El Rey de todos los españoles, salva la dignidad del Estado
Un país como España, con recursos económicos y materiales más que suficientes, con los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y su ejército queriendo intervenir y ayudar al pueblo no se puede permitir no intervenir de forma inmediata
Desde hace una semana, todos los españoles vivimos con un nudo en la garganta, con una pena que nos conmueve el alma y, con la sensación de frustración al no poder ser de mayor ayuda a nuestros vecinos de la provincia de Valencia ante tanto dolor y desesperación.
Al sufrimiento de saber el elevado numero de víctimas mortales, (que por desgracia aún no esta cerrado, en el mayor desastre natural de nuestra democracia), a todo el daño material causado a quienes lo han perdido todo, se suma la falta de capacidad y, de una respuesta coordinada y proporcionada por parte de las distintas administraciones públicas.
Los que seguíamos en directo la visita a Paiporta de los reyes, del presidente del Gobierno y del presidente de la Generalitat Valenciana, asistíamos a uno de esos momentos que ya quedarán para siempre en el imaginario colectivo y en la historia de nuestra democracia.
La reacción del pueblo es normal y entendible pues, aunque queramos empatizar, no podemos ni imaginarnos lo que tienen que estar pasando aquellos que lo han perdido todo y, además tienen que ver como la ayuda, ayuda que se paga con los impuestos de todos, no llega o en su caso, llega tarde y mal.
Un país como España, con recursos económicos y materiales más que suficientes, con los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y su ejército queriendo intervenir y ayudar al pueblo al que juraron servir y proteger, no se puede permitir no salvar vidas e intervenir de forma inmediata y hacer frente a tanta tragedia, como consecuencia de una mediocre clase política.
Esta tragedia natural que hemos sufrido y, que por desgracia seguiremos sufriendo y viviendo en los próximos días y meses, ha sacado a relucir la falta de capacidad, gestión y planificación, de unos políticos desbordados por su incapacidad y altura de miras.
Frente a ellos y en contraposición, el rey Felipe VI, rey de todos los españoles, quien mantuvo la entereza en todo momento, estando junto a su pueblo por más difícil que fuese el momento sin rehuir gritos, abucheos e incluso el lanzamiento de objetos que, en su inmensa mayoría, no iban dirigidos hacia su persona.
El rey mantuvo y salvó la dignidad de un estado con su cercanía y empatía, siendo el ejemplo de lo que tiene que ser un servidor público, y salvó la dignidad del estado, pues quienes deberían gestionar las administraciones del país, de un país de la categoría de España y de todo el pueblo español, se permitieron huir escoltados para no enfrentarse a la realidad y al dolor del pueblo que dicen representar o se parapetaron tras la gran figura del rey.
Todos los valencianos hemos podido comprobar que tenemos un gran Jefe del Estado que, por encima de la división política y la falta de coordinación, entiende y comprende el dolor de las víctimas, las escucha y les da voz.