Se duplica el uso de anticonceptivos reversibles en la Comunidad Valenciana
Las parejas que posponen su opción de tener hijos utilizan métodos con eficacia de tres meses y hasta 5 años, para guardar la opción de volver a la fertilidad una vez transcurrido el plazo
El uso de métodos anticonceptivos reversibles y de larga duración (los LARC por las siglas en inglés de Long Acting Reversible Contraception) tiende al alza en la Comunitat Valenciana. Las personas expertas los prescriben como primera opción para todas las mujeres porque consideran que son sistemas eficaces y duraderos, entre otras ventajas.
Además, están financiados por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública que, de hecho, ha duplicado el gasto en esta partida desde 2017, cuando asumió y extendió su financiación a todos los departamentos. Los datos se dan a conocer con motivo del Día Internacional de la Planificación Familiar, el 3 de agosto.
Los LARC son los dispositivos intrauterinos (DIU) hormonados y no hormonados, los implantes anticonceptivos subdérmicos y los inyectables. Son los métodos recomendados como primera opción contraceptiva para todas las mujeres, incluidas jóvenes, desde los Centros de Salud Sexual y Reproductiva por varias razones. En el caso de relaciones esporádicas, eso sí, se aconseja combinarlos con el uso del preservativo para prevenir también Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
“Los anticonceptivos reversibles de larga duración son seguros y altamente eficaces, con tasas de embarazo inferiores al 1%, debido fundamentalmente a que evitan los fallos en el cumplimiento por parte de las usuarias que requieren otros métodos anticonceptivos; duran entre 3 meses y 5 años y, como su propio nombre indica, permiten una recuperación inmediata de la fertilidad tras su retirada”, ha explicado José María Marí, doctor recién jubilado del Centro de Salud Sexual y Reproductiva de Xirivella-Alaquàs y actualmente vicepresidente de la Sociedad Valenciana de Contracepción y Salud Reproductiva.
Además, estos sistemas están financiados por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública para garantizar la equidad en el acceso y la calidad en la atención a la salud sexual y reproductiva, en cumplimiento de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo. De hecho, su adquisición y uso está generalizado desde 2017 en todos los departamentos de salud.
Como ventajas adicionales, José María Marí ha añadido que los LARC tienen escasos efectos adversos y aportan beneficios no anticonceptivos “como disminución del dolor y sangrado menstrual, además de ser los anticonceptivos con una mejor relación de costo/efectividad”.
Así las cosas, la prescripción de LARC experimenta un crecimiento sostenido en la Comunitat Valenciana, donde ha pasado de 6.700 unidades en 2017 a 12.000 en 2019, 15.600 en 2021 (cuando se multiplicó por 2,3 respecto a 2017) y ya son casi 10.000 en lo que llevamos de 2022. La tendencia al alza de la serie histórica se truncó por la pandemia en 2020, cuando se prescribieron 11.000 unidades, pero se recuperó en el siguiente ejercicio.
En paralelo, la partida destinada a este fin también ha aumentado porque la sanidad valenciana es una de las pocas que financia estos sistemas, tal y como establece la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, con un gasto que ha pasado de 660.000 euros en 2017 a más de 1.300.000 en 2021 y que ya ronda los 900.000 en 2022.
Mujeres de 20 a 39 años: perfil más atendido
Las mujeres de la Comunitat Valenciana tienen acceso a estos métodos anticonceptivos financiados con independencia de cuál sea su Centro de Salud, porque Atención Primaria trabaja en coordinación con los cerca de 80 Centros de Salud Sexual y Reproductiva que hay en la Comunitat Valenciana.
En estos centros, la cifra de consultas y personas atendidas se acerca progresivamente a los niveles previos a la pandemia, de acuerdo con el balance de actividad del primer semestre. Así, en lo que va de 2022 se han atendido 216.000 consultas realizadas por 88.000 pacientes, frente a las 230.000 atenciones y 93.500 pacientes de 2019.
Las personas atendidas son mayoritariamente mujeres (en 2022, en una proporción de 94% frente al 6% de hombres) y con edades comprendidas entre los 20 y 39 años (59%), seguida de la franja etaria de 40 a 59 años (30%).
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