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Profetas, granujas y políticos

España arde por los cuatro costados, Cáceres, Ávila y Salamanca; Galicia; Málaga, Barcelona. Ahora pones el telediario y la guerra de Ucrania ya parece que ha terminado. Solo hay incendios

Profetas, granujas y políticos

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Los jubilados no hacemos nada en todo el año, por eso hay políticos – sigan a mis amigos de la Unión Europea de Pensionistas que andan estudiando e intentando poner remedio al problema- que intentan quitarnos de en medio como sea. Unos dicen que, como tenemos casa en propiedad eso hay que considerarlo un ingreso y que, si queremos mantener un nivel de vida digno, no acudamos a exigir la pensión, que pidamos una hipoteca inversa o algún otro invento de esos modernos de los que no acabo de fiarme. Otros dicen que no se pueden subir las pensiones relacionándolas con el índice de precios porque creamos inflación. O sea que quienes hemos levantado el país, quienes hemos cotizado cuarenta años – más los que trabajamos de niños en plan pirata porque había que comer- ahora somos los culpables de la quiebra del sistema. No son los subvencionados, no son los que no han dado golpe nunca, no son los liberados, no son quienes viven del pesebre… somos los que hemos pagado ampliamente lo que ahora cobramos durante años y años dando el callo. En fin, que creo que me voy a hacer activista con estos de la Unión Europea de Pensionistas antes de tener que hacerme atracador como planeo.

Oiga usted – me dice un memo que se cree que sabe derecho- eso de avisar de que se va a hacer usted atracador es apología del delito. Sería apología –le contesto profesoral y practicando la obra de misericordia de enseñar al que no sabe- si yo dijera que atracar es bueno y que todos debemos practicar el atraco – cosa de la que se encargan las multinacionales y los dirigentes mundiales entre otros-. Yo practicaré el atraco solo en última instancia, el atraco famélico y únicamente si me dejan sin comer las políticas que algunos gilipollas defienden, porque el tema de dormir lo tengo solucionado con los soportales de la Avenida de Maisonave.

En verano – decía al principio- los jubilados no hacemos nada. Lo mismo que en el resto del año. Para intentar blindarme contra el alzhéimer y durar más años de los que quisiera Cristine Lagarde – esa dice que tanta carga de jubilados no se puede soportar y la abuela, que tiene mi edad, se debe creer Charlize Theron- me dedico, los meses de julio y agosto, a releer a los clásicos, a falta de otras actividades más lúbricas para las que uno ya está imposibilitado salvo que quiera hacer el ridículo un día tras otro.

Voltaire, Flaubert, Zola y algún otro francés que son los que tocan este año. Ayer encontré una frase de Voltaire – en sus Escritos anticristianos- que es digna de ser grabada con un punzón en el rabillo del ojo para que no se olvide: “El primer adivino, el primer chamán, el primer político, el primer profeta, fue el primer granuja que encontró a un imbécil – al que llevar al huerto y del que vivir del cuento y sin dar golpe, añado yo- de modo que ese es uno de los oficios más antiguos”.

No se crean que los profetas, los chamanes, los intermediarios de la divinidad en todas las religiones, los adivinos y los políticos – Voltaire, y yo mismo, los equipara a todos- están de capa caída. Mírenlos sobreviviendo de puta madre y teniéndonos detrás como lebreles para unas cosas y para otras.

Han tocado a rebato porque ellos mismos han lanzado la señal de alarma. ¿Se preocupan por nuestro futuro, por nuestro bienestar, por las cosas que realmente preocupan al ciudadano de la calle? En absoluto. Ahora andan preocupados de las encuestas, de las prospecciones electorales, de ver cuándo es la fecha idónea que más le puede convenir a cada uno para situar las elecciones y ganarlas. O sea, para seguir viviendo del rollo.

En el Parque Nacional de Monfragüe, que ha ardido con sus alrededores estos días, hace cuatro años que no limpiaban

Pongamos un ejemplo. España arde por los cuatro costados, Cáceres, Ávila y Salamanca; Galicia; Málaga, Barcelona. Ahora pone uno el telediario y la guerra de Ucrania ya parece que ha terminado. Solo hay incendios. Cincuenta mil hectáreas han ardido en dos semanas, he oído este mediodía.

