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Ione Belarra al grito: ¡Cuidado ricachones!

Ximo Puig, con menos distancia electoral que Pedro Sánchez, debe empezar a marcar distancias con los podemitas o terminarán fagocitándolo en las urnas, haciendo meritoriaje para trasponerse

El president de la Generalitat, Ximo Puig, y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, durante un encuentro en el Palau de la Generalitat, a 28 de febrero de 2022

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Ya resulta paradójico que un socialdemócrata de corte y porte acomodado, como el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tenga que salir en defensa de demostrados y honorables capitalistas que han traído a la Comunitat riqueza y empleo: “caricaturizar al empresario como si fuera el ricachón del Monopoly es injusto y, sobre todo, es falaz”, en clara referencia a sus socios de gobernanza, podemitas y comunistas; por cierto, Elizabeth Magie (1866-1948), feminista y progresista de la relativista “izquierda” estadounidense, fue la inventora de este juego que premia al creador de riqueza y nunca al especulador.

Claro que aquí en Europa jamás se llevaron bien estas izquierdas desde tiempos de bolcheviques versus mencheviques. Los primeros, a golpe de bayoneta y campos de concentración confiscaron todos los patrimonios de los “capitalistas”, empezando por sus viviendas, posteriormente troceadas en minúsculos apartamentos con servicios comunes; mientras los segundos pretendían un mejor reparto de la propiedad, pero respetando el esfuerzo y valía personal de cada cual, por conseguir, y en su caso aumentar una mejor posición social, aunque corrigiendo excesos con un fuerte sistema impositivo que facilitaba al Estado la promoción de vivienda nueva, un fuerte auxilio social, empezando por la sanidad y la enseñanza públicas, sin necesidad alguna de llevar al paredón a los “orondos burgueses”.

Bien es verdad que el Molt Honorable tenía todo el patio de butacas ocupadas por la Asamblea General de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), no confundir con el tren por si los meten también en un túnel impenetrable; y que por cada “ricachón” habría nueve pymes (pequeños empresarios) en la sala corporativa. Tal vez por ello, no es menos cierto que nuestro presidente comunitario en corrillos posteriores confesaba sotto voce que está hasta la pernera y otra media de sus socios petardistas, cuya última gilipollez había buscado diana en el presidente de Mercadona, que da trabajo, y bien remunerado (según el propio comité de empresa), a más de 90.000 empleados, a los que habría que añadir afines e indirectos a esta sociedad alimentaria nacida hace 46 años en el valenciano municipio Puebla de Farnals como “Mercat de la Dona” de cuya conjunción viene Mercadona. Nada dice Podemos de otras grandes empresas alimentarias vascas, francesas, alemanas…

Pero, y al tiempo, ya que estaba en nuestra tierra (de paso cañazo), Ione “T..arra”, fénix del ingenio podemita, para superar su habitual estulticia vociferando que: “Llamar a Roig capitalista despiadado no es un insulto, sino una descripción”. Esta asombrosamente ¿ministra? no ha pasado en sus escasísimas lecturas del conciso texto que acompaña a una viñeta de cualquier tebeo parvulario “describiendo” a Bakunin y los societarios Marx y Engels; siquiera creo que en su conversión al comunismo y a la acracia leyese las referencias que sobre ellos se hacen en el escueto y adoctrinador Libro Rojo maoísta.

Sánchez la mantiene en el cargo y sueldazo, porque son la cuarta pata de una silla que, aunque se le esté metiéndosele en sálvese las partes, lo mantiene paseante por los jardines de La Moncloa

Esta vesánica de cara bobalicona y verbo mordaz suelta sus perlas de plástico como si nos creyésemos que son el collar de dos vueltas de la reina británica Isabel II; es puro eslogan de pancarta cabreada contra un Gobierno en el que ella está propiamente; su única razón dialéctica reside en el insulto y el vituperio al punto que “compañeros de viaje” y sindicalistas de izquierdas han tenido que reconvenirla por su trasnochado y faltón parloteo cuando no venía a cuento. Mayor descrédito, imposible, pero Sánchez la mantiene en el cargo y sueldazo, porque son la cuarta pata de una silla que, aunque se le esté metiéndosele en sálvese las partes, lo mantiene paseante por los jardines de La Moncloa, haciendo meritoriaje para trasponerse a Europa cuando de aquí lo echen las urnas.

Se acercan las elecciones y a Ximo Puig pueden hacerle muchísima merma de papeletas las “amistades peligrosas” si pretende conseguir el voto de centro y centro izquierda, sean cautivos o cambiantes, como se demostró con sus antecesores de mandato. Y, sobre todo para un político, si no quiere acabar en el ninguneo de Joan Lerma y el tocado José Luis Olivas; malamente como Eduardo Zaplana zarandeado por Jordi Évole en La Sexta-PSOE; o, peor aún: deambulando histriónico por los tribunales como Paquito Camps rasurado de nuevo por una panda de amiguismos sinvergüenzas.

Ximo Puig, con menos distancia electoral que Pedro Sánchez, debe empezar a marcar distancias con los podemitas o terminarán fagocitándolo en las urnas. Pablo Iglesias saca cuentas adversas en su despacho de la Complutense y es por eso por lo que nos manda a la “bolche” Ione Belarra como ejecutora de putos capitalistas especuladores. ¡Cuidado ricachones!, que después del “sólo sí es sí”, y del acostarse “macho man” para levantarse “Barbie Superstar”, viene la Ley de la Vivienda amenazando confiscaciones a quien posea más de dos habitáculos.