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El éxito del fracaso

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Feliz fin de semana, feliz entrada en octubre, disfruten de este “veranillo de San Miguel” que, en Levante, nos vuelve a recordar el verano que dejamos atrás, ofreciéndonos la posibilidad de disfrutar de playa unos días más.

El éxito nos puede llegar con el fracaso, me lo recordaba hoy mi amigo Antonio, cuya vida ya cuenta décadas de madurez y que, por lo tanto, ya ha pasado por muchas vicisitudes. Así ve él la sesión de investidura, que en el camino se tornó en moción de censura y que ha terminado con un aplauso enfervorizado en “la bajada del telón”, como en las grandes noches de teatro.

Feijóo sale fortalecido, como si hubiera ido dos años a un gimnasio, se le nota el músculo… y le va a hacer falta. Le va a hacer falta porque si esto termina como parece que va a terminar, le tocan cuatro años de “cabeza” de la oposición, luchando contra un “elemento” de difícil trato y del que se puede esperar cualquier cosa.

Cuando mi amigo Antonio se casó, yo lo acompañé al Altar y en el camino me decía, no siento lo horrible del matrimonio, sino lo complicado que es mi suegro. Pues una cosa así es la que debe sentir Feijóo, que no siente sólo lo difícil que es la política, sino que le ha de hacer frente a un señor impredecible, a Sánchez.

Antonio, que nació en Jaén y allí se hizo hombre, o mejor dicho, lo hizo hombre una moza que había estudiado veterinaria en Córdoba y que por eso sabía tratar a Antonio y lo cuidó en esos primeros años de la juventud, hasta que ella encontró otro "animal" que le gustó más, pero es parte de otra historia que les contaré otro día, decía que Antonio es un hombre de Jaén, con poca gracia, pero cuando suelta algo yo suelo pensarlo varias veces. Así Antonio me cuenta esta mañana, mientras moja un churro en el café, que seguirá votando al PP, aunque sólo sea por escuchar a Núñez Feijóo meterse con Sánchez, con esa "sorna" gallega, que ya vivimos en otro tiempo, en los discursos de Rajoy.

Feijóo tiene en la mente volver a unir el “centroderecha” español, si lo consigue, puede ser que algún día contemos con un Gobierno que haga que España “progrese” de verdad. Si no lo consigue, gobernarán los “progresistas”, con el consiguiente retraso y empobrecimiento económico, cultural, ético y profesional que estos señores implantan allá donde van, me dice Antonio, con mucha tranquilidad y se ha quedado tan a gusto. Yo me quedo pensando dos veces sus palabras.

Comento con él, con Antonio, el “juego de Póker” de los independentistas, que andan farol tras farol y nunca sabremos si van en serio. Después de lo que hemos visto, me parece que todo lo que dicen hay que tomarlo en serio y, si viene del “President en el exilio”, mucho más todavía.

La sesión de investidura ha tenido sus anécdotas. En los votos me ha parecido destacable que cuando alguien ha votado lo que no convenía, la mesa en un caso lo rectificó y en el otro lo anuló, ese es el grado de ética que tenemos. En los turnos de cada grupo parlamentario, comento con mi amigo Antonio la “chiquillada” de Sánchez, de enviar a Oscar Puente a hacer la réplica al candidato en la investidura, al final, esto no quedó bien, por mucho aplauso que le diera la bancada socialista.

La semana nos trajo noticias como que un menor se lleva un cuchillo a un colegio de Jerez y ataca a profesores y alumnos. Sigue incrementándose el número de mujeres que mueren a manos de sus exparejas o parejas y esto no tiene fin, insisto en que, se gasta mucho dinero en medios inútiles y se ponen pocos medios útiles. Sabemos también que D. Juan Carlos I, Rey Emérito, está en España, regateando en Galicia y sabemos también que aprovechando que el Rey Felipe VI, estaba cerca, han echado un ratito juntos. Lo sabemos, aunque no lo digan, o aunque lo nieguen. Así Antonio y yo hacemos un repaso al "estado de la nación" y terminamos pagando el café encaminando nuestros pasos a la despedida.

Antonio y yo coincidimos que el tiempo venidero ya no nos causa incertidumbre, nosotros somos “sesentañeros”, no “sexagenarios” como antes, esa edad en la que ya hemos visto que “España se hundía” más de cien veces y por eso no nos alteramos mucho. Sabemos que los españoles estamos hechos con algo de corcho y al final… flotamos.

Disfruten del fin de semana, descansen, no se alteren como el señor del AVE que le impedía el paso al diputado “Puente”, o como el socialista que dio tres palmaditas en la cara al Alcalde de Madrid... no se alteren, por favor.

Convivir tiene mucho que ver con empatizar, comprender, admitir y perdonar.

Como siempre, servidor de ustedes… Sergio Morales Parra