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Sergio Morales Parra

Paseos por la Vega Baja en primavera

Paseos por la Vega Baja en primavera

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Feliz fin de semana. Ha llegado la Primavera, el cambio de hora, ése que tanto parece que modifica nuestras vidas, se acabó la moción de censura y estamos en plena precampaña. Si todo esto no nos diera para generar opiniones sobre lo que está pasando, es sencillamente porque no seríamos de este Mundo.

Esta semana anduve por mitad de los campos de alcachofas de la Vega Baja, en uno de mis paseos con uno de los propietarios de una industria de esta zona. Estuve realizando esa tarea de "consultor", en la que mi trabajo consiste en escuchar atentamente lo que me dicen, en una parte para reflexionar de forma conjunta, acerca de posibles soluciones, en otra parte, para "obligar" a mi interlocutor a verbalizar lo que piensa y a expresarlo en voz alta y a que él también se escuche. Y estando en ese trabajo pude ver, una vez más, qué generosa es la tierra cuando ponemos trabajo, cuando ponemos esfuerzo, cuando la mimamos.

La tierra no pregunta si eres de derechas o de izquierdas, da su fruto y te compromete a ti, al agricultor, a utilizarlo de la mejor forma posible. La tierra remueve consciencias. Sé de algún empresario de la agricultura que por cada tonelada que recoge, decenas de kilos van a un bien común, a una buena obra de personas necesitadas. Estas cosas siempre me conmueven y me siguen generando esperanza.

Los políticos quieren que pensemos en mayo, en las elecciones. Los empresarios necesitan pensar en el primer semestre y en si estos amagos de crisis financiera que se nos están presentando, van a condicionar el riesgo

El empresario con el que charlaba, en esos caminos preparados para que pasen los tractores, me decía que había que tomar nuevas decisiones en la empresa y que él no podía hacer un "Tamames". Me quedé sorprendido, abrí los ojos y la boca, estiré mis orejas y menos mal que no estaba allí mi esposa porque, si me ve, me hubiera podido pedir el divorcio, porque la cara que se me quedó no era la mejor de las fotos. Total que le pedí explicaciones sobre qué era eso de hacer un "Tamames" y él, ilustrativo como es siempre, me explicó que era actuar como el que no tiene nada que perder, porque realmente no puede perder nada. Y entramos al trapo de la opinión sobre lo que hizo D. Ramón.

Durante unas horas fue el candidato a Presidente del Gobierno, al que le daba lo mismo lo que pasara, porque sabía que no iba a pasar nada. D. Ramón ya pasó a la historia, a la de España, ya tuvo sus momentos. Lo de esta semana no fue un momento, fue una anécdota. No fue una moción para "abofetear" al Presidente, fue una "loción" para masajearle la cara. Quedan más momentos de risa que de seriedad. De hecho, ya nos referimos a ella como aquello de: "Os acordáis cuando dijo..." Tuvo comentarios que expresaban su sorpresa y dejaban en su cara la expresión de: "Madre mía, ¿pero esto lo hacéis así?", como si viniera de otro planeta. Un triste episodio que sirvió para que nuestro Presidente nos mostrara el nuevo blanqueamiento dental que le acaban de hacer.

Este empresario con el que hablo es una persona que viene de orígenes muy humildes. Él ha hecho un conjunto de empresas en el tiempo extra, echó más horas que nadie en el trabajo, conoce su negocio al dedillo y hoy... hoy lucha por tener a los mejores en su equipo, profesionales que sepan mucho más que él, y se reúne y escucha y comenta y pone ideas encima de la mesa hasta llegar a un acuerdo y por eso no entiende que las imágenes del Congreso reflejen la de unos políticos que no llegan a acuerdos para resolver los problemas, sino que parece que dictaran leyes los unos contra los otros. Así no se levanta ningún proyecto. Y oigo estas palabras de un señor que se ha Licenciado en Sentido Común, que ha sido sobresaliente en dos asignaturas, en la de tocar la tierra y saber si ésta era fértil y en levantar un teléfono y conocer si puede o no puede hacer negocio con el que le está contestando al otro lado de la línea.

Seguimos hablando de trabajo, de empleados, de reorganización y proponemos medidas para los próximos meses y paramos, llegados al núcleo urbano, en un bar de pueblo, en el que es reconocido y le tratan con cariño y él se interesa por la salud de unos y de otros, de sus padres, porque él ha merendado en casa de algunos cuando era niño y no se olvida. Este es el empresario de nuestras tierras y no esa imagen que la Belarra y las suyas, quieren transmitir, de estas empresas. De estas Pymes es de las que se compone la economía española.

Los políticos quieren que pensemos en mayo, en las elecciones. Los empresarios necesitan pensar en el primer semestre y en si estos amagos de crisis financiera que se nos están presentando, van a condicionar el riesgo, porque así empezó la crisis financiera del 2008, aquella en la que todos querían ver "brotes verdes" donde sólo había excrementos de gallina.

La vida sigue, mi amigo empresario va a preparar el fin de semana con familia y amigos. Quiere hacer un arroz con alcachofas y yo se lo aplaudo. Una comida humilde que nos abraza a la tierra, a la generosidad de nuestra Vega Baja.

Disfruten, conversen, trasládense cariño y sobre todo, no piensen en los políticos.

Como siempre, servidor de ustedes... Sergio Morales Parra