Picaetas

El XX "Dream Team" de los Mira en Aspe

El viejo y cáustico proverbio cristiano frente a los coránicos: "si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña", lo cumplen sobradamente la familia Mira de Aspe con sus "Encuentros Gastronómicos", trayendo hasta su restaurante sito en un chalet a las afueras del pueblo agrandes restauradores/as de la geografía culinaria española. Y ya van por una muy estimable veinteava edición, habiendo traído más de 300 cocineros que superaron las 1.000 recetas, todos ellos con probadas famas y calificaciones en guías como la francesa Michelin a la nacional Repsol, tanto entre herederos dela "Nouvelle Cuisine", como en conservadores de nuestra tan distinta y extensa antropología coquinaria.

Los hermanos Mira han anunciado la celebración de suss XX Gastronómicas

Haciendo hincapié en el esfuerzo de esta edición, si cabe más supremo al haber alcanzado la segunda década de esta muestra a dos, cuatro y a veces quién sabe los pares de manos combinadas en menús antológicos donde puedo contar los aciertos a centenares y los fallos no llegando a la decena, que también los hubo faltaría más en estas inestimables colaboraciones, porque lo más difícil para un chef es cocinar en restaurante ajeno. Y así lo volvieron a anunciar estas XX Encuentros Gastronómicos de los hermanos Mira, como va siendo costumbre, en el Cdt de Alicante, acompañados por la presidenta de APEHA (Federación Empresarial de Hostelería de la Provincia de Alicante), María del Mar Valera, quien saludó los esfuerzos de los restauradores/as alicantinos por superar estos dos difíciles años de pandemia y el buen hacer de los Mira; el alcalde aspense, Antonio Puerto, remarcando el hito de cómo por unos días su ciudad se convierte en centro de atención y degustación de todos los/as gastrónomos no solo del Medio Vinalopó, sino de todo el sudeste peninsular; Antonio Crespo, anfitrión y director del Cdt, lamentándose, con toda la razón, de cómo por culpa de la difícil situación por la que pasamos por la covid 19 ha descendido el alumnado. Adjuntamos programa para que ustedes puedan dirimir según sus preferencias, aunque va a ser difícil elegir entre profesionales tan competentes, y ya saben que para gustos hay recetarios sobrados.

De restaurantes y conmemoraciones

Hemos puesto en marcha tantísimas celebraciones ad hoc que ya nos empiezan a faltar días del año para entremeter alguna festividad más: que si día del padre, de la madre, por no hablar del santoral incluido el próximo San Valentín, data para los enamorados, o quienes deban hacérselo. Les remitimos a www.alicantehosteleria.com para que puedan elegir entre más de 100 restaurantes de Alicante y de la Comunidad Valenciana que pertenecen a la asociación APEHA, cuya presidenta María del Mar Valera presentó este miércoles en La Vila las Jornadas "Sabor de Amor". Y como el próximo lunes, día del santo, puede ser un poco complicado para desenchufar del mundanal trabajo, la propuesta se extiende desde el día 10 de los corrientes, que empezó, al 20 próximo y domingo de guardar.

El admirado escritor y gastrónomo Manolo Vázquez Montalbán me contó una noche que, aun teniendo mucho gancho su libro "Recetas inmorales", no existen manjares erotizantes ni bebidas afrodisiacas

A propósito de amores románticos, pasionales y freudianos, y en contestación a algún amigo lector, no existen comidas y bebércios de infalibilidad erótica, por mucho que nos vendan la moto y el consejo. El admirado escritor y gastrónomo Manolo Vázquez Montalbán me contó una noche, cenando en el murciano Rincón de Pepe, que aun teniendo mucho gancho su libro "Recetas inmorales" (yo tengo la edición de ‎ Sauce Editorial. 1981), no existen manjares erotizantes ni bebidas afrodisiacas porque dos no se entusiasman en las artes amatorias, si uno de ellos/as no quiere. Así que no se crean todo lo que dicen los libros, ni lo que prometen las sustancias y bebedizos tantas veces expuestos en las civilizaciones que en el mundo han sido. Algún champán refuerza a posteriori (o al momento), pero no presupone nada.

El fondillón cincuentenario

Hace ya bastantes años, cuando publiqué el libro "Los vinos del Sol", mucho debí estudiar sobre nuestros vinos, que desgraciadamente tienen muy poca bibliografía, pero esencialmente ese primus inter pares que es el fondillón del cual siempre presumimos frente a otros vintages y vinos de sacristía que llevan alcoholes añadidos, jereces y oportos, pongamos por casos significativos. También consulté con investigadores, recuerdo a Pomares, a los Poveda, Quiles e incluso algún pequeño bodeguero yeclano, conservadores ellos de esa reliquia vitivinícola que precisamente había reaparecido en L'Alacantí renacentista, pero que con la excepción de tres o cuatro toneles de las contadas familias que hicieron dinero como exportadores tras la terrible filoxera.

Los mejores fondillones que he probado no pasaban de 15 a 20 años

Cuento todo esto porque el otro día en un expositor me encontré con una botella de fondillón con una botella cuyo precio rondaba los 200 €, de MGWines, un grupo que ha ido comprando pequeñas y medianas bodegas (Alicante, Bullas, Almansa y Bierzo) hasta convertirse con sus seis instalaciones, tanto en León como en el Sureste español un peso específico dentro de la viticultura española y concretamente en ese triángulo de las varietales autóctonas monastrell y garnacha tintorera, o para mejor decir: "Alicante Bouchet ", que forman el Vinalopó, todo el entorno almanseño y la murciana Bullas.

Lo probé para notar que detrás estaba la solera y la mano de los Poveda. "C'est magnifique" que diría su devoto Rey Sol. Pero me parece exagerar, o tal vez sea un mero reclamo publicitario, el presumir de una vejez de medio siglo. La normativa, si se quiere un poco laxa de la D.O. Alicante, solo manda ocho años de guarda, pero como ahora a grandes whiskies británicos y norteamericanos empiezan a disparar precios arguyendo en etiqueta envejecimientos de muy dudosa comprobación, el continente europeo los imita estúpidamente. Un vino, un licor deben tener su cuidado y guarda justas. Los mejores fondillones que he probado, y ya llevo algunos desde mi tierna infancia que no los daban para merendar con chocolate, no pasaban de 15 a 20 años. Como sigamos así no tardaremos en ver una botella con 1.000 años en su contenido y cuyo coste no se lo podrán permitir ni los más presumidos "conaiseurs".