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A río revuelto, ganancia de pescadores

Ha rescatado del olvido a un cadáver político, renegado por todos, incluso por los suyos. Hasta ahora, porque nadie se atreve a quitarle su protagonismo.

Cuca Gamarra, Esteban González Pons y Alberto Núñez Feijóo

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Pascual Rosser Limiñana

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Que Pedro Sánchez aún no haya reconocido que ha perdido las últimas elecciones generales con el PSOE y que no haya felicitado a Feijóo, líder del PP, por haberlas ganado, dice muy poco sobre él. Lo primero que debe tener un político es humildad. Representa al pueblo con los votos que de él recibe para que ejerza su gestión durante un determinado periodo de tiempo. Y cuando este termine, es necesario saber volver a casa y dejar que otro ejerza su liderazgo como presidente del gobierno porque el pueblo – otra vez – lo ha querido así.

Me imagino que a Sánchez le importa un bledo esta afirmación, y otras como esta. Mientras tenga cubiertas sus ansias de poder, todo lo demás le da igual.

No seré yo quien intente ejercer presión sobre el Rey sobre su decisión de nombrar a Feijoo para presentarse a la investidura. Las leyes ya determinan cómo se ha de hacer esto. Lo que si afirmo es que el PP de Feijoo es la lista más votada y debería tener la oportunidad de presentarse al pueblo español con su programa desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados. Dicen desde el PP que hoy tienen más apoyos que el PSOE para alcanzar una mayoría. Es complicado saberlo, dependerá de las negociaciones que hayan hecho con otras fuerzas políticas.

En una votación puede pasar de todo, incluso salir un resultado inesperado. No daré ideas, seguro que tiene en su mente alguna de ellas. Nadie daba inicialmente posibilidades de éxito en la moción de censura que Sánchez presentó a Rajoy porque el PNV había apoyado recientemente al gobierno del PP en la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Así lo manifiesta Bieito Rubido, entonces director de ABC, en su interesante libro “Decir la verdad”, por citar a uno de los periodistas que siguieron con detalle ese momento histórico de la democracia española.

Luego el PNV cambió de bando y el resultado fue otro, a cambio de talonario y competencias. ¿Por qué no puede pasar ahora lo mismo? Incluso no necesariamente con el PNV, sino con otras fuerzas políticas. O con el PSOE. Ya hay voces socialistas que no están de acuerdo con un nuevo gobierno Frankenstein con gran protagonismo de los partidos independentistas. Así lo han dicho Emiliano García-Page, Tomás Gómez, Felipe González, ….

Es increíble que Sánchez se apoye en un prófugo de la justicia para volver a ser presidente del gobierno. Parece un chiste, aunque desgraciadamente no lo es. Ha rescatado del olvido a un cadáver político, renegado por todos, incluso por los suyos. Hasta ahora, porque nadie se atreve a quitarle su protagonismo.

Incluso a Puigdemont podría interesarle un gobierno del PP y que Junts estuviera en el candelero de la actualidad informativa en cada votación, en cada paso que diera en el Congreso de los Diputados un gobierno de Feijóo.

Pero hay más. Por costumbre, durante la transición española, el primero que se presentaba a una investidura, después de la ronda de consultas por el Rey con las distintas fuerzas políticas y designación del candidato, era el de la lista más votada, en este caso el PP.

Ya sé que los partidos de ultraizquierda niegan la transición. Los que así opinan se olvidan de lo mucho y bueno que se hizo en y por España en ese momento, desde el Rey Juan Carlos que renunció a sus poderes absolutos, hasta toda la clase política que renunciaron a sus intereses particulares por el interés general, pasando por Suárez, González y Carrillo, con consensos de Estado, con tolerancia, con altura de miras.

Ese espíritu de la Transición, con mayúscula, es el que falta y el que reivindico en estas líneas. ¿Se imagina un acuerdo PP y PSOE que evite cesiones de poder a políticos indeseables que tiene en su argumentario la destrucción de España?

Sería lo deseable y evitar situaciones de la que arrepentirnos en el futuro. Ya sabe ese refrán que dice que “a río revuelto, ganancia de pescadores”. En momentos de incertidumbre, hay políticos que son capaces de conseguir lo mejor para sus intereses particulares, no para el interés general. Sánchez debería saberlo, no “vender” a España a quien le garantice su propósito, y volver a gobernar este gran país a cualquier precio.

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