Los Soldados de Terracota invaden Alicante: Exposición los guerreros de Xi’an

Con música de Luis Ivars y olores que te evocan a la antigua cultura China, como por ejemplo, té blanco, flor de loto y cerezo; uno se puede sumergir en la época donde nacía la China clásica. El MARQ oferta una visita libre y una visita guiada de estas reliquias descubiertas, hace exactamente 49 años, en marzo de 1974.

Esta exposición ofrece un inédito diseño expositivo con materiales didácticos y accesibles para todos los públicos, así como recursos sensoriales que han permitido crear un ambiente inmersivo a través de diferentes olores: la sala 1 huele a cerezo y arroz; la sala 2, a incienso, y la sala 3, a flor de loto y te. Asimismo, las piezas musicales creadas exprofeso por el compositor alicantino Luis Ivars acompañan y envuelven al visitante durante todo el recorrido.

Vida, muerte y legado

La exposición se divide en 3 salas. La primera sala, ‘El Mundo de Qin Shi Huang y La Unificación de China’ cuenta el nacimiento del Imperio Chino. Nada de lo que conocemos hoy en día del continente asiático sería igual de no haber existido la figura de Qin, el primer emperador de China. Esta sala introduce el origen de la historia de China y cómo se forma tanto su ejército como su sociedad. Nos cuenta historias de vida, pues el visitante se puede adentrar en la vida nobiliar y la burocracia, así como también en los rituales y costumbres que tenían, en las armas que utilizaban en las batallas o en la caligrafía, monedas y objetos exóticos que llegaban a través de la Ruta de la Seda.

No obstante, para la cultura china, la muerte no es el fin de la vida. La segunda sala se llama ‘Un Palacio Eterno’. Debe su nombre a la visión posterior de la muerte que tenían. Uno, cuando se moría, se llevaba consigo todo lo necesario para la vida póstuma. 10 años pasaron desde que el Emperador Qin tomó las riendas del imperio chino hasta su muerte. Conocedor de su eterna responsabilidad de gobernar China, Qin dejó preparado todo un ejército subterráneo. Es una de las tumbas más colosales de la historia de la humanidad. Son los Soldados de Terracota. En esta segunda sala se pueden observar animales fantásticos, instrumentos musicales y objetos de oro y plata.

El legado se agrupa en la tercera sala, ‘Guardianes Eternos’. Es un homenaje a quienes son los protagonistas de la historia y no los que la escriben. 8 000 guerreros, 500 caballos y 130 carros de combate son cifras que entusiasman por su gran despliegue. No obstante, esta exposición tiene el detalle de acordarse de conmemorar a los miles y miles de esclavos, trabajadores y artesanos que construyeron uno de los mausoleos más importantes de la historia mundial. Los Soldados de Terracota se erigen como embajadores de China y su escala y trascendencia tan solo se puede comparar con la importancia del Imperio Romano.