Ciudadanos: el politicidio
El último show, no por más esperado menos incongruente, lo han interpretado los "arrimados" en El Campello dejando al PP compuesto y sin pareja de baile
El día de mañana, nuestro analista sociólogo y tirando a freudiano de turno, estudiará a Ciudadanos como fenómeno esquizoide ejemplificador, que no ejemplificante de dos amores a la vez, PP y PSOE, y no estar loco que cantó Machín. Y ya, cuando en concreto examine y dictamine al Cs Alicante, obtendrá el cum lauden académico, si a él antes y propiamente no se le fue la bola desentrañando mudamientos políticos que acabaron el suicidio colectivo de una presumida centralidad política.
El último show, no por más esperado menos incongruente, lo han interpretado los "arrimados" en El Campello dejando al PP compuesto y sin pareja de baile, pero no para ponerle los cuernos como en Orihuela yéndose al tálamo socialista, sino para dejar al pueblo en el limbo municipal, porque después de mandarnos a los periodistas un novelón por entregas describiendo con inmodesto autobombo lo buenos que han sido como concejales, para sólo y ya en el párrafo final decirnos que se van de sus concejalías con mando en plaza, aunque no contemplan ni completan una moción de censura. Vamos, como para que, estando de atar, los encierren en aquella ocurrente "Cárcel de papel" publicada semanalmente en la añorada revista humorística "La Codorniz".
Naturalmente los peperos han contestado con lindezas tales como que durante un trienio, ahí es nada para haberse arrepentido y romper la baraja, han "aguantado lo inimaginable" ("imagino" que para eso cobran del erario público); "soportando salidas de tono menosprecio y desplantes, no sólo hacia sus compañeros de la corporación, sino a funcionarios públicos, a los que los concejales del Cs han sometido a un escarnio de lo más despiadado" (¿y por qué no los han denunciado los propios funcionarios cuyo estatus les aguanta el cargo y función poco menos y salvo que asesinen a un compañero o le peguen fuego al Ayuntamiento"– Berenguer ¿todavía? alcalde del PP, dixit.
Los restos del naufragio "Ciudadano" tras las elecciones andaluzas nos cantarán aquella de adiós con el corazón que con el sueldazo no puedo, empezando por Julia Parra vicepresidenta de la Diputación (cerca de 75.000 € anuales más otras bagatelas complementarias), gobernando en la institución provincial con el PP de Carlitos Mazón, mientras que como concejala de su pueblo San Joan marida a las mil maravillas con el PSOE-PSPV, repartiéndose el gobierno en bienios como si las ideologías debieran servir al poder, y no al contrario, en clara demostración de que "ni cuando miente dice la verdad", o quizás sea la versión contemporánea y femenina del extraño caso de la doctora Jekyll y la madame Hyde ¿filibusterismo, esquizofrenia no detectada, jugar a dos palos, la mirada de la buhita ...? Juzguen ustedes mismos.
En nuestro Ciudadanos particular de la Comunidad Valenciana, tan descalabrado o un poco más que el resto de las Españas, existen dos facciones, o quizás infinitas, que pugnan por agarrarse al clavo ardiendo de la demoscopia adversa. Al menos que se sepa, Teresa Ortiz marioneta de Jesús Gimeno, César Martínez y Javier Gutiérrez (otro dispendio de la dipu alicantina), trío de lugartenientes a las órdenes de Emilio Argüeso, tránsfuga él, intentan controlar el partido desde Comunidad Valenciana-Madrid Foro; mientras que en el otro bando, Fernando Llopis y Ruth Merino, mejor gente y fieles a Toni Cantó hasta que éste dio (o le dieron) la espantá, intentan recomponer lo que ya no tiene remedio, entre unos que llaman a la puerta del PP no paga traidores (tampoco el PSOE), y otros que todavía creen en lo que pudo ser y no ha sido.
Nada más necesario para nuestro país que un partido equidistante y liberal entre los populares y los socialistas (cada cual con sus adláteres), pero parece que los partidos de centro tienen la negra y, además, el mal fario reiterado desde que los hijos (políticos) de Adolfo Suárez lo acuchillaron políticamente como en los idus de marzo, y ni UCD, ni el CDS, ni los liberales de Walker y Roca, ni UPyD, etc., etc. han sobrevivido a una suficiente estancia histórica tan esperada como efímera e inútil.
Ciudadanos tampoco