Una finca restaurada para la alta restauración

Corría noviembre de 2009 cuando conocí a un jovencísimo cocinero, José Antonio Sánchez, quien regresaba a su tierra desde Barcelona como marmitón a las órdenes de Fermí Puig, chef del Drolma restaurante insertado en el exclusivista hotel Majestic consiguiendo una estrella Michelin cuando la hostelería, propiamente dicha e inmersa en el boom turístico, había abandonado los preceptos del insuperable binomio Escoffier-Ritz.

Antes de comenzar una trayectoria muy particular José Antonio peregrinó su aprendizaje por las cátedras gastronómicas de Hilario Arbelaitz, Pablo Urcelay o Koldo Rodero, visitó los grandes templos de la “Nouvelle cuisine” y llenó su cuaderno de notas con bosquejos y bocetos (producto, elaboración y presentación de platos) que pudieran aplicarse (tradición y vanguardia) a una gastronomía alicantina que, con contadísimas excepciones (El Girasol, La Sort, La Moñica, La Finca, Casa Alfonso…) estaba anclada en la tradición de los guisos locales, arroces, rustideras, frituras y la pastelería de siempre.

Para Sánchez fueron años de ensayo-error y vuelta a empezar, acompañándole en sala sumilleres de la categoría de David Rabaza o Tomás Moreno (hoy recuperándose), que elevaron a Els Vents, más tarde Eolo, a muy merecidas por trabajadas excelentes cotas de la contemporánea restauración capitalina.

Sabido es que casi ningún restaurante, empezando por Michelines y Repsoles puede sobrevivir en la clasificada como “cocina de autor”, por lo cual sus jefas y jefes de fogones, amén de propietarios, se ven forzados a extender y ampliar el negocio a las popularizadas siglas BBC (bodas, bautizos, comuniones… y otros eventos multitudinarios) donde se pretende ofrecer unos estándares de calidad y servicio semejantes a los del restaurante madre.

Por una forzosa cuestión de espacio, José Antonio se trasladó a Villa Antonia, finca veraniega a las afueras de San Juan Pueblo, remozándola de arriba abajo: cocinas, sala, pérgolas y jardinería exterior, incluso contra la cerrazón de un Ayuntamiento intolerante sometido a la presión de algún vecino despechado. Aun así, Villa Antonia es hoy referente puntero, como lo son, pongamos por caso, Pópuli Bistró, o Torre de Reixes, en esos difíciles banquetes con cientos de cubiertos, una perfecta “mise en place” (colocación y estructura), música en directo, y, por supuesto cocina en su ámbito más exigible según el ideario del restaurante Els Vents, al que pronto vino a unirse un Asador Villa-Antonia cotangente que destaca, entre otras viandas propias de la parrilla, los frescos pescados a la leña, tan poco habituales en la mayoría de los asadores chuleteros y de huerta.

Con semejantes mimbres, José Antonio Sánchez ante la creciente demanda para celebrar eventos necesitados de mayor espacio, y frente a negacionismo municipal sanjuanero, ha decidido recuperar otra decimonónica casa solariega esta vez en el extrarradio de la capital, concretamente en la Avenida de Dénia y a la que ha intitulado Villa Marconi de Die (una conjunción de siglas: mar y María, con y Nico, pero al revés que son los nombres de su hija, su sobrino, y su hijo mayor), haciendo de nuevo una fortísima inversión restauradora, fogones, hornos, decoración de sala, incluyendo una excelente pinacoteca, y jardinería por haberla encontrado muy deteriorada, y consiguiendo revivirla a los tiempos en que se secaba la uva para elaborar, allí mismo, nuestro famoso moscatel, o la solera para el fondillón más renombrado de la huerta de Alicante.

Adjuntamos información detallada, que obviamente no cabe en este artículo, para que el lector puede especificar y concretar todo lo dicho anteriormente. José Antonio Sánchez capaz de ponerle mucha constancia a su talento natural, y mucho ingenio en la elaboración de nuevos platos moviéndose entre las raíces de nacencia, su madre es una gran cocinera, y su continuo estudio de los novísimos recetarios, a buen seguro que triunfará en esta otra singladura, sin preocupaciones por el volumen de sonido de fondo orquestal, con una plantilla sobradamente aleccionadora, y gracias al enorme bagaje que ha ido adquiriendo desde sus primeros restaurantes. Quizá en un par de años Villa Marconi sea el epicentro de todo el grupo restaurador.

Casa Marconi

Avingunda de Dénia, 153 03015 Alicante

Telf.: 965 407 485

Precios: variados y en la información adjunta