Tres actuaciones pendientes del Plan Vega Baja Renhace
Que vayan de una vez a exigir donde proceda el cumplimiento de lo escrito porque, de lo contrario, habrían incurrido en lo que pretendían evitar, "que planes anteriores fueron inoperativos"
El objetivo del Plan de Regeneración de la Vega Baja es convertir la catástrofe de la DANA en ocasión para impulsar un entorno resiliente que favorezca la regeneración económica y social de la comarca, al tiempo que promover un desarrollo territorial, absolutamente respetuoso con el medio ambiente, que prepare para futuros episodios similares y posibilite una mayor vertebración del territorio de la Vega con el resto de la Comunidad Valenciana. Pues bien, una vez conseguido el consenso entre los agentes implicados, que basaron sus soluciones en evidencias, llegó la hora de la verdad.
No seré yo quien niegue –para eso ya tenemos alguna maravilla política de la oposición- que algunas cosas positivas se han hecho en el último año. Frente a hechos no caben argumentos; y lo hecho, realizado está. Pero, pasada ya la tradicional festividad de San Antón –“hasta San Antón, Pascuas son” que decían los viejos del lugar- y también la pasarela de FITUR, parece llegado el momento de que los responsables políticos se pongan manos a la obra para hacer realidad la mayor parte de lo que falta. Y ello es lo que queremos recordar en estas líneas, centrándonos en el Eje 3 del Plan Vega Renhace, orientado al Desarrollo Económico.
La actuación 19 del Plan plantea el proyecto de un Parque Cultural en estos términos: “La Ciudad de Orihuela es uno de los mayores espacios contenedores de elementos de patrimonio cultural en la Comunitat Valenciana, pudiendo, de por sí, constituir dicho nodo y su entorno inmediato un importante Parque Cultural. Se apuntan como elementos tangibles del Parque: El río Segura como corredor físico y cultural de la comarca. Patrimonio construido (arquitectónico, religioso, industrial, militar); Paisajes (naturales, geológicos, rurales, culturales, hitos relevantes, enclaves relevantes); Espacios de la memoria: enclaves con significado; Red de poblaciones y paisajes urbanos con sus itinerarios (naturaleza, paisajes, patrimonio, rural…). Las infraestructuras de comunicación: redes de acceso al territorio y la capacidad de ‘personalización’ de su diseño al carácter de la Vega. Los espacios de la cultura: museos, teatros, auditorios, bibliotecas… El territorio como lugar para la cultura. La digitalización y las nuevas tecnologías aplicados a estos objetivos. Además, habría elementos intangibles como las leyendas, tradiciones, historia e historias, hechos relevantes del pasado, fiestas, celebraciones, la literatura, música, teatro y otras artes arraigadas en el territorio de la Vega Baja. Para vertebrar la oferta, esta propuesta incluye una plataforma inteligente de promoción turística comarcal”. Se determina la competencia de una Colaboración público-privada con empresarios de la comarca, Conselleria de Educación, Cultura y Deporte, y Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad”. Se establece en el Plan como prioridad… para el 2021.
El seguimiento y coordinación de los proyectos hídricos contenidos en el Plan y las actuaciones relacionadas con ellos corresponde a un grupo de trabajo creado al efecto
La actuación 20 se refiere a la Gestión inteligente del Patrimonio Cultural: “El proyecto pretende posicionar a Orihuela como referente en la gestión inteligente del patrimonio cultural de la Comunitat Valenciana. Ello ha de conllevar también la consolidación de la ciudad como destino turístico inteligente, mediante la aplicación de tecnologías smart con actuaciones en materia de conservación preventiva de los bienes patrimoniales y de la cultura subyacente (bienes inmateriales); la difusión de la riqueza patrimonial -material e inmaterial-, así como de toda información de utilidad para el turista y ciudadano; y la conversión en conocimiento de los datos generados por los bienes culturales y su entorno, para lograr una mejor gestión de los mismos. La iniciativa se basa el sistema en el uso de las TIC y el conocimiento experto de diferentes campos pata mejorar la gestión del patrimonio a escala urbana, adaptando la fase de monitorización y pasando de un edificio a un conjunto urbano. Se posibilita la gestión eficaz del inmueble histórico, a través de una red de sensores inalámbricos (ambientales, estructurales y lumínicos) que registran y transmiten a un centro de control múltiples factores que afectan a la preservación de los lugares históricos y de los bienes que éstos albergan”.
