Nuevo escándalo con los trenes: los de Ximo Puig no pueden circular por el peso
Los trenes de la Línea 9 del tranvía Dénia-Alicante no pueden circular porque los puentes metálicos no soportan su peso tras gastarse la Generalitat Valenciana 43 millones en seis trenes
No sólo en Asturias y Cantabria las matemáticas le han jugado una mala pasada a un Gobierno del PSOE a cuenta de los trenes. En plena polémica por los trenes que no caben por los túneles en estas regiones que le ha costado la dimisión al presidente de Renfe y la secretaria de Estado del ministerio de Transportes, en la Comunitat Valenciana que dirige el socialista Ximo Puig se ha dado un caso similar.
A diferencia de Asturias y Cantabria donde el problema es el ancho o el gábilo, en la Comunitat Valenciana el pufo viene por el exceso de peso de los trenes. En concreto, el diputado del PP en las Cortes Valencianas, Miguel Barrachina, ha revelado que los nuevos trenes de la línea 9 del tranvía de que une Alicante con Dénia no pueden pasar por los puentes de la línea por exceso de sobrepeso.
Estos trenes tienen un peso de 63 toneladas y los puentes no lo soportan, por lo que ningún tren pasa los tres puentes metálicos que hay entre Teulada y Benidorm. Esto obliga a que los pasajeros se tengan que bajar cuando llegan al primer puente metálico y hacer transbordo en una línea de 100 kilómetros que cuesta hacer tres horas.
Los pasajeros tienen que coger tres trenes distintos y hacer dos transbordos, porque cuando lo coges de Dénia, los puentes metálicos entre Teulada y Benidorm no los aguantan y cuando quieres ir desde Alicante a Dénia los trenes electrificados no caben por los túneles cuando pasan de Benidorm, porque son estrechos. “Túneles pequeños y puentes que se hunden”, ha denunciado Miguel Barrachina.
“Parece increíble que hayan comparado 6 trenes por 43 millones de euros y no se dieran cuenta del peso que tenían. Quien va a sumir la responsabilidad política por tomar estas decisiones tan equivocada”, ha afirmado el diputado del PP, que ha pedido que se depuren responsabilidades políticas tal y como ha ocurrido con el caso de Asturias y Cantabria y que a los usuarios de esta línea se les pague íntegramente los billetes hasta que se solucione el problema.