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Que restaurantes de Alicante suben, se mantienen y bajan

Restaurante Nou Manolin

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Redacción Elche

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Suben la familia de Vicente y Vicentina Castelló, fundadores en Alicante del mítico Nou Manolín considerado hoy uno una de las tres mejores barras de España, conjuntamente con Casa Vergara al norte, concretamente en San Sebastián, y con Casa Bigote en Sanlúcar de Barrameda al sur.

Además de la continuidad en el éxito cotidiano, intachable producto de lonja y mercado, poseen una clientela de fidelidad inalterable. Los hijos Silvia y José Juan impulsaron la apertura de El Piripi para compensar los overbooking del restaurante fundador en la calle Villegas 3. Pero les faltaba espacio para asumir con calidad y holgura conmemoraciones de BBC (bodas, bautizos, comuniones y otros eventos que sobrepasen los 100 comensales), y por ello pusieron en marcha el Populi Bistró remozando aquel caserón chalet de verano en la Albufereta interior, que otrora fue el Albergue de Francia.

Hoy hijos y nietos, algunos ya integrados en el negocio familiar, van a renovar todavía más el espaciado Pópuli Bistró para convertirlo el salón gastronómico de referencia. Y no sólo la expansión empresarial de una familia gastronómica y hostelera vocacional se limita a su triunvirato alicantino, sino que ya están pensando en nuevos proyectos en el foro madrileño donde son bien conocidos y publicitados por el boca a boca de unas vitrinas marisqueras impresionantes, jamones y embutidos bien curados, (con demostrable sello de procedencia), amén de esos calamares a la romana que vienen de la fórmula secreta inventada cuando solamente había un Manolín cerca de la plaza de toros.

Si un servidor fuera muy, muy multimillonario compraría la cadena de los Castelló alicantinos, pero no está en venta, y no es cuestión de dinero, sino de amor por la saga que les hace imprescindibles dándole un sello de distinción al Alicante que conjunta perfectamente aperitivo con comida y una bodega museística.

SE MANTIENEN

Su "origen" en el homónimo Andra Mari, la Virgen o la Virgen María por estar situado al lado del monasterio de la Virgen de su pueblo, Galdácano en Vizcaya, de los que son amigos desde siempre, parece que nos ofrece una garantía gastronómica con su estrella Michelin. Pero no nos equivoquemos, el Andra Mari de la familia Abadía, 33 años en el mismo espacio y 43 en El Campello, tiene personalidad y calidad propia.

Reconozco que es un fijo. Para disfrutar y para sorprender. Y la última comida con dos amigos madrileños muy "pijos" y expertos, de verdad, incluso compañeros de cofradía gastronómica hace muchos años, les satisfizo, les gustó mucho. "Nacho, excelente, de las mejores en mucho tiempo". Con Joseba Abadía al mando, su hermana Marisol, su cuñada Isabel Bernabéu y Diego... en cocina y con María, de diez y resto del equipo en sala, nos harán disfrutar.

Cocina vasca tradicional

De producto fresco, de temporada y fuego lento. Sus alubias de Tolosa o su pisto bilbaíno. Sus pescados y productos del mar, muero por unas cocochas de bacalao fresco al pil pil, merluza, probad el cogote, pescado a la espalda, chipirones en su tinta... Las carnes, desde preparaciones con base francesa a las brasas... las ostras, gambas rojas, quisquillas... excelentes. Y obviamente, los postres, con clara base vasca. La leche frita, su gotxua...

La última comida

- Navajas / 3.50 € unidad

- Quisquillas / 120 € kgr.

- Cocochas al pil pil / 25.50 €

- Chipirones en su tinta / 25 €

- Chuletón 48 € / kgr.

- Queso 1/2 7.50

- Gotxua y leche frita...

Vinos

- Tantum Ergo, cava Requena rosé de Hispano Suizas 35 €

- Alma3Once, mencía Ribeira Sacra 29 €

Precio: 82 € / persona

BAJAN

Los comederos, que no llegan ni a restaurante o algo parecido según la RAE, de comida basura, donde casi todo sale del congelador, con la única pretensión de que te alimentes, nunca de satisfacción gastronómica, sus cartas son conocida revista variación de pizas tópicas, sin mayor imaginación de desenvolver la caja donde vienen bajo cero, lo cual ya perjudica bastante el cambio de temperatura en el horno, y por supuesto el intrínseco conocimiento de mucho inexperto que come para subsistir.

Nosotros, ni somos norteamericanos, ni nos gusta el rancho comercial. Ahora, invadidos y ocupados por pizzerías al monto; kebabs muy capaces de avergonzar a un mendigo turco; hamburguesas y perritos calientes oprobio en el mundo anglosajón de cierto nivel; e incluso arroces “alicantinos” que no merecen llevar ese nombre. Iba a dar algunos ejemplos, pero son ya tantos que no caben en la dimensión obligada de este artículo. Y, encima, alguno de estos locales resulta ignominiosamente caros. Una cosa es comer y otra alimentarse: la elección es suya.

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