¿Hay Estado de Derecho?
Pedro Sánchez poniendo sus iniciativas en marcha y soltándose la corbata para ahorrar energía porque sin corbata podemos aumentar un grado el aire acondicionado con el ahorro consiguiente
Cada día lo dudo más. No sé si la vejez me está volviendo más anarquista y descerebrado, no sé si el alemán – el doctor Alois Alzheimer fue el primero que habló de esa extraña enfermedad mental- me está socavando desde los pies hasta la coronilla o es que – mucho más simplemente- estoy hasta los mismísimos cojones de todo esto. En el Estado de Derecho, con el que sacan pecho todos los publicistas y políticos – son lo mismo- estatales, cada día creo menos, pero no puedo decir todo lo que se me viene a la cabeza porque he fijado como fecha para entrar en la cárcel, el cumpleaños número setenta y aun me faltan unos cuantos. Ya verán con “El gato tuerto”, ya.
Dicen que el paro baja de manera estratosférica, vamos a esperarnos a que acabe el verano y cierren los chiringuitos de las playas a ver en qué queda esa afiliación gigante a la seguridad social. Dicen que aquí no necesitamos ahorrar gas porque tenemos a los argelinos que nos suministran lo que haga falta y hasta podemos ayudar a los alemanes dándoles lo que nos sobra. Vean a Pedro Sánchez poniendo sus iniciativas en marcha y soltándose la corbata para ahorrar energía porque sin corbata podemos aumentar un grado el aire acondicionado con el ahorro consiguiente. Yo sigo con los pies en la palangana y el abanico que es gratis porque tiene tracción animal – yo mismo dando abanicazos- y no gasta luz ni gas ni nada.
Los partidos políticos se han reconstituido de cara a las elecciones como los niños raquíticos del posfranquismo con la leche en polvo de los americanos y la Kina Santa Catalina. Era una broma aquello de que la kina – vino en realidad para los niños, de ahí me viene a mí la cirrosis, la demencia alcohólica, la depresión, el anarquismo y la mala leche- porque nosotros no necesitábamos que nos abriera nadie con ningún potingue, las ganas de comer. Nuestra necesidad era que nos quitaran el hambre permanente. Pregúntenle si no a los claretianos de Don Benito, cuando íbamos a mangar los churros que habían sobrado a la parte trasera de las cocinas – mendigar más bien- antes de que los tiraran a la basura, que me río yo de esos niños amariconados y tiquismiquis que no quieren comer salvo melindres. Medio año internos y otro medio año de mili en El Ferral y se les quitan las tonterías sin psicólogo ni hostias.
Leo en el periódico una noticia que me agita, me hace caer tirando el sillón y la palangana, y me pone los pelos como escarpias. Menos mal que tengo una vecina bondadosa – amiga sin derecho a roce- a la que pido socorro y acude a echarme un cable.
Leo: El gobierno pacta con Esquerra “Desjudicializar el procés”. ¡La virgen santa, si levantara la cabeza Don Domingo Batet Mestres! – un general de Tarragona, con un par, engañado por Mola y fusilado por Franco, y creo que tío abuelo de Meritxell Batet, un bellezón que me pone, con permiso de su novio el ex ministro de Justicia-.
Todo Derecho es un conjunto de normas positivas que adopta quien tiene el poder para proteger, fundamentalmente, sus intereses.
Hace muchos años era yo subdirector de gestión en Fontcalent – el que lleva los asuntos jurídicos de los presos, las sentencias, los mandamientos de prisión, de libertad, etc..-. Sustituía entonces al Director que estaba de vacaciones. Recibo una instancia de un etarra que dice más o menos – ya saben que la memoria es lo único que me funciona. Todo lo demás mal-: Señor Director: Iñaki Beloki y tal… prisionero político vasco. No seguí leyendo y se la devolví: No me mande usted instancias con mentiras. Usted no es prisionero. La palabra prisionero alude a presos de guerra y aquí no hay ninguna salvo la que ustedes pregonan. Usted es penado con una sentencia justa tras un proceso judicial con garantías. Aquí no hay prisioneros políticos, esto no es el Chile de Pinochet ni el Irán de Jomeini. El etarra montó en cólera y me denunció, acusándome de fascista y no sé de qué más y la denuncia paso sin pena ni gloria. Otros muchos lo hicieron después muchas veces y solo encontró eco una información falsa, archivada en once horas, no creo que haya habido otro archivo tan rápido en el mundo, y de ella se hizo eco solo un mal periodista y mala persona, en un líbelo fascista del que no quiero ni guardar memoria, mentiroso por sistema.
Viendo lo que sale hoy en la prensa, creo que me equivoqué con el etarra. En España hay presos políticos en el sentido de gente que está o ha estado en la cárcel y las decisiones – Ley General Penitenciaria y esquemas de Tratamiento aparte- sobre ellos se toman con criterios de política exclusiva para ellos. Me explico.
El Derecho natural no existe. Todo Derecho es un conjunto de normas positivas que adopta quien tiene el poder para proteger, fundamentalmente, sus intereses. Cada estado tiene, en ese sentido, su política criminal, o sea su manera de entender los comportamientos y de sancionarlos, o sea de establecer qué es valioso y qué merece ser defendido por medio del derecho penal.
Un ejemplo: Irene Montero se cree que ha descubierto el Mediterráneo con su afirmación estrella: Solo sí es sí. Señora ministra, eso ya estaba recogido cuando Franco era cabo. En el Código Penal que yo estudié decía más o menos: Será condenado bla, bla, bla… el que acceda carnalmente a una mujer en contra de su voluntad. Repito: En contra de su voluntad, o sea, cuando la mujer no quiera. Más claro agua y con Franco vivo y coleando. Usted no ha descubierto nada.
Vuelvo al principio: El gobierno pacta con ERC “desjudicializar el proces”. ¿Eso que es? ¿Unos señores dan un golpe de estado y lo vestimos de faralaes, le ponemos un lazo y no ha pasado nada? La política entra en el derecho a posteriori para servir a unos intereses momentáneos. Eso, a mi humilde entender, de mi ser anciano, anarquista y analfabeto, es torcer el estado de derecho porque se carga en un solo movimiento la seguridad jurídica. ¿Qué es la seguridad jurídica? A mi entender analfabeto, anciano, etc… es la certeza de todo ciudadano de que puede actuar libremente, sabiendo que el ordenamiento jurídico lo protege, que ampara las acciones que se someten al derecho y castiga las que lo vulneran.
Cuando se produce el compadreo, cuando se atienden intereses espurios, coyunturales o momentáneos – de permanencia en el poder, de enchufismo, de favoritismo, de caprichitos, de postureo o de ignorancia, de vagancia, de pago de servicios, etc…- se entra en el totum revolutum y en la frase famosa de Pacheco “la justicia es un cachondeo” o incluso algo peor, este país es un despelote. Ya verán con “El gato tuerto”, ya verán.
“De consolatione literaturae”. Parafraseando a Boecio, me consuelo en la literatura. “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño – nada que ver con el ministro, dedico el verano a releer clásicos-. Un libro excitante, desvergonzado, promiscuo, literario y por el que, en siglos pretéritos, su autor, no habría durado nada en terminar en la hoguera.