Qué restaurantes de Alicante suben, se mantienen y bajan
Prontamente ya no podremos fumar en las terrazas cómodamente sentados al perfume de un cremoso café, y paladeando cualquier aguardiente bien elaborado
Alicante, cuna de sabores mediterráneos, deleita con una propuesta gastronómica que fusiona tradición y vanguardia, resaltando la frescura del mar y la riqueza de la tierra en cada plato. Esta es la clasificación de los restaurantes alicantinos.
Suben
Pero esta vez no para bien, sino para asombro y agravio del cliente, los vinos alicantinos (citados aquí por proximidad, aunque extramuros de nuestra provincia el desfalco no mejora mucho). Idéntica etiqueta, añada o coupage han duplicado cuando no triplicado precios en apenas un quinquenio, siendo más relevantes las subidas desde el final de la pandemia con su forzoso enclaustramiento.
Echadas las cuentas de producción: viticultor, embotellador-cristal (eso del tetrabrik es infame), bodeguero, comercializador y distribuidor no nos salen las sumas finales, pues en su conjunto no han subido tanto como para demostrarse ajustadas y coherentes. Y no hablamos de una marca o casa determinada, sino de una generalización total: vinos ayer bastante asequibles como, pongamos por caso: Medio Vinalopó, Bullas, Jumilla, Yecla,Utiel Requena… han elevado precio en botellas que antes de llegar el Covid19 valían menos de 10 €, hoy saltan los 30.
Y a todo ello debemos añadir el miedo que ya tenemos en el cuerpo y la cartera cuando desde los medios de comunicación se anuncia un pésimo año para la vid por razones de este extrañísimo año climático con impropias solaneras veraniegas en invierno, lluvias torrenciales impensables estadísticamente, y pocas reservas de años anteriores en las bodegas.
Lógico parece el aumento exponencial de la cerveza como alternativa a nuestros mejores caldos. Sinceramente no conozco a mediano gourmet que prefiera la cebada a la uva, excepto con determinados maridajes. Tal vez nuestro Gobierno, y por extensión Autonomías, tan controladores ellos de la cesta de la compra, deberían meterle mano también a los vinos, o, de lo contrario acabaremos todos anglosajones, quienes por tradición y producto local (geoalimentación) siempre comieron y bebieron peor que los mediterráneos. No seamos bárbaros.
Se mantienen
RESTAURANTE ANDRA MARI
Su "origen" en el homónimo Andra Mari, la Virgen o la Virgen María por estar situado al lado del monasterio de la Virgen de su pueblo, Galdácano en Vizcaya, de los que son amigos desde siempre, parece que nos ofrece una garantía gastronómica con su estrella Michelin. Pero no nos equivoquemos, el Andra Mari de la familia Abadía, 33 años en el mismo espacio y 43 en El Campello, tiene personalidad y calidad propia.
Reconocemos que es un fijo. Para disfrutar y para sorprender. Y la última comida con dos amigos madrileños muy "pijos" y expertos, de verdad, incluso compañeros de cofradía gastronómica hace muchos años, les satisfizo, les gustó mucho. "Nacho, excelente, de las mejores en mucho tiempo". Con Joseba Abadía al mando, su hermana Marisol, su cuñada Isabel Bernabéu y Diego... en cocina y con María, de diez y resto del equipo en sala, nos harán disfrutar.
Cocina vasca tradicional
De producto fresco, de temporada y fuego lento. Sus alubias de Tolosa o su pisto bilbaíno. Sus pescados y productos del mar, muero por unas cocochas de bacalao fresco al pil pil, merluza, probad el cogote, pescado a la espalda, chipirones en su tinta... Las carnes, desde preparaciones con base francesa a las brasas... las ostras, gambas rojas, quisquillas... excelentes. Y obviamente, los postres, con clara base vasca. La leche frita, su gotxua...
La última comida
- Navajas / 3.50 € unidad
- Quisquillas / 120 € kg.
- Cocochas al pil-pil / 25.50 €
- Chipirones en su tinta / 25 €
- Chuletón 48 € / kg.
- Queso 1/2 7.50
- Gotxua y leche frita...
Vinos
- Tantum Ergo, cava Requena rosé de Hispano Suizas 35 €
- Alma3Once, mencía Ribeira Sacra 29 €
Precio
- 82 € / persona
Resumen
Menús y carta
33 € + bebidas, menú diario
50 € + bebidas, menú degustación
Bodega
Excelente. más de 250 referencias de calidad, bien conservadas y a un precio muy sensato. Siempre me sorprenden. Desde un Txacolí a esta mencía gallega, Alma3once que tomamos. O dulces, Tokaji por ejemplo, magníficos.
