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Universidad Histórica de Orihuela: un enredo eclesiástico-municipal (I)

Mientras el obispo Álvarez se desplazaba a Roma en enero para conseguir el nihil obstat de la Santa Sede a este proyecto, el Pleno del Ayuntamiento de Orihuela de 6 de febrero de 1995, aprobaba “en todos sus puntos”, el contenido de la Propuesta de Colaboración entre la Diócesis de Orihuela-Alicante, la Universidad de Alicante y el propio Ayuntamiento

Francisco Álvarez, Andrés Pedreño y Luis Fernando Cartagena

Publicado por
Juan de Oleza

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El asturiano Francisco Álvarez Martínez llegó en 1985 a la diócesis de Orihuela-Alicante con el encargo de adaptar la estructura a los tiempos marcados por el Vaticano II veinte años antes y que su antecesor Barrachina guardaba para ad calendas graecas. Álvarez Martínez, canonista y con el bagaje de su paso por Tarazona y La Rioja, trató de poner un poco de orden en el erial dejado por su antecesor. Hombre de no muchas palabras pero muy despierto y con las ideas bastante claras debió cumplir bien su cometido porque Juan Pablo II lo situó después como arzobispo de la diócesis primada de Toledo y terminó elevándolo a la alta dignidad de cardenal de la Iglesia Católica.

Guardo algunas anécdotas de la buena relación con la que me distinguió, empezando por el primer contacto telefónico del día en que se hizo público su nombramiento y me encargó que transmitiera el tradicional mensaje de saludo a los fieles de la diócesis. Cuando, ya aquí, tuve oportunidad de conocerle personalmente, comprobé que monseñor Álvarez poseía una gran visión como gestor y una preocupación real por el patrimonio histórico-artístico y la proyección cultural de la Iglesia.

Buena prueba de su perspicacia y capacidad de diálogo fueron las gestiones iniciadas en 1992 con el entonces Rector de la Universidad de Alicante, Ramón Martínez Mateo, para la creación de un servicio de Asistencia Religiosa Católica en la Universidad de Alicante que culminó en julio del año siguiente con la firma del correspondiente convenio. Pero monseñor Álvarez quería más, pretendía que la UA terminara denominándose (como la diócesis) “de Orihuela-Alicante” y para ello encontró un visionario a su altura –el rector Andrés Pedreño- con el que rápidamente se puso de acuerdo y firmó en 1995 una propuesta de colaboración a la que también se sumó el alcalde oriolano Luis Fernando Cartagena. (Citemos como antecedente –a cada uno lo suyo- que ya en noviembre de 1988 el presidente de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Orihuela, José Antonio Sánchez Mollá, enviaba un escrito al presidente del Consejo Social de la Universidad de Alicante, José Quiles Parreño, solicitando la ubicación en la ciudad de un centro universitario de dicha Universidad).

En virtud del documento suscrito por obispo, rector y alcalde, la Diócesis de Orihuela-Alicante se comprometía a facilitar a la Universidad de Alicante el desarrollo de actividades de extensión universitaria en los espacios que se acuerden del Colegio Diocesano Santo Domingo de Orihuela, “sin perjuicio del normal desenvolvimiento de las actividades docentes que actualmente se desarrollan en dicho Colegio Diocesano”. 

Por su parte, la Universidad de Alicante crearía la Cátedra ‘Arzobispo Loazes’, encargada de llevar a cabo un programa de actividades de extensión universitaria en la sede del Colegio Santo Domingo, quedando supeditada la puesta en marcha de dichas actividades universitarias “a la disponibilidad de espacios dentro del conjunto del edificio histórico”. Y como, para facilitar la disponibilidad de espacios destinadas a estas actividades de extensión universitaria dentro del conjunto de la edificación histórica del Colegio Diocesano Santo Domingo, sería necesaria la creación de nuevas aulas y dependencias a disposición del Colegio Diocesano “El Ayuntamiento de Orihuela proveería a esta necesidad de modo que no se entorpezca el normal funcionamiento del Colegio” (punto 3 del documento).

El colofón de la propuesta de colaboración contenía el compromiso de “llevar a cabo los trámites necesarios ante la Sede Apostólica para otorgar a la actual Universidad de Alicante la condición de heredera de la Universidad Histórica de Orihuela (1610-1808), de modo que la Universidad de Alicante pudiera citar como su antecedente histórico más inmediato a la Universidad Histórica de Orihuela, así como sus símbolos y referentes más directos” (punto sexto). La Iglesia transmitía simbólicos derechos, la joven Universidad Lucentina entroncaba con una tradición de la que carecía y la ciudad de Orihuela volvería a ver entrar estudiantes por la puerta de la Universidad de Santo Domingo. Días de vino y rosas. Y todos contentos.

