Más de 650 escolares rinden tributo a Miguel Hernández con Las Abarcas Desiertas

“Por el cinco de enero, cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría”. Así comienza uno de los poemas del poeta oriolano Miguel Hernández, el que da fundamento cada año a la promoción poética sobre su persona y su legado entre los escolares del municipio.

La nueva edición del certamen escolar ‘Las Abarcas Desiertas’ de Orihuela ha tenido este año otro gran éxito de participación, en la que se han recogido un total de 669 trabajos de los centros escolares participantes y del que ya se ha conocido los ganadores. Se trata de tres alumnos de los colegios oriolanos CC Oratorio Festivo de San Miguel, CEIP Nuestra Señora de Monserrate (Molins) y CC Oleza los que han conseguido los premios de esta XII edición, convocada por la concejalía de Educación del Ayuntamiento de Orihuela, la Cátedra Miguel Hernández de la UMH y la Fundación Cultural Miguel Hernández.

Los premios de este certamen están dotados con lotes de libros y material de dibujo.

El jurado ha estado formado: Antonio Sánchez Moya, concejal de Educación, Aitor Luis Larrabide Achútegui, director de la Fundación Miguel Hernández y promotor del certamen, José Luis Ferris, director de la Cátedra Miguel Hernández de la UMH, Mª Esther Sánchez Abad y Mª Fuensanta Mazón Hernández, técnicas de la concejalía de Educación.

En el concurso han participado los siguientes centros educativos: CD. Oratorio Festivo, CC Jesús María San Isidro, CC Oleza, CEIP Manuel Riquelme, CEIP Rincón de Bonanza, CEIP Ntra. Sra. del Pilar, CEIP Villar Palasí, CEIP Andrés Manjón, CEIP Miguel Hernández, CRA Azahar, CC Ntra. Sra. del Carmen, CEIP Ntra. Sra. de Monserrate, CEIP Virgen de los Desamparados, CEIP Virgen de la Puerta y CEE Antonio Sequeros.

Tras el examen y deliberación de los seiscientos sesenta y nueve trabajos recibidos el tribunal ha decidido conceder los premios a los siguientes participantes:

1.- Sofía Gómez Izquierdo, de EI3, del CC Oratorio Festivo de San Miguel

2.- Mateo Rodríguez García, de EI4, del CEIP Ntra. Sra. de Monserrate (Molins).

3.- María Hurtado Paredes, de EI5, del CC Oleza.

Así mismo, el Jurado estima reconocer los trabajos presentados por los siguientes participantes:

1.- Evelyn Chica Cobo, de EI3. CEIP Villar Palasí.

2.- Carla Bernabéu Dussol, de EI3. Cra. Azahar (La Matanza)

3.-Carmen Paloma Martínez Navarro, de EI4. CEIP Virgen de la Puerta.

4.- Victoria García San Nicolás, de EI4. CC Ntra. Sra. del Carmen.

5.- Gema Rodríguez Eugenio, de EI4. CC Jesús María San Isidro.

6.- Míriam Vázquez Mompeán, de EI. CEE Antonio Sequeros.

7.- Samuel Soñer Vera, de EI5. CEIP Manuel Riquelme (Hurchillo).

8.- Rocío Rivas Martínez, de EI5. CEIP Ntra. Sra. del Pilar (La Campaneta).

9.- Gonzalo Sanmartín Quesada, de EI5. CEIP Virgen de los Desamparados (Desamparados).

10.- Rafael García Ruiz, de EI5. CEIP Rincón de Bonanza.

11.- Mohamed Essbbah, de EI5. CEIP Andrés Manjón.

12.- Ruth Barceló Caro, de EI5. CEIP Miguel Hernández.

El certamen está dotado con lotes de libros y material de dibujo para los ganadores, así como de material didáctico de aula para las unidades escolares participantes. El acto de entrega de los premios tendrá lugar el jueves, 13 de enero de 2022 en el Rincón Hernandiano.

El poema ‘Las abarcas desiertas’ se publicó por primera vez el 2 de enero de 1937, unos días antes de la festividad de los Reyes Magos para apoyar la campaña de Socorro Rojo Internacional que tenía como objetivo recaudar donativos y juguetes en beneficio de la infancia necesitada.

LAS ABARCAS DESIERTAS

Por el cinco de enero,

cada enero ponía

mi calzado cabrero

a la ventana fría.

Y encontraban los días

que derribaban las puertas,

mis abarcas vacías,

mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,

ni trajes, ni palabras:

siempre tuve regatos,

siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza

me lamió el cuerpo el río,

y del pie a la cabeza

pasto fui del rocío.

Para el cinco de enero,

para el seis, yo quería

que fuera el mundo entero

una juguetería.

Y al andar la alborada

removiendo las huertas,

mis abarcas sin nada,

mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado

tuvo pie, tuvo gana

para ver el calzado

de mi pobre ventana.

Toda gente de trono

toda gente de botas

se rio con encono

de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta

cubrir de sal mi piel,

por un mundo de pasta

y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero,

de la majada mía

mi calzado cabrero

a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas,

hallaban en sus puertas

mis abarcas heladas,

mis abarcas desiertas.