La actuación 23 plantea la diversificación de la economía a través del impulso de sectores tecnológicos y para ello apoya sin reservas la creación del Distrito Digital Orihuela y puesta en marcha de un Centro de Economía Creativa y Digital. “El proyecto propone el desarrollo de un ecosistema adecuado para desarrollar un tejido económico local profesionalizado basado en las industrias creativas y culturales que se ubicarán en el centro histórico. Este ecosistema funcionará como un motor de conducción y regeneración, tanto de la economía local como del entorno urbano en sí mismo, haciendo visible este sector cada vez más pujante de las ICC. Se plantea como un espacio físico y virtual, dedicado a investigar las implicaciones culturales, sociales y económicas del uso –cada vez más cotidiano- de la tecnología digital y su divulgación entre el público en general. Además, se trata de un foro de formación, comunicación, creación y entretenimiento cuyo objetivo es promover la conciencia de lo que significa vivir en una sociedad donde los individuos son, simultáneamente, ‘usuarios’ y ‘creadores’. Se considera que el Centro de Economía Creativa y Digital no puede demorarse, puesto que supone el posicionamiento de Orihuela en el sector de la economía creativa”. Esta acción aparece en el Plan como de “prioridad alta” (hasta el punto –cómo pasa el tiempo- de fijar 2020 para su puesta en marcha) y se determinó la competencia en el asunto de la Consellería de Innnovación de la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Orihuela. Efectivamente, en 2020 la Consellería firmó un convenio marco con el Ayuntamiento oriolano para lanzar el proyecto. Pero nada más se sabe.
No falta en el documento un interesante epígrafe 4.2, titulado ‘Gobernanza y seguimiento del Plan’, en el que los espíritus críticos podemos leer con satisfacción: “La experiencia en otros planes y programas anteriores que fueron en algunos casos inoperativos o que vieron su ejecución suspendida o demorada en el tiempo por diversas razones hace necesario el establecimiento de un procedimiento de gobernanza del Plan Vega Renhace. Ese procedimiento debe servir para impulsar las medidas contenidas en el Plan, al tiempo que sea también un elemento de coordinación y relación entre las entidades cívicas, instancias políticas y agentes sociales y económicos de la zona y de participación plena en los diversos procesos de toma de decisiones sobre la ejecución de las actuaciones previstas. La implementación de las actuaciones contenidas en el Plan debe ser objeto de un seguimiento constante, tanto para supervisar los plazos fijados para la complexión [sic] de cada una de ellas como para comprobar su eficacia y su adecuación a los objetivos perseguidos con su adopción”.
En este sentido, el seguimiento y coordinación de los proyectos hídricos contenidos en el Plan y las actuaciones relacionadas con ellos corresponde a un grupo de trabajo creado al efecto y del que forman parte, junto a la Generalitat, la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Confederación Hidrográfica del Segura. Se enfatiza también en el documento que “La creación de una representación del Consell en la Vega Baja facilitará la interrelación entre todas las instancias sociales, políticas y económicas de la comarca y tendrá un importante papel a la hora de articular los mecanismos de control de la ejecución de las distintas actuaciones y de canalizar las demandas de los distintos agentes. El seguimiento del Plan Vega Renhace se realizará mediante la creación, asimismo, de un grupo con representantes de las Administraciones y organizaciones implicadas en la elaboración del plan, conjugando técnicos y alta representación política”.
Y aquí me quedo, por el momento. Como los grandes proyectos hídricos –para largo me los fiais, sobre todo después de ver la reacción a la propuesta de ‘islas pólder’- tienen su grupo de trabajo creado al efecto, yo quiero pedir -a Toño Alonso, como director, y también al Consejo Asesor nombrado en su día para evaluar y llevar a cabo el seguimiento de las actuaciones previstas en el Plan-, que vayan de una vez a exigir donde proceda el cumplimiento de lo escrito. No sé si con cargo a los presupuestos de la Generalitat, a los del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, a los Next Generation, a la Agenda España Digital 2025, a la Estrategia España Nación Emprendedora… (no sé si me dejo alguno de esos, hasta ahora, ineficaces anuncios). Pero que cumplan lo acordado. Porque de lo contrario, habrían incurrido en lo mismo que pretendían evitar: “La experiencia en otros planes y programas anteriores que fueron en algunos casos inoperativos o que vieron su ejecución suspendida o demorada en el tiempo por diversas razones…”. Dicho queda, ahora que empieza este año previo a elecciones municipales y autonómicas.
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