Los saqueadores de iglesias se gastaban el botín en fiestas y alardeaban de ello
Una disputa amorosa y celos entre los integrantes de la banda propició la disolución y el cese de los asaltos, que vendían en tiendas de ocasión las imágenes, joyas y objetos de eucaristía
Se hacían fotos con los medallones que robaron en iglesias de las provincias de Alicante y Murcia y las subían a las redes sociales. Luego vendían los objetos de valor en tiendas de compro oro y de segunda mano y se gastaban el dinero en fiestas.
El cabecilla de la banda relató los detalles de una fiesta de diez días ininterrumpidos, a costa de lo robado. La organización delictiva estaba formada por chicos y chicas de diferentes edades, aunque todos muy jóvenes y algunos menores de edad.
Los integrantes más fuertes de la banda forzaban las puertas de acceso y los más jóvenes y menudos entraban a las iglesias por pequeñas ventanas, donde se encontraba el botín y se encontraban los objetos de la eucaristía, las joyas y las imágenes que robaron durante meses.
La presión policial y la investigación del grupo de Policía Judicial que está compuesto por agentes muy jóvenes y muy experimentados en estas labores fueron dando poco a poco a través de las denuncias e informaciones recopiladas. Visionaron las imágenes de los vídeos de seguridad en colaboración activa con la comisaría local de Molina de Segura y con la colaboración de la Diócesis de Murcia.
comunidad-valenciana/alicante
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