Alicante estrenará la ‘Ciudad de la Justicia Rafael Altamira’ en marzo de 2025
La consellera Gabriela Bravo ha presentado esta mañana el proyecto y ha confirmado que las obras se adjudican este verano y se iniciarán el a finales de año
Boceto del proyecto de la Ciudad de la Justicia de Alicante
La Ciudad de la Justicia de Alicante ya tiene proyecto, diseño de edificio, de las delegaciones que albergará, nombre autóctono y plazos para su construcción. La consellera de Justicia, Gabriela Bravo, ha confirmado esta mañana que el edificio “estará finalizado en el primer trimestre de 2025”. Antes de este verano se adjudicarán las obras y antes de finalizar este año comenzará su construcción, tal y como ha señalado Bravo.
El edificio acogerá el Instituto de Medicina Legal, una oficina para denuncias especializadas en violencia de género y la Oficina de Atención a Víctimas del Delito, en unas instalaciones “adaptadas para todas las personas con cualquier diversidad funcional”, según ha puntualizado la consellera.
La Ciudad de la Justicia de Alicante tendrá 47.000 m2 de edificio, en una parcela de 5.000 mt2 de la Avenida Aguilera, donde se ubicarán los juzgados, las dependencias policiales y las oficinas y espacios administrativos de la actividad judicial. En este edificio se concentrarán todos los juzgados que hoy en día están dispersos en la ciudad por falta de un espacio común. El proyecto cuenta con un presupuesto de 85,6 millones de euros, lo que representa más de un tercio del total destinado al Plan de Infraestructuras en el presupuesto de la Generalitat Valenciana. La adjudicación del proyecto está prevista para antes del verano, a finales de este año comenzarán las obras y en el primer trimestre de 2025 estarán terminadas, según han relatado este lunes en Alicante la consellera Gabriela Bravo y el presidente de la Generalitat Ximo Puig.
Rafael Altamira
La Ciudad de la Justicia de Alicante llevará el nombre de Rafael Altamira, el humanista, historiador y jurista alicantino que también ejerció de crítico literario y escritor. Altamira fue secretario del Museo Pedagógico Nacional. Doctor honoris causa en ocho universidades de América y Europa, y miembro de nueve instituciones académicas, se exilió en México en 1944.