La Vila Vella regresa para preservar las costumbres del mar
Bajo el lema “Entretejiendo la memoria de La Vila: somos mar, colores y redes”, el barrio histórico acogerá el sábado 5 de octubre diversas actividades como intervenciones artísticas, recreaciones, talleres infantiles, música en directo, teatro y visitas guiadas.
El Ayuntamiento de Villajoyosa retoma el proyecto cultural La Vila Vella con el fin de promover el patrimonio etnográfico marítimo del municipio, así como homenajear a los vileros y vileras que se han dedicado y se dedican a la confección de redes. Por ello, bajo el lema “Entretejiendo la memoria de La Vila: somos mar, colores y redes”, este encuentro cultural se centra en visibilizar la industria manufacturera del hilo, cuyas actividades en el barrio histórico enlazarán el pasado, presente y futuro de este oficio que ha perfilado la fisonomía de la población. Las calles, plazas y casas del conjunto histórico se llenarán de rederas y rederos que recrearán todas las etnografías marítimas entorno a la industria de la cordelería. Su trabajo tuvo un gran punto de inflexión con la regularización de la pesca de arrastre en todo el territorio español en 1897, dando lugar a que la mayoría de rederos de Villajoyosa se fueran a trabajar a los diferentes puertos españoles. “Las rederas y rederos de La Vila volverán a ocupar casas, calles y plazas del conjunto histórico como lo hicieron sus antepasados que, con el oficio ancestral de hilar, tejer y armar el bou o arte de pesca, no sólo sustentaron a todo un pueblo sino que su arte se extendió por todos los pueblos del territorio español”, destaca el Alcalde Marcos Zaragoza.
Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Villajoyosa pretende poner en valor la identidad cultural como pueblo marinero y, en concreto, revitalizar el barrio histórico, calificado Bien de Interés Cultural, con la organización de diferentes eventos, actividades, recreaciones etnográficas e intervenciones artísticas dirigidas tanto a los vecinos, como a los visitantes nacionales e internacionales el próximo sábado 5 de octubre.
El patrimonio etnográfico marítimo será el hilo conductor de este gran evento, en cuya programación destacan la recreación de una senda marítima en el carrer Pal, antigua senda ubicada a los pies de las murallas de la ciudad y cerca del mar. La asociación La Gramaera de Redován, que cumple su 50 aniversario, participará en la museografía y puesta en escena de los trabajos tradicionales entorno al cáñamo, como el ‘gramao’, ‘rastrillao’, ‘hilao’, entre otras actividades.
La Vila Vella será lugar de encuentro para la música, teatro, exposiciones, intervenciones artísticas urbanas, talleres infantiles, recreaciones etnográficas donde el pueblo se está involucrando en organizar actividades y engalanar calles y plazas. De hecho, muchos vecinos de Villajoyosa llevan semanas trabajando en los preparativos, tales como los miembros de la asociación de rederos Motle i Molleta, que están confeccionando redes, así como otro grupo de voluntarios que que se reúnen en la plaça de les Moreres para confeccionar manualmente motivos de decoración. “La Vila Vella tiene la esencia de las personas, entre todos estamos creando La Vila Vella y la colaboración de muchas personas voluntarias que ya están trabajando o que van a trabajar ese fin de semana en el casco antiguo son la base del éxito de La Vila Vella”, añade Zaragoza.
Una de las novedades de esta edición es “Rederas”, un proyecto de mediación e intervención artísticas que reúne a todas las rederas de Villajoyosa, tanto activas como retiradas, así como a sus familiares, con el fin de recuperar la memoria histórica de las mujeres rederas de Villajoyosa. Más de 20 mujeres están participando en estas sesiones, conducidas por la plataforma Remembranzas de La Chivata Teatro y Marina Paredes, cuya puesta en escena será el 5 de octubre.
El Alcalde Marcos Zaragoza explica que "La Vila Vella del 2024 unirá el pasado y el presente para, entre todos, construir un prometedor futuro, donde nuestro conjunto histórico recupere el lustro perdido. Villajoyosa ya ha entrado en ese reducido grupo de destinos turístico-culturales que han hecho del color su carta de presentación. Los colores no solo identifican y singularizan la arquitectura histórica de un BIC, sino también la identidad cultural como pueblo marinero".