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Los problemas que nos matan

El gravísimo y urgente problema de este país es la Ley Trans y que los niños de dieciséis años puedan autodeterminar su sexo, independientemente de sus caracteres externos

Los problemas que nos matan

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He oído que, en Murcia, tierra queridísima y muy buena gente – salvo deshonrosas y contadas excepciones- solo hay plazas en residencias de mayores para el 2,3 % de los abuelos que las necesitarían. No debe de andar muy lejos la cosa en Alicante porque yo he estado buscando – me gusta siempre poner el parche antes de que me salga el grano- porque tampoco voy a pretender que el amor de mi vida me haga de cuidadora. Me conformo con un par de años de vis a vis, mientras el cuerpo aguante y, luego, que me tire al cubo de la basura que es donde debemos estar los despojos, los que somos un montón de escombros inservible.

Insisto. He estado buscando y me piden - siendo válido, porque yo por ahora valgo, poco pero valgo. Al menos para levantarme y acostarme solo y ducharme y comer con mi propia mano- me piden siendo válido dos mil cuatrocientos pavos al mes. Ni mi pensión, que es de las gordas, da para eso. Tendría que recurrir a esa triquiñuela, que te deja ya encarado al crematorio arruinado sin remedio, y que se llama hipoteca inversa o venta aplazada o no sé qué cojones. Típico ardid de usurero para dejar a los abuelos esquilmados como si te hubiera pillado por en medio un especialista del antiguo tocomocho o del timo del nazareno.

¡Abuelos imbéciles, entre los cuales me cuento! A ver si espabilamos porque no se trata solo de las pensiones. Se trata de proteger la calidad de vida de quienes hemos mantenido a este país y lo hemos llevado al estado de bienestar del que farda, durante los últimos cincuenta años, tragándonos a Franco, al Nacional catolicismo, a la emigración a Alemania y a los septiembres en la vendimia francesa. Ahora recibimos ecuatorianos, colombianos, marroquíes, negros, chinos y todo lo que se mueve en el planeta, pero hace treinta años éramos nosotros los que íbamos por ahí, porque aquí nos quitábamos el hambre a guantazos y, en muchas casas se comía a la carta: solo el que sacaba el as de oros mientras los demás mirábamos.

Bueno pues ese problema de los abuelos, por ejemplo, ese problema que se solucionaría echando leches, con veinte diputados, no es problema para Irene Montero #mecagoentoloquesemenea. El gravísimo, el problema urgente de este país es la Ley Trans y que los niños de dieciséis años puedan autodeterminar su sexo, independientemente de sus caracteres externos. O sea, que uno tiene una cosa entre las piernas pero con quince años dice que es mujer, que lo tiene claro porque es muy listo e intelectualmente potente, y se pone María Antonia aunque hasta ese momento se llamara Felipe. Me parece muy bien. Esa ley no me va a afectar porque yo estoy preocupado por el precio del asilo y no por ponerme el sujetador de encaje o de color fucsia.

No estaría mal que ese gobierno central que maltrata a Alicante en los presupuestos se dejara caer con un apoyo absoluto al área Alicante-Elche

Dice Irene Montero que la autodeterminación de género - esencial para que el globo terráqueo siga girando alrededor del sol- es el corazón de la ley, aplicable a menores de dieciséis años que no saben ni lo que quieren. No lo sabemos los de sesenta…lo van a saber ellos. ¡Cuánta gilipollez! El choque es frontal en la coalición de gobierno – se asustan los miedosillos y yo “mescojono”-. Tranquilos que no llega la sangre al río, que son muchos sueldos, muchos asesores que no saben nada y de nada asesoran, muchos momios y muchos despachos con moqueta. Tranquilo Sánchez que solo es un brindis al sol y motín teatrero de cara a la galería. Ciudadanos - partido difunto, ahora que estamos en tiempo de eso- ha planteado una pequeña modificación. ¡Cágate lorito! Que los padres, en el caso de los menores de dieciséis y diecisiete años, sean avisados del cambio de sexo de sus hijos, solo para conocimiento. ¡Tiene cojones! Se va el hombre al tajo por la mañana. Deja a su hijo nini durmiendo o matando marcianos, o jugando a la play con esa infinidad de gilipolleces que hay ahora y que hacen que el niño no lea un libro ni por prescripción médica. Se va el hombre a poner azulejos, porque trabaja chapando cuartos de baño. Deja al niño llamándose Pepe y cuando vuelve por la noche hasta se ha cambiado el carnet y se llama Vanesa. El niño no trabaja, vive del cuento, no puede abrir una cuenta ni firmar un contrato pero puede cortarse lo que quiera o plastificarse lo que le dé la gana. Esto es una ley extraordinaria, sensata, razonable y digna de figurar en los anales de la ciencia jurídica por delante de las Catilinarias de Cicerón y de la República platónica. ¡Señor, llévame pronto que el amor de mi vida se ha ido con otro! Ojalá sea uno que lo tenga todo postizo y plastificado.

Manuel Desantes - cambio de tercio- catedrático sabio y ordenanza, yo también soy fámulo de él, de Don Biblio, en la Biblioteca de los libros felices está peleando por una idea que ronda hace tiempo por el ambiente de Alicante pero no acaba de concretarse y de llevarse a cabo. ¡Cosas de los políticos!

Se trata, entiendo, de conformar ese gran eje metropolitano que abarcaría desde San Juan y San Vicente hasta Santa Pola y desde Alicante hasta Elche. Un millón de habitantes que, en verano casi serían dos. Se crearía un gran ámbito de trabajo -cultura, deporte, transporte turismo, medio ambiente, universidades, salud, digitalización (tan de moda y tan imprescindible), comunicación y profesiones liberales. Ya verán cómo empiezan a interesarse los políticos tan pronto coja un mínimo de aire. Sería esta, Alicante-Elche, la única área de esas características en España porque las demás, Madrid, Barcelona, Gijón, Vigo, Sevilla…son de características totalmente diferentes. Hasta la Unión Europea está interesada en lo que se ha dado en llamar Áreas Metropolitanas Neuronales donde las partes se complementan y se reconocen como pares. No estaría mal que ese gobierno central que maltrata a Alicante en los presupuestos, quinta provincia en aportación y la última en recibir, se dejara caer con un apoyo absoluto a esta área grande en economía, en población y en gente creativa y trabajadora.

Cuando lean esto ya estará rampante por las calles alicantinas El Gato Tuerto. No voy a hacer más publicidad. Lo hemos presentado este viernes en el Real Casino Liceo de Alicante con lleno total. No es una invectiva contra nadie ni abogados ni jueces ni fiscales ni feministas ni hombres ni mujeres. No es una novela con ganas de guerra aunque sé que es muy posible que la dé. Me he documentado a fondo y todo lo que he podido o mi cabeza ha dado de sí. He intentado ser comprensivo con la naturaleza humana porque participo de ella y todos los defectos de los hombres los tengo, como decía aquel escritor al que me gustaría parecerme aunque fuese de lejos, Publio Terencio Africano y no lo escribo en latín para no ser cargante.

Critíquenme, pónganme verde pero solo después de leer la novela. #elgatotuerto. Larga vida porque la literatura y la música y el arte... son los que nos hacen de verdad inmortales.

Manuel Avilés

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