Un incendio en Valencia y otro en el Psoe
Feliz fin de semana, una pequeña ola de frío parece que nos devolverá a la consciencia de que estamos en invierno, aunque en este Mediterráneo, recordando aquello que dijo Valle Inclán, vivimos en una eterna primavera.
Mis pasos me llevan al café en el que desayuna María de Montes Llorca y de García Morella, tan pizpireta como siempre, con sus cuatro apellidos desde que decidió que así debía ser.
María había nacido en un pueblecito del interior de Jaén y su nombre fue, durante muchos años, María Montes García, lo que no sé bien es si le pareció una ordinariez o si consideró, por el contrario, que había que darle gracias a sus progenitores, nombrándolos por completo. Así cuando tuvo la mayoría de edad, hizo la solicitud en el Registro Civil, para que su nombre contuviera los dos apellidos de su padre y los dos de su madre, quedando desde entonces con ese apellido tan largo, que pronto en su pueblo, redujeron a uno solo, así la llamaron María "La Condesa", porque en los pueblos son así, no pueden con la tontería, ni con las cosas largas.
María, que sabía que, al final, unos la consideraban tonta y otros loca, terminó casándose con un muchacho de Albacete y ambos se presentaron a una oposición de administrativo en Alicante y desde hace años viven en esta tierra, lejos de los ecos de su infancia y juventud.
Su vida no fue más fácil con esos apellidos tan largos. María se quiso hacer del PSOE, pero no pudo, porque su nombre y apellidos no cabían en la hoja de inscripción, se tuvo que hacer de "centro", porque así el sitio que le faltara, lo podría coger de la derecha o de la izquierda, según conviniera. Y sólo un Banco le pudo abrir una cuenta corriente a la vista, porque los demás no tenían espacio para un apellido tan largo.
María tiene una visión de la vida más práctica cada día, después del error de los apellidos. Ha aprendido a reducirlo todo a la mínima expresión, "se ahorra energía y disgusto", me dice con una voz que podría catalogarse como simplona, pero llena de sentido común y arrepentimiento.
Hoy me cuenta que está aterrada tras lo que ha visto en la televisión de las torres de Valencia, porque piensa que el pisito que se compró hace unos años, igual sale ardiendo también, cualquier día. Yo la he tranquilizado, porque eso de aislantes acústicos y paneles ignífugos, eso es muy reciente, muy caro y seguro que en nuestras casas no está puesto.
María recupera el aliento nuevamente y me pregunta por el otro "incendio", el del PSOE, ella quiere saber si creo que el PSOE está implicado en el caso de KOLDO, porque ella sigue teniendo algo de socialista en su alma y le daría mucha pena que fueran corruptos. Le he explicado que el hecho de que un miembro destacado del PSOE y del Gobierno se vea involucrado, directa o indirectamente, en el tráfico de influencias y en una corruptela, aprovechando el peor momento que hayamos podido vivir todos los españoles juntos, como fue el periodo del COVID, eso no significa que todo el PSOE sea corrupto. Algunos sí, pero todos no y de los que no son corruptos, algunos son responsables, porque han visto lo que se hacía delante de ellos y, ni pusieron medios, ni dijeron nada. La Justicia lo pondrá todo en su sitio, menos el dinero, porque eso, el dinero, ya se lo han gastado.
María y yo nos conocimos porque hemos coincidido mucho en las oficinas en las que ella trabaja, suerte que ninguno de los dos tratamos cosas de dinero, porque estoy seguro que, como medida de precaución, María habría dejado de hablarme para que nadie pensara que nosotros estamos dentro de una trama de corrupción. Ella es así, no se habla con el cartero para que no le entregue "sobres" en mano, que mira lo que pasó en el PP, los quiere en el buzón.
A María la ayudé con su divorcio, en uno de esos trances que te dejan marcado o marcada, para toda la vida, por eso conservamos esta amistad, basada en el consumo de café, el mío descafeinado, al tiempo que tratamos las cuestiones del día, o de la semana, como si fuéramos capaces de arreglar el Mundo con nuestras reflexiones. María, cuando me ve, me sonríe, pero no me da un beso, para que nadie piense que se divorció por estar conmigo y yo la entiendo, puede haber alguien de Jaén cerca.
Antes de tomar el último trago del café de hoy, hablamos de la expectativa política de los próximos comicios europeos, viendo cuál ha sido el resultado en Galicia. María piensa, respecto a las europeas, que no tendrá mucha influencia lo sucedido porque los españoles tenemos un alto nivel de abstención, pero que sí que es posible que se repitan los resultados de las generales y que ahí, en las europeas, no se ven muy claros los bloques, así que el PSOE puede quedar bastante tocado.
Los sábados que María y yo nos encontramos, vamos juntos al mercado a comprar frutas y verduras, generalmente de la Vega Baja, al tiempo que nos solidarizamos con el campo y damos aliento a estos agricultores que ahora están saliendo a explicar que no es justo lo que se hace con ellos, porque las políticas agrarias europeas terminan favoreciendo a terceros países y perjudicando a nuestro campo.
Nos despedimos, nos deseamos lo mejor y con un tono muy cariñoso y de mucho humor le digo aquello de: "Señora Condesa, hasta que nos volvamos a encontrar" y ella sonríe mostrando esos dientes que le arreglaron en una clínica de esas que hay ahora, por el módico precio de un préstamo, que pudo solicitar gracias a que cabían todos sus apellidos en el formulario.
Yo voy a preparar una carne a la brasa para que mi cuerpo no eche de menos las proteínas y una ensalada de tomates y encurtidos será el "coro" que acompañe a tan genial protagonista.
Les dejo para que aprovechen el tiempo, el clima y la suerte de disfrutar de lo que tienen.
Como siempre, servidor de ustedes... Sergio Morales Parra