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Un encuentro literario de éxito

La cita de autores españoles, organizada por Manuel Avilés, ha puesto el foco en Alicante, donde se han alojado los escritores provenientes de otras provincias y países

El organizador Manuel Avilés y el concejal de Cultura, Antonio Manresa, junto a los escritores en su visita a la exposición en la Lonja del Pescado

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Van llegando coches a la explanada de la Casa Sicilia. Sobre las doce cincuenta llega un autobús repleto de autores que bajan con caras entre sonrientes y expectantes. Es la primera vez que se celebra el Encuentro español de autores literarios y, como no hay precedentes, nadie sabe bien a qué se enfrenta. Saludos más o menos tímidos entre personas que se ven por primera vez. Los ánimos se van soltando y caldeando con los primeros vinos y las ganas de dar comienzo al encuentro.

Manuel Avilés, el inventor del evento, llama a los asistentes y, poco a poco se llenan todas las mesas: ciento treinta plazas y ningún invitado, cada uno ha pagado su cubierto. Tres comentan sin cortarse: “que nadie se piense que hemos quebrado a los contribuyentes de Alicante comiendo aquí por la patilla”. Hay una mesa ruidosa que alborota, vitorea y aplaude cada intervención: Marisa Ayesta, Evelyn Kassner, Marta Perea, Julio, Rut, Inmaculada… se los ve a todos felices y disfrutando.

Comienza Manuel con un recuerdo emocionado: Olga Avellán, periodista y escritora alicantina, tenía silla en ese encuentro. No ha podido vencer al cáncer y su silla en el evento ha quedado vacía. Tampoco ha podido venir Manuel Desantes, catedrático y ordenanza de Don Biblio, el jefe de la Biblioteca de los libros felices. Sus padres, con noventa años largos, se han ido, ella tras él, para seguir juntos por siempre. Gran aplauso y vivas entusiasmados de la mesa alborotadora.

Habla Fernando J. Muñez, autor de La cocinera de Castamar y Los diez escalones. Habla Ana Lena Rivera, profesora y autora de éxito que tiene una novela a las puertas: Las herederas de la Singer, aquella máquina de coser de nuestras madres que nos lleva a la mitad de siglo pasado. Hablan José Luis Acosta y María Bestard, dueños de la productora de cine Bestacosta, que cuentan los avatares de llevar una historia a la pantalla y dicen que llevarán al cine De prisiones, putas y pistolas. Más aplausos de la mesa guerrera que hacen méritos para ser contratada como animadora en cualquier equipo de campanillas. El ordenanza segundo de don Biblio ha sustituido a Desantes y, tras presentar al Jefe, nos habla de la Biblioteca de los libros felices, espacio único en el mundo y que tiene su sede en Alicante. Allí podemos encontrar, entre otros, la primera edición florentina de la Divina Comedia; las Institutiones Oratoriae del riojano Quintiliano, incunables con más de quinientos cincuenta años que duermen bajo la vigilancia y el cuidado de Don Biblio, o un facsímil de la Biblia de Gutenberg, el libro con el que nació la imprenta.

Hay hambre, descanso entre exposiciones y la mesa revoltosa se aplaca: empiezan a salir los arroces. Nadie los ha regalado. Todos han pagado su cubierto menos uno, que aún no va a ser expuesto a la vergüenza pública porque puede haber sido un error o un descuido. Todo el que ha querido ha podido asistir. No ha habido vetos ni cortapisas y la única exigencia ha sido la voluntad de disfrutar con la literatura.

Empiezan a salir los autores y cogen la manija del encuentro los presentadores, Mónica Nombela -autora de A contratiempo- y Andrés Maestre, que imponen la agilidad precisa porque hay que terminar a las seis de la tarde: cinco horas intensas de disfrute literario.

Ocupan la tarima y la atención del público Begoña Valero – La casa del compás de oro-, alicantina que no cuenta como tal para algún concejal políticamente incorrecto, porque es de Bañeres. Vic Echegoyen, autora de Resurrecta –novelón sobre el terremoto de Lisboa de 1755-, que ha venido desde Budapest, lo siento, alguien debería haber impedido su presencia porque no es alicantina. Raul Bartleby sí, es de la Colonia de Santa Isabel ¿o eso es San Vicente y también debería haber sido vetado? También están Evelyn Kassner, Olga Luján y María Serralba, que nos salva los muebles porque es de Los Angeles, ahí por el Altozano, Julio Laporta de Alcoy, pero que trabaja en la EUIPO hace mil años; Mónica Nombela, abogada ejerciente en Alicante desde que Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta, Marisa Ayesta que, junto con Ruth, parten la pana en la mesa ruidosa. Miriam Rivero, cacereña autora de El enviado. Miguel Castro, gallego autor de Despertarás mañana, que no es alicantino, es militar de la Armada y vino al encuentro como pudo venir cualquiera que hubiese querido. Admitimos a todos porque la literatura es un disfrute universal y sin cortapisas. Salió al estrado Javier Velasco director de la revista de crítica literaria más importante en español: Todo literatura. Mírenla, es digital y habla de Alicante y su encuentro literario. Salieron por fin una piña de alicantinos autores de El barbero de Godoy y La hija del barbero, dos novelas hijas del Taller literario impartido por Avilés en la Sede de la Universidad de Canalejas, en el centro de Alicante, junto a la Explanada.

Y desde ahí partieron todos hasta la Lonja del pescado donde les esperaba el concejal de Cultura, Antonio Manresa, para mostrarles la exposición del 175 aniversario del Teatro Principal y… cada uno a su casa, o al hotel donde estaban alojados. El Ayuntamiento con mil euros menos, pero con su nombre unido a la literatura y repartido por toda la geografía española y más allá incluso.

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