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El presidente argentino ataca a la Justicia española y le acusa de "censurar"

Fernández rechaza la decisión judicial que exige la retirada cautelar de 32 libros de ideología LGTBI en 11 colegios de Castellón, entre los que se encuentra el de un periodista argentino

El presidente de la República Argentina, Alberto Fernández y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez intervienen en el Complejo de la Moncloa.

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El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha tenido que cruzar el océano Atlántico para convertirse en protagonista de un debate que, de forma literal, le mete en otro charco. La polémica suscitada en torno a la retirada de 32 libros de ideología LGTBI en 11 colegios de Castellón ha sido precisamente lo que le ha motivado a expresar por Twitter su repulsa ante la decisión judicial que así lo exige de manera cautelar . Aunque a priori pueda parecer que este asunto le debería resultar del todo ajeno, entre los altos mandatarios de los países de América Latina parece haberse instalado durante los últimos meses una especie de impunidad diplomática para enjuiciar o interferir en asuntos de la política española, ya sea a cuenta de la etapa colonizadora o sobre cualquier otro asunto que aleje el foco de atención de los déficits estructurales que padecen en sus naciones.

Puede que haya sido esta tendencia la que haya inducido a Alberto Fernández a entrometerse hasta tal punto que califica la resolución de la magistrada española de un acto de “censura” por el simple hecho de que entre los libros retirados se encuentra el del periodista argentino y amigo suyo, Bruno Bimbi. Lo que omite en su Tweet -de forma intencionada o por mero desconocimiento- es que capítulos como “Al obispo le den por culo”, “chaperos en el Vaticano”, “Jesús no nos ama”, “en ningún lugar se folla como en el seminario” han llevado al Juzgado a considerar estos libros inapropiados para distribuirlos por