Muere un paciente en los pasillos de Urgencias y crece el caos en Torrevieja

Un hombre de 59 años falleció hace unos días tras llevar nueve horas en los pasillos de Urgencias del Hospital de Torrevieja. Otros denuncian que esperan hasta 24 horas para que les atiendan por la vía urgente, lo que aumenta el riesgo para sus vidas exponencialmente. El problema es la falta de personal en el centro. Desde que se produjo la reversión y la gestión pasó a manos de la Generalitat Valenciana el colapso va en aumento. Y lo más preocupante es que comienza la campaña de verano y no hay previsión de sustituciones. Al contrario, la Conselleria tiene previsto reducir servicios y asfixiar todavía más la pésima atención que presta en el departamento de salud de Torrevieja.

En el Hospital se acumulan las quejas por la falta de medios y en urgencias hay esperas interminables para ser atendidos. Esta nefasta gestión desembocó hace unos días en la muerte de un paciente después de esperar 9 horas.

Los usuarios denuncian en redes sociales el caos en la atención y prestación del servicio en el Hospital de Torrevieja. Una joven relata que “la gente que llegaba con patología muy grave tenía que estar esperando, gente con infartos que llegó a las 8:00 h de la mañana y hasta las 3:00h de la madrugada no salió”. Otra vecina asegura que “hay gente que tiene que esperar más de 15 horas para ser atendidas y que incluso se llevan almohadas y comida. Necesitamos que nos escuchen y denunciar esto porque va a llegar el verano y se va a poner caótico”.

Lo que está pasando es que hace falta personal sanitario que atienda el volumen de urgencias diarias en este hospital. Otro de los afectados denuncia que llegó a esperar 23 horas hasta que fue atendido. Este no es un problema de siempre del hospital, todo empezó el pasado mes de octubre con la reversión de la gestión.

Reversión de un hospital de éxito

El Hospital de Torrevieja era un referente en atención sanitaria y lideraba el ranking que la propia Conselleria de Sanidad elabora. Era un hospital concertado, gestionado por el grupo Ribera Salud, que conseguía entre sus pacientes y sus trabajadores un índice de satisfacción muy por encima de la media. Pero todo cambió cuando se inició la reversión y el centro paso a manos de la gestión pública. El empeño de la entonces Consellera de Sanidad, Ana Barceló, de despojar de la gestión al grupo Ribera se ha convertido en un caos en constante crecimiento.

Comenzaron las colas en Urgencias, las fugas de profesionales, las protestas de los trabajadores, la reducción de plantilla, la precariedad en el servicio en especialidades y la caída libre en la calidad de la prestación del servicio a los usuarios del departamento de salud.