Entrevistan a un pastor – con el fuego detrás- y dice algo que los políticos autistas y ensimismados no han debido de oír: “En los montes que hay pastoreo no hay incendios. Y si los hay, se apagan rápidamente”. ¿Han escuchado, señores gestores de la cosa pública?

En el Parque Nacional de Monfragüe, que ha ardido con sus alrededores estos días, hace cuatro años que no limpiaban – he oído o leído también a algún especialista del lugar-. ¿Qué hace mientras Fernández Vara? Pasear el folio y pontificar sobre alta política porque lo de limpiar los montes es cosa de labriegos y analfabetos. Mecagoentoloquesemenea.

Y digo Fernández Vara, como digo Feijoo - que ahora parece Dios, de distante y majestuoso después de aniquilar a Casado, que casi me está gustando ya el chaval- y como digo Mañueco y el señor del peluquín, con su director general de emergencias, o Moreno Bonilla. Una pregunta para todos ¿Han hablado con Marlaska y le han preguntado qué hacen y a qué mariconadas y gilipolleces se dedican los miles de condenados a Trabajos en Beneficio de la Comunidad, por delitos por los que antes iban a la cárcel, con tanto bosque y tanta cuneta por limpiar?

Seguimos con los parques y jardines. El viernes, en la cena del Colegio de Abogados, me saludó Manuel Villar – no lo conocí en el momento, aunque compartí con él clases en la facultad de derecho algunos años. No lo conocí porque el tiempo nos ha fastidiado a todos-. Demostró que lee mis Catilinarias en ESdiario. Oye - me dijo educadísimo tras saludarnos e identificarnos- cuando publicaste por primera vez la situación de los jardines de los juzgados de Benalúa, me puse de inmediato manos a la obra. Pero es que eso no es nuestro, es competencia de la Generalitat. Hombre Manuel, al señor del peluquín le pilla lejos, en su majestad y altura, que los políticos practican las tesis de Mircea Eliade salvo cuando están cerca las elecciones. Entonces se abrazan compulsivamente a todo lo que pillan.

Manuel, distrae – que te aseguro yo que no es malversación, que estudie penal con Juanjo Díez y Faustino Urquía y Rafael Bañón, los mejores, y hasta con Luis Garrido y Boix- que no es malversación, pregúntale a tu jefe Barcala, distraer de vez en cuando a un jardinero y que dignifique un poco el basurero en que se ha convertido el monumento a Miguel Hernández.

El PSOE de Alicante se está haciendo el harakiri de la mano de Sanguino – el que protestaba porque Manresa había ayudado al Primer Encuentro Español de Autores Literarios- y de la mano de Franco – Ángel, no Francisco-. Andan enredados en una guerra civil más cruenta que la que se libró en Roma en el siglo I antes de Cristo - lean Ab urbe condita de Tito Livio y se enteran, que desde que murieron Lassaleta y José Vicente Beviá, no ha asomado por esa sede uno que tenga la sabiduría precisa para ocuparse un poco de la gente-.

¿Creen que esos señores, que pugnan encarnizadamente por no se sabe qué, están interesados en los alicantinos? Están interesados el doble que hace unos años. Antes no estaban interesados nada y ahora, nada de nada. Solo buscan su facción, su lista y estar en ella. El mamoneo de la cosa pública cuando no saben gestionar ni lo privado. Yo iba a votar a Barcala, pero con el fiasco de los motivos de seguridad de las mascletás creo que voy a ver qué hace la Unión Europea de Pensionistas en Alicante.

¡Abuelos del mundo, uníos! Si los Bildus y los Esquerras, con algo más de una docena de diputados han hecho que Sánchez prolongue el franquismo hasta el año ochenta y tres – ahí tenemos claro el mito de la resurrección publicado en el BOE-, imaginaos con nueve millones de abuelos y veinticinco diputados, lo que se podría hacer. Yo ahí lo dejo.