Si mis mayores levantaran la cabeza …
A nadie deja indiferente que el actual presidente del Gobierno haya rescatado del olvido a un prófugo de la justicia que ya no se acordaban de él ni en su partido
Hace unos días comentaba con mi mujer que, si mis mayores levantaran la cabeza, se volverían a morir del susto. Ellos que lucharon por la libertad, que se jugaron el tipo por traer la democracia a España, que pusieron su patrimonio al servicio del interés general, no al revés, que celebraron con orgullo la aprobación de la Constitución española del 1978 por el pueblo español, no entenderían el desprecio a las instituciones del Estado por miembros del actual Gobierno en funciones de España, que son quienes tendrían que defenderlas.
Me imagino que sabe que me refiero a Belarra y a personas como ella en el gobierno que no tienen respeto a nada que no tenga que ver con sus intereses particulares. Decir que va a dedicar su vida política a evitar que la Princesa Leonor sea reina de España en el futuro dice muy poco de su personalidad. La sociedad española tiene problemas muy serios que resolver como el paro, la violencia de género, la carestía de la cesta de la compra, por poner unos ejemplos, para que su ejercicio político se centre sólo en una cuestión ideológica. Cuando la Monarquía Parlamentaria ha demostrado ser nuestro mejor modelo de Estado, además de aprobarse por el pueblo español al votar a favor de la Constitución española mencionada. Pero tranquilos, a Belarra – y lo digo con todo respeto - le queda un telediario en política, a la Princesa Leonor toda una vida dedicada al servicio de España.
En todo Gobierno hay un líder, un presidente, que tendría que poner orden entre su propio equipo, pero su debilidad y su soberbia no hacen nada para poner remedio. Muchos de los ministros de Podemos han dado motivos suficientes para que el presidente los cesara en su momento y nunca fue así. Seguro que tiene alguno de estos acontecimientos en su memoria.
Esa Constitución, que ha sido un modelo de convivencia entre los españoles, contiene los principios que regulan nuestro devenir cotidiano, y está siendo atacada constantemente por los antisistema de la extrema izquierda y por los golpistas de los partidos independentistas. Por su parte, desde el Gobierno no sólo no se les pone freno, sino que a veces parece que se les aliente a provocar una ruptura. Si mis mayores levantaran la cabeza … Me da rabia y decepción ver cómo se deteriora esa convivencia tan labrada por todos por la sola ambición personal de unos pocos.
A nadie deja indiferente que el actual presidente del Gobierno haya rescatado del olvido a un prófugo de la justicia – como le llaman en algunos telediarios para no pronunciar su nombre -, que ya no se acordaban de él ni en su partido salvo para días institucionales, y que tenga la llave de su investidura a cambio de prebendas y concesiones que hasta ahora negaban desde el PSOE por inconstitucionales. Y ¿ahora si vale?,
Cuando se mencionan posibles acuerdos como la clave para apoyos parlamentarios sobre materias que son de dudosa constitucionalidad y se escuchan afirmaciones de políticos de la oposición y de jueces sobre la posible ilegalidad de esas decisiones, uno piensa si quien las va a tomar incurriría o no en prevaricación, ya sabe a qué me refiero, tomar decisiones arbitrarias cuando uno sabe que son injustas y contrarias a la ley. Ahí lo dejo, es materia para la reflexión de las diferentes fuerzas políticas. Y para que quien tiene que tomar decisiones tan trascendentales lo tenga en cuenta, lo haga con coherencia y deje a un lado su ambición personal.
“Si mis abuelos levantaran la cabeza, se volverían a morir”, es uno de los refranes populares que hay en España, dichos por tradición oral de generación en generación. Este se utiliza para manifestar sorpresa, asombro o incredulidad ante una situación que contradice las creencias o costumbres de generaciones pasadas. También puede indicar que nuestros antepasados no aprobarían o estaría en desacuerdo con algo que sucede en la actualidad. Pues eso.