Rodillo mediático: "Depende"
Opinadores neutrales y justicieros a izquierda y a derecha, más se parecen a los contertulios de la televisión cubana.
La vieja reconvención periodística en forma de canino aforismo: “perro no come carne de perro”, es referencia metafórica advirtiendo el por qué ciertos grupos sociales, o gremiales, en este caso periodísticos, no suelen atacarse entre sí salvaguardando la profesionalidad de unos u otros, sin menoscabo de la línea editorial para la que se trabaja.
Raramente un periódico de derechas, pongamos por caso el monárquico ABC, citaba expresamente en cursiva al socialdemócrata El País, y viceversa. Si acaso daban a la misma “información”, un sesgo de “opinión” diametralmente opuesta a la del adversario mediático ofreciendo cumplida respuesta con distinta estructura cultural en redacciones, e ideario político/social de cabecera que, cuando menos, intentaba hacer bueno (y para todos) aquel primer mandamiento periodístico: “la opinión es libre, pero la información es sagrada”.
Ese respeto, tan intrínseco con la Transición de la dictadura a la democracia, no sólo se ha perdido, sino que de un tiempo a esta parte saltó por los aires cuando desde distintos lobbies, alguno de los cuales ni siquiera tienen sus amos en España, empezaron a lanzarse toda clase de misiles cargados de improperios y descalificaciones, tergiversando, cuando no negando directamente la veracidad de una noticia, y, lo que es peor, convirtiéndose en correa de transmisión de uno u otro partido, con una fidelidad ideológica, que se había perdido desde aquellos enconados tiempos en que “Mundo Obrero” y sensu contrario “El Alcázar”, se vituperaban con una saña maniqueísta que sólo satisfacía a sus lectores previa e inequívocamente convencidos de lo que debían y querían leer.
Aunque la cosa adversativa no empezó en los tabloides y en su “corta y pega” para Internet, sino en las tertulias de la televisión pública, pero privativa del PSOE (“ni pongo ni quito rey, pero ayudo a mi señor”); y en La Sexta (una vela al Dios equitativo de Antena3, y otra al mefistofélico diablo cojuelo de Atresmedia controlado por el matrimonio García Ferreras/ Pastor).
La parcialidad de los contertulios no solamente resulta sonrojante por el cuatro o cinco de izquierdas contra uno de centroderecha y con la mano de responder atada a la espalda, sino y también porque en lugar de criticar a quien está en el poder, y por ende responsable de nuestra gobernanta, se dedican sistemáticamente a poner a parir a los opositores, léase PP y Vox, que desde la oposición no tienen posibilidad alguna decisoria ni sobre las Leyes y reglamentos, ni, mucho menos sobre sus disposiciones en la práctica cotidiana. Romanones les parece poco distributivo.
Jarabe de Palo cantaba aquello de: “Depende ¿de qué depende? De, según como se mire, todo depende”. Y eso es lo que aplica el rodillo mediático socialista a través de sus fieles exegetas cuya descarada parcialidad (se nota que van perdiendo en las encuestas) te obliga a coger el mando para buscar, o, una adormidera serie animalista, o ingenuamente distópica, con tal de no aguantar el discurso unidireccional de unos comentaristas que debiendo ser opinadores neutrales y justicieros a izquierda y a derecha, más se parecen a los contertulios de la televisión cubana donde cualquier discrepancia y crítica frente al Régimen se paga con el despido, cuando no con la cárcel reacondicionadora de seseras. Lógicamente y de manera subrepticia (lo he visto personalmente, no me lo han contado) gran parte del pueblo cubano sintoniza con las emisoras libres de Miami.
Lo malo, malísimo de esta situación en España, es que las horas dedicadas a informar opinando son cualitativa y cuantitativamente mucho más abusivas en las emisoras radiofónicas y televisivas que apoyan a Pedro Sánchez con descaro y rencor de ayatolás sovietizantes, sin que la derecha y el centroderecha hagan mucho por equilibrarlo desde otros grupos mediáticos, salvo alguno con influencia eclesiástica, a quien le llaman ultracatólicos, sin definirse propiamente como “ultra-ateos”. Esperemos que la nueva y definitiva derrota en las elecciones generales del ya cercano domingo 23 de julio, deje tan sola a La Sexta, como aquella emisora “La Pirenaica” que desde Bucarest emitía con toda y lógica (entonces) parcialidad para los comunistas españoles en la clandestinidad.
Quienes apetecemos de la información y opinión independientes en la política cotidiana, y no comulgamos con la fatuidad y rueda de molino sanchistas, por no hablar de la “Televisanteta” de Ximo Puig, quedamos injustamente capdisminuídos. Hora va siendo de remediarlo y que algunos paguen deudas informativas ingiriendo la misma medicina con la que tan abusivamente nos han dosificado.
¿Ellos “carnívoros” y nosotros “herbívoros”? ¿Depende, todo depende?
No.