Otros
- Terraza climatizada, muy buena opción en verano.
- Trato profesional, pero cercano. Y ganas de seguir creciendo, aprendiendo.
- Cocina de producto, tradicional, seria y con calidad.
- Inquietud. Joseba suele acercarse a Madrid fusión, San Sebastián Gastronómica, eventos de vinos... algo que sería deseable en la mayoría de los restauradores...
RESTAURANTE ANDRA MARI
Avda. Xixona 37, 03560 El Campello, Alicante
965 63 34 35
Cierre. Martes
Tique medio. 40/80 €
Se mantienen
El HOTEL MERIDIONAL en Guardamar que acaba de cumplir su primer medio siglo, y de unos años acá sigue con sus anuales jornadas gastronómicas en la siempre compleja y divertida por contrastes “Cocina a cuatro manos” (y dos equipos respondiendo cada cual a su chef). Estuvimos allí este pasado lunes para deleitarnos con dos jóvenes cocineros como son Jorge Amores y Nanín Pérez, que nos deleitaron con 10 platos (entre snacks más primeros y segundos) y dos postres, rematados a la francesa con un “petit four”. De todo ello daremos cumplida cuenta pormenorizada de crítica la próxima semana.
Lo que anticipadamente queremos destacar es la necesidad de recomponer la perdida fama de la gastronomía hostelera, sobre todo en un país que, alcanzados los más altos niveles mundiales en cantidad de turistas, debe empezar a dignificar sus cualidades y calidades gastronómicas. Sólo así “desestacionaremos” temporadas consiguiendo los más rentables paralelismos en ocupación. Lo del sol y playas, como es el caso, está muy bien, pero conforme el personal va adquiriendo cultura gastronómica (basta coger el mando de la televisión para comprobar la ingente cantidad de programas dedicados a la alimentación bien construida), y ya no se confundan conforman con fast food, platos envasados o genéricas paellas, que poco tienen que ver con nuestros diferenciados y comarcales arroces.
Bajan
FUMAR O NO FUMAR “that is the question”. Viejo y peliagudo tema en la restauración. Respuestas para todos los gustos e incluso enconadas antítesis al punto de haber dado por concluida tajantemente alguna que otra sobremesa. Todavía recuerdo grandes restaurantes de solera y Michelin prendidas, que tras los postres te ofrecían su magnífica y extensa carta de puros, sobre todo en los comedores privados que acababan sobrevolados por una tenue nieblilla de humos y fragancias de Vuelta Abajo. Pocas críticas gastronómicas de aquellos años acababan sin referenciar habanos, holandeses y por supuesto españoles, para demostrar su alcurnia restauradora.
Hoy la batalla en el interior de los locales está absolutamente ganada por los antitabaco. Pero el lío lo ha montado el Gobierno central secundado por muchas autonomías avant la lettre. Prontamente ya no podremos fumar en las terrazas cómodamente sentados al perfume de un cremoso café, y paladeando cualquier aguardiente bien elaborado. Pero, paradoja al canto, nunca mejor dicho, nada nos impide (legalmente) hacerlo de pie junto a la silla en la que hemos degustado una buena comida o cena. Recientemente estuvimos en París y en Lyon, aquellas dos grandes capitalidades de la gastronomía mundial que hoy intentan recuperar el cetro maridando la ya tradición de Escoffier, Point, Bocuse con la globalización de los mestizajes; pues bien, y sin alterar un ápice su purismo en el servicio y en los derechos y deberes de la clientela, se permite fumar en las terrazas; eso, sí resulta de una educación urbana imprescindible preguntarle al de la mesa contigua si le incomoda el humo; y en tal caso alejarse lo suficiente para no molestar. Y tal que en Francia en otros muchísimos países occidentales.
Aquí desde tiempos de los Borgia somos más papistas que el Papa y nos disponemos a limpiar nuestras terrazas incluso del humo de los vapeadores en exégesis reglamentarias propias de la inquisición. Algo que a quien más perjudicará, y más en país tan turístico como nuestro, será a los propios restauradores. Opinamos que hay espacio para todos y que históricamente cualquier “ley seca” ha acabado derogándose por fracaso.
La pregunta no de un millón, sino de muchos millones recaudados, es ¿por qué el Estado no prohíbe la venta de tabaco a sabiendas del perjuicio que causa a la salud pública? Sencillamente por varias y poderosas razones: la inalienable libertad del ciudadano; no invertir el suficiente dinero para que abandonemos el hábito; y, sobre todo, insisto, por esos 9.000.000.000 € que le viene de perlas para tapar otros derroches tan innecesarios como a veces discriminatorios.