Opinión
Cabras salvajes sedientas se acercan en núcleos urbanos de Alicante en busca de ayuda
"Salvemos a las cabras de la Sierra de Callosa" es una iniciativa mediante recogida de firmas.
Este sábado decenas de personas salían a la calle en Cox y Callosa de Segura. El motivo, la preocupación por la vida de sus vecinas no humanas con las que conviven desde hace casi 4 décadas
Y es que hace más de 35 años que a unas cabras las abandonaron a su suerte en la sierra de los municipios de Cox, Redován y Callosa de Segura. No se sabe si de forma intencionada o fortuita, la cuestión es que una persona las introdujo y desde entonces, estos montes se han convertido en su hogar, sin que las administraciones se hayan ocupado, ni preocupado por las cabras desde entonces.
Durante las últimas semanas, y debido a la sequía, las cabras se han visto obligadas a acercarse a las zonas pobladas para conseguir agua y comida para poder sobrevivir.
Estas aproximaciones, que han generado rechazo por parte de algunos vecinos, pero compasión, por parte de otros que están tratando de ayudar a los animales, ofreciéndoles agua y alimento, han llevado a los responsables de las administraciones implicadas a reunirse para tratar de resolver este asunto.
Lamentablemente, en estos encuentros no se ha contado con entidades de protección animal, ni con los/as vecinos/as preocupados por dar una solución que no comprometa la integridad de los animales y la única información que a fecha de hoy hay disponible, a través de los medios, apunta a la captura de los animales para ¿entregarlos a un ganadero?, sin dar más detalles (algo que parece complicado, según la normativa de ganadería) o exterminarlos a tiros, opción que parece más próxima a la realidad viendo cómo, por norma general, quienes toman las decisiones en nuestras instituciones adolecen de falta de creatividad y empatía y las cuestiones que tienen a los animales como protagonistas involuntarios, o las ignoran o, mucho peor, las resuelven a tiros, como si estuviésemos en el salvaje oeste.
Por otra parte, nos encontramos de nuevo ante una vergonzosa falta de transparencia cuando el silencio es la única respuesta a las peticiones de información de los/as vecinos/as preocupados por el futuro de los animales y cuando la información que se da a los medios es de un rigor que podría considerarse entre vaporoso y nulo.
¿Por qué cuándo se trata de animales siempre se enfoca todo como un problema y no como una oportunidad?¿Por qué no innovar?Si las personas, a nivel particular, pueden crear y sostener con donaciones santuarios para animales, ¿no puede hacerlo la administración que cuenta con muchos más recursos, cantidades vergonzosas de los cuales son destinadas a complacer a quienes se divierten cazándolos en nuestros montes y maltratándolos en nuestras calles y plazas?¿Por qué en esta balanza en que se contraponen quienes cuidan de los animales frente a quienes quieren hacerles daño, las administraciones siempre se ponen del lado de quienes se decantan por la violencia?¿Por qué no generar barreras físicas para las reservas de flora de la zona y destinar una zona de la sierra para que las cabras vivan en buenas condiciones? Se les podría suministrar alimento y agua, como son capaces ya de hacer personas de forma voluntaria, a la par que se esteriliza a los machos, para ir reduciendo progresivamente su población.
Sería una oportunidad para abanderar la gestión ética de animales abandonados en espacios naturales.Incluso la presencia de estos animales podría ser un reclamo turístico para la zona. ¿Quién no querría visitar un municipio “amigo de las cabras”?Por no hablar de cómo podrían ayudar en la prevención de incendios al ingerir arbustos y material vegetal seco.
Es sabido que hace más quien quiere, que quien puede.
Y es que, si se hubiese hecho esto desde el inicio, las cabras no serían hoy noticia, porque su población ahora estaría controlada.
No sé si quienes toman este tipo de decisiones se plantean, en un futuro no muy lejano, qué pensarán sus descendientes de su forma de proceder. Es posible que no lo hagan pero sí estoy segura que no harán falta muchas generaciones para que, cuando miren hacia atrás y sepan qué les hacían a los animales quienes les antecedieron, lo hagan con incredulidad y sientan vergüenza.
Defendamos la empatía y el respeto, frente a la violencia y el exterminio. Consideremos “amigos” a quienes conviven con nosotros y apoyemos la campaña “Salvemos a las cabras de la sierra de Callosa de Segura, Cox y Redován”.
Apoyo mediante firmas en:
https://www.change.org/p/salvemos-a-las-cabras-de-la-sierra-de-callosa-de-segura-cox-y-redov%C3%A1n