Manifestarse era un derecho... pero hoy es de extrema derecha
Si gobernara el PP y hubiera dicho que iba a sacar a los cuerpos de seguridad a defender el orden en las carreteras, ¿ustedes creen que hubieran sido tildados de demócratas o de dictadores?
Buenos días, feliz fin de semana. Felicitaciones a los "Josés", "Josefas", "Pepas" y "Pepes" y sus equivalentes en los distintos idiomas y dialectos. Además debemos felicitar a todos aquellos pueblos y ciudades que tienen esta fiesta como importante en su calendario, especialmente a Valencia.
Si les digo la verdad, cuando me pongo a intentar resumir cuatro o cinco puntos de la semana, me doy cuenta de que la semana ha sido de vértigo.
Nuestro Presidente se ha "comprado" un escudo anticríticas. Es de una mezcla entre el hierro fundido y el acero ruso, un escudo de "todo esto que pasa es culpa de Putin y de su guerra" y "todo aquel que me critique es de extrema derecha". A cualquier pregunta que se le haga su respuesta siempre será "Europa está unida, más unida que nunca, frente a Rusia" y "Estamos viviendo las consecuencias de la guerra de Ucrania". Da igual lo que usted pregunte, lo vimos en el Congreso el pasado miércoles. Allí estaba él con su escudo, perfectamente pertrechado y sin arrugas. ¡Oiga qué estirado está el tío!
Los Ministros han llegado al acuerdo de decir que la huelga de transporte está liderada por la extrema derecha y que la violencia que vivimos en las carreteras está organizada por la extrema derecha que ha decidido sacar lo peor de ellos a las carreteras. Yo he pasado por zonas en las que había piquetes informativos y, les digo dos cosas, no les vi aplicar la violencia y, efectivamente me hicieron aguantar colas, como siempre pasa en cualquier huelga que se instala en lugares públicos.
Ahora el derecho a la huelga sólo se puede ejercer si el PSOE y el Gobierno dicen que sí, si no lo dicen ellos no se puede ejercer, porque entonces, como dijo ayer Montero, " Le hacen el juego a Putin", "Son la extrema derecha", etc.
Según el Gobierno, son una minoría, pero parece que esa minoría son casi todos.
Lo cierto es que el miércoles puse diésel en mi coche para ir a Valencia y, tras hacer cálculos, me di cuenta de que cuando antes, con 40€, mi coche hacía 700 kms., ahora hace 400, para entendernos en cifras redondas. Yo viajo poco, en comparación con lo que hace un transportista, que tiene la labor de moverse en su vehículo minuto a minuto. No quiero pensar lo que supone para ellos estos cambios de precio del combustible. Para ellos supone salir a trabajar poniendo dinero.
Si gobernara el PP y hubiera dicho que iba a sacar a los servicios de seguridad del Estado a defender el orden en las carreteras, ¿ustedes creen que hubieran sido tildados de demócratas o de dictadores que no respetan el derecho a la huelga?
Pero los transportistas, lo ganaderos, los agricultores, no tienen derecho a quejarse, ellos no.
Hay anunciadas manifestaciones este fin de semana en Madrid, veremos qué sucede.
Los partidos políticos en época de bonanza son un hervidero de alegrías, pero en momentos de incertidumbre, las miradas son "armas de destrucción masiva"
La guerra en Ucrania sigue su curso. Putin tiene claro que tiene que seguir apretando hasta que Zelenski reconozca varias cosas, a saber: a) Que no puede tener la aspiración a entrar en la OTAN (ya lo ha reconocido). b) Que no puede tener la aspiración a formar parte de la Unión Europea (está pendiente de decirlo) c) Que los terrenos que conducen a Rusia hacia el Mar Negro son independientes y prorrusos. Cuando se firme esto, la paz habrá llegado y en eso están en las mesas de negociación. Cada vez que se levantan, Putin aprieta un botón para destrozar edificios, hospitales y refugios y así va la cosa.
Nosotros, los europeos, estamos alrededor del "ring", viendo cómo se "parten la cara", conscientes de que no nos gusta Putin pero todo lo más que podemos hacer es darle golpes en la espaldita a Zelenski, diciéndole: "Vamos que tú puedes".
Entre lo uno y lo otro, el PP sigue adelante con sus cambios. En "Génova", cuando alguno se cruza con otro, por los pasillos, ambos se preguntan a sí mismos: "¿Éste seguirá aquí dentro de unas semanas?". Las dudas hacen que nadie "saque la patita", no sea cosa que se la corten y el sueño de trabajar en "Génova" se derrumbe. Los partidos políticos tienen eso, en época de bonanza son un hervidero de alegrías, pero en momentos de incertidumbre, las miradas son "armas de destrucción masiva". Más de una pose de "Matrix" se ha visto en la Sede del PP, esquivándolas.
En unos días tendremos nuevo Presidente del PP y, como consecuencia, una renovación en la cúpula. Después vendrán los relevos locales y, hasta que el nuevo PP se asiente, como diría el veterano "hombre del tiempo", Mariano Medina, habrá "marejadilla en el Cantábrico".
El domingo llega la primavera, esperamos que traiga algo de lluvias. De momento el invierno se ha despedido con esa calima que era polvo en suspensión, procedente de África. Al llegar a la Península Ibérica ha desaparecido porque, como ustedes ya saben, en España ya no se suspende nada, se puede pasar de curso con asignaturas pendientes, así que el polvo dijo: "Pues no estoy suspendido" y se acabó.
Les voy a desear que tengan un feliz fin de semana, que será mucho más feliz si no tienen que coger el coche, bueno diremos utilizar el coche, no sea cosa que haya un argentino leyendo este artículo.
La vida sigue... a pesar de ellos, de los que nos mandan.
"Si pueden... conviértanse en "ludópatas del amor", un precioso juego que les mantendrá enganchados toda la vida."
Como siempre, suyo, afectísimo y seguro servidor... Sergio Morales Parra