Las tonterías del B.E.I.
Feliz fin de semana, feliz segundo domingo de Adviento, feliz extenso puente de la Constitución y la Purísima que, tal y como han caído, nos han valido como "minivacaciones".
España entera se ha convertido en un gran "Parque de Atracciones" y tenemos la geografía llena de visitantes. La Capital, Madrid, está "abarrotá". En mi tierra, que somos muy exagerados, se dice que "si tiras arroz, no cae un grano al suelo". No se puede llegar a la Plaza Mayor y el que está allí no puede salir de ella. Tengo un amigo dando vueltas desde el jueves, menos mal que tiene bocadillo de calamares.
Esto es bueno, esto significa que tenemos un gran ánimo y ganas de disfrutar. Sabemos lo que debemos, pero no nos asusta. No nos asusta a nosotros, al Banco sí.
Yo estoy en la montaña, buena temperatura, algo más fresca que en la ciudad y un excelente paisaje. He desayunado con mi amigo Procopio Gutiérrez. Procopio siempre fue un reto para los profesores, no le quitaban ojo, por si era verdad y "copiaba". Procopio nunca quiso que le llamaran de otra forma, con ningún apodo, él se llamaba Procopio y así tenía que ser reconocido. Lo llevaba "a mucha honra".
En estos días, en los que a Fernando le llaman "Fer", a Procopio lo llamarían "Pro". Como si fuera una versión mejorada de un programa, o de un dispositivo digital.
Hablando de versiones mejoradas, ahora tenemos una mejor versión de Calviño. La han nombrado Presidenta del Banco Europeo de Inversiones. Esto siempre es bueno para España. Siempre habrá un punto en el que nos sentiremos beneficiados. Eso espero. En mis tiempos mozos, cuando empezabas a trabajar, todos empezabamos en el "BEI". Nuestros jefes nos decía "BEI me traes los inventarios" o "BEI me traes esta factura"... en fín, las tonterías del BEI.
En este "puente", Sánchez ha procurado no generar muchas noticias. Sabe que es el puente en el que menos atendemos la prensa, la televisión y la radio, los españoles, "según un estudio de la Universidad de Minnesota" y según Tezanos. Así que ¿para qué dar escándalos?.
Procopio y yo hemos disertado mucho sobre la serenidad política de estos días. Sobre cómo se vienen las Navidades encima y cómo todos intentan calmar los ánimos. Y él, Procopio, asiente con la cabeza a mis comentarios, imagino que porque está de acuerdo. Ambos recordamos nuestra juventud, cuando en este puente visitábamos ferias de Navidad, como las que se produce en Jijona y disfrutábamos de productos propios de la época, es decir, licores y lo que sea.
Procopio dice que es soltero, con esa boca pequeña que lo dicen los que se han divorciado. No sé por qué no son conscientes que el divorciado es un escalón más que el del soltero. El divorciado ya ha pasado por estar casado, por admitir una convivencia con una pareja, algo ciertamente complejo, que, en buena teoría, el soltero no ha tenido.
Yo siempre considero al soletero un ser "virgen" en muchos terrenos, sea ella o él. El divorciado es como el vino que ya ha pasado por "barrica de roble francés", tiene otro aroma, otro sabor, incluso un grado más de alcohol.
Procopio presume de ser inocente, para ver si alguna cae, pero a cierta edad, ya es difícil engañar y que te engañen, salvo que la otra parte sea Sánchez.
Bueno, la vida de estos días les resultará más dulce. Los puedan o no los puedan comer, turrones, mazapanes y rosquillas se irán convirtiendo en el paisaje normal de sus casas y de las tiendas y supermercados.
Permítanse algunas alegrías. Enciendan la segunda velita de la corona de Adviento y decidan ser felices aprovechando cuento les rodea, familiares, amigos y ambiente.
Como siempre, servidor de ustedes... Sergio Morales Parra