Mientras el obispo Álvarez se desplazaba a Roma en enero para conseguir el nihil obstat de la Santa Sede a este proyecto, el Pleno del Ayuntamiento de Orihuela de 6 de febrero de 1995, aprobaba “en todos sus puntos”, el contenido de la Propuesta de Colaboración entre la Diócesis de Orihuela-Alicante, la Universidad de Alicante y el propio Ayuntamiento oriolano. Y, para dar cumplimiento a su compromiso, el alcalde José Manuel Medina realizaba inmediatamente gestiones para la adquisición de los terrenos colindantes con el patio del Colegio (antigua discoteca ‘Momentos’). Ello culminaba con la oferta de una mercantil para efectuar una permuta que, según se reconocía en el acuerdo municipal de 25 de julio de 1996, “venía dada por la situación económica del erario público municipal que no permite la adquisición mediante compraventa y la oportunidad de adquirir unos terrenos con inmuebles adecuados a la finalidad educacional que se pretende” y se justificaba en el hecho de que “el Ayuntamiento de Orihuela tiene como nota prioritaria la implantación de servicios de estudios universitarios mediante la creación de una Delegación de la Universidad de Alicante”; “que las Cátedras o licenciaturas que se creen su ubicarían en Colegio de Santo Domingo, de todos conocido y que representa a la actividad docente universitaria de la zona desde hace más de un siglo”; y que “las propiedades que se ofertan como objeto de la permuta están colindando con el citado Colegio y resultan apropiadas a la finalidad educacional que se pretende”.

El portavoz del Grupo Socialista, José Francisco Lorente Belmonte, manifestó en el turno de intervenciones que lo que su grupo pretendía era “que se garantice de forma clara, explícita y determinante que la finalidad de este suelo sea la de Universidad”. El alcalde contestó que este acuerdo se basa en el documento del convenio con la Universidad de Alicante y el Obispado de Orihuela-Alicante, cuyo objetivo es que el uso universitario no vaya en detrimento del Colegio Santo Domingo”, y añadió que “en estos momentos se está pendiente de redactar un documento que contemple las correspondientes cláusulas de reversión”. 

Asimismo, aprovechó para informar que los estudios previstos para el cursos 97/98 son los de Biblioteconomía y Documentación. Hizo uso nuevamente de la palabra Lorente Belmonte quien afirmó que “es un reto que ilusiona, acogiendo la sinceridad mostrada por el Sr. Alcalde en su intervención” y agregó que le parecía “correcto que los terrenos se cedan con uso a la Universidad de Alicante y valorando esta situación informa que su grupo está a favor de la permuta que se propone”. Sometida la propuesta a votación fue aprobada por 22 votos (Grupos Popular y Socialistas) y la abstención del concejal José Martínez Carmona (IU-LV).

En enero de 1996 toma posesión el obispo Victorio Oliver Domingo quien recoge los frutos sembrados por su antecesor Álvarez Martínez, trasladado al arzobispado de Toledo, y dos años después (enero1998) firma el convenio de creación de la Cátedra ‘Arzobispo Loazes’, una estructura docente creada al amparo del art. 3.2 de la Ley Orgánica de Reforma Universitaria de 25-VIII-1983, con la pretensión de ser “un espacio de diálogo y encuentro de la Teología con el resto de las Ciencias [que] tiene como finalidad coordinar y llevar a cabo actividades académicas, tanto en la Universidad de Alicante como en el Colegio de Santo Domingo de la ciudad de Orihuela”.

El pleno de la Corporación Municipal oriolana celebra el 19 de enero de 1998 sesión extraordinaria para tratar como punto único del orden del día una “Moción del Grupo Municipal Socialista referente a actuaciones sobre la Universidad de Orihuela”. El texto de la moción era el siguiente: “Que vamos hacia el tercer año desde la histórica firma del Convenio que posibilitaría la recuperación y ampliación de la oferta universitaria en nuestra ciudad y comarca. Que tanto el Obispado como el Rectorado han declarado recientemente la vigencia del compromiso con Orihuela y sus gentes. Que dada la transcendencia que el desarrollo del Convenio contiene en los ámbitos académicos, culturales y económicos, y por ser esta ciudad y su comarca las primeras beneficiarias”. Consideraba el Grupo Socialista que “el Ayuntamiento debía pronunciarse de forma clara y determinante” por lo que realizó la siguiente propuesta: “El Ayuntamiento Pleno reafirma la plena vigencia del acuerdo suscrito con la Iglesia y la Universidad de Alicante, y manifiesta su inequívoca intención de impulsar el desarrollo de los acuerdos necesarios para que el curso 98/99 marque el inicio de la actividad universitaria en las instalaciones de la antigua Universidad de Orihuela en el ámbito competencial de este Ayuntamiento”.

En el turno de intervenciones, el portavoz socialista José Francisco Lorente, leyó la parte dispositiva de la moción y reiteró que “la propuesta tenía vocación de carácter institucional, para favorecer el desarrollo del Convenio firmado” y por ello esperaba el apoyo de todos los grupos políticos. A continuación, el concejal Martínez Carmona (IU-LV) dijo que el primer convenio no lo conocía, que a pesar de su interés no ha podido acceder a él, “en cuanto a este último ni siquiera lo ha firmado el Alcalde en representación del Ayuntamiento” y tampoco había podido conocer el nuevo que desarrollaba aquél. Por tanto, “Izquierda Unida-Los Verdes no se va a pronunciar ni sobre el convenio suscrito en su día por la Universidad de Alicante, el Obispado y el Ayuntamiento de Orihuela, ni sobre el nuevo convenio firmado recientemente, el cual, dicen desarrolla aquel y que no ha sido suscrito por el Ayuntamiento de Orihuela. No nos vamos a pronunciar sencillamente porque desconocemos el uno y el otro. Entendemos que es sumamente grave que en la firma del reciente convenio no haya habido representación del municipio. Si el Sr. Alcalde fue invitado y no se personó, muy mal. Si no fue invitado, todavía peor”.

Seguidamente el alcalde José Manuel Medina afirmó que “El convenio que en su día se firmó es conocido por todos los oriolanos y ha sido estudiado en su totalidad y en parte, en numerosas reuniones y actos públicos, con reflejo en prensa y radio, los principales puntos de compromiso por parte del Ayuntamiento eran facilitar terrenos e instalaciones y gestionar actuaciones con las Administraciones que corresponda. Ambos puntos han sido cumplidos”. Anunció que su grupo votaría favorablemente y suscribían la moción socialista con la adición ya consensuada con los firmantes, de una última frase que es “en el ámbito competencial de este Ayuntamiento”. Continúa diciendo el alcalde que la prensa de este mismo día anuncia la posibilidad de creación de una Facultad de Periodismo y de un Colegio Mayor fuera del Campus de Desamparados, concretamente en el casco histórico de la ciudad de Orihuela. “La Universidad es ya una realidad a través de la Politécnica, cuantas más disciplinas se incorporen mucho mejor. Debemos apoyar el desarrollo de la Universidad Miguel Hernández, de donde nos deben venir nuevas disciplinas. En cuanto a la firma del Convenio de hace unos días, Obispado-Universidad de Alicante, la presencia y firma de la Alcaldía no era preceptiva”, concluyó Medina.

El portavoz socialista pidió nuevamente la palabra para expresar su discrepancia con lo dicho por el alcalde en cuanto a la presencia del Ayuntamiento en la firma del Convenio y afirmó que “lo cierto es que en este asunto cada vez pintamos menos. Que consigamos interesar a dos Universidades es ventajoso para la Ciudad y no debemos cerrarnos con la Universidad Miguel Hernández, si conseguimos convenios y colaboramos con la Universidad de Murcia, tanto mejor”. A continuación intervino nuevamente Martínez Carmona para reiterar que mantenía su voto de abstención y esperaba que se materializaran las expectativas que estaban en el aire “porque hasta ahora tan sólo contamos con la Cátedra de Teología”. La moción fue aprobada por 21 votos a favor (Grupos Popular y Socialista) y 1 abstención” (la del concejal de IU-LV).

En marzo de este mismo 1998, bajo la presidencia del obispo Victorio Oliver y el rector Andrés Pedreño, en el histórico inmueble que albergó la Universidad oriolana, se constituía el Patronato de la Cátedra ‘Arzobispo Loazes’. Entre otros asuntos de orden organizativo, el profesor Gil Olcina, director de la Cátedra, informaba de la visita realizada a las instalaciones del Colegio a fin de comprobar in situ las posibilidades de espacio (inicialmente serían necesarias tres aulas) para las actividades académicas universitarias del siguiente curso, en el que estaba prevista la implantación de la diplomatura de Turismo, una vez ultimados los trámites correspondientes.