo en esta situación, y han ganado peso. También es relevante que son las empresas más grandes y las más pequeñas las que mejor comportamiento han tenido.
En este sentido, el director de Estudios ha agregado que las empresas que contaban con hasta 3 años de antigüedad en el 2019 representaban el 32,3% de las firmas con trabajadores y actualmente este porcentaje se ha reducido al 28,5%. Por el contrario, las empresas entre 9 y 10 de años antigüedad, son las que han salido beneficiadas y ahora han cogido peso, pasan del 5,4% al 7,4% del total”.
Para el presidente de INECA “esta estructura del tejido productivo nos debería hacer reflexionar sobre cuál es la provincia que queremos, con un desempleo crónico que tan difícil se nos hace recuperar”. Un ejemplo muy clarificador: en septiembre de 2021 el paro en la provincia de Alicante sumaba 22.000 personas más que en febrero de 2020 mientras que en España se contabilizaron tan sólo 11.700 desempleados más en el mismo periodo (Alicante, siendo lógicamente mucho más pequeño que España, presenta un aumento del doble y eso solo es posible si hay muchas provincias que reducen de forma clara el paro, situación que por el contrario no ocurre en Alicante).
Según Rafael Ballester “el desempleo es nuestro problema más acuciante a resolver porque detrás de esta cifra se esconden familias enteras que necesitan apoyo social y que ven interrumpido su crecimiento vital a corto, medio y largo plazo”. “Si a este problema le unimos una inflación disparada (lejos de solucionarse en el último trimestre del año, el IPC se ha descontrolado anotando máximos históricos) y un problema de suministro sin precedentes, podemos estar, si es algo más que coyuntural, ante una tormenta perfecta de dimensiones aún difíciles de prever, aunque sí vemos como desde otras instituciones oficiales se están rebajando las previsiones de crecimiento y recuperación”, ha agregado.
El coordinador del Comité de Estudios, Ignacio Amirola, ha añadido que la inflación va a ser estructural y estará elevada en 2022. Esta situación va a suponer una pérdida de competitividad para empresas y ciudadanos porque va en contra de los márgenes de beneficios en un momento en el que aún no nos hemos recuperado de la crisis de 2007”.
El turismo y la mejoría de las exportaciones han evitado que la situación socioeconómica empeorara, y gracias a ello, aún podemos hablar, en el tercer trimestre, de recuperación económica, ciertamente lenta si la comparamos con la media nacional. No obstante, el calzado sigue sufriendo los envites de la crisis global y aún está por debajo de las cifras de facturación de 2019, lo que afecta directamente a unos 1.300 trabajadores del sector.
Cambio necesario en el tejido productivo
Ballester ha enfatizado que “debemos analizar los próximos meses con toda la atención que la situación requiere. Nuestras empresas deben asegurar su presente y futuro, y eso pasa, entre otras cosas, por la digitalización y la diversificación de las actividades económicas. El tejido empresarial de la provincia de Alicante debe crecer. Es el único modo para sortear esta crisis externa y global y fortalecer la actividad económica de la provincia de Alicante, de manera que cuando surjan otras situaciones comprometidas, podamos enfrentarnos a la marejada desde una posición de fortaleza, y no de debilidad como estamos en la actualidad”.
Para Llopis esta situación de escaso poder productivo se refleja que en la provincia el número de empresas con trabajadores asciende a 59.682 y además ha disminuido ligeramente 0,50% respecto a octubre de 2019. En España esta cifra se ha mantenido. Y lo más llamativo es que hay 80.000 empresas sin trabajadores en la provincia, teniendo en cuenta que el tamaño medio de las empresas de la provincia de Alicante es un 24% menor que la media española. Es por tanto, urgente que las empresas crezcan en tamaño para poder aguantar dos años más de crisis y tensión en los mercados.
Ballester ha insistido en que “la provincia no se había recuperado aún de la crisis de 2007 cuando, de manera exógena, el virus de la covid paralizó la actividad económica mundial en 2020, y ha provocado que sigamos estancados en un paro estructural superior al 14%, con muchas empresas aún poco digitalizadas, y con un escaso tamaño que dificulta su transformación tecnológica o afrontar retos comerciales, logísticos y productivos”.
El presidente de INECA ha solicitado que “las administraciones apoyen el tejido productivo de la provincia de Alicante promoviendo y facilitando la actividad económica, apoyando la creación de empresas con valor añadido, e incentivando la unión de proyectos societarios o plataformas empresariales, para conseguir objetivos ambiciosos de reposicionamiento de sector”. Amirola ha matizado que “la Administración tiene que ayudar a las empresas a resistir y a transformarse”.
Ballester ha concluido aseverando que “Alicante está, y en INECA estamos convencidos de ello, en el buen camino de esa transformación, pero necesita un compromiso aún mayor del conjunto de las empresas y sus trabajadores, las distintas administraciones y centros de formación y la propia ciudadanía, cuya participación sin duda reforzará la confianza en que la provincia se convierta en un territorio de oportunidades en todos los sectores productivos, para atraer y retener talento, y para no dejar a nadie atrás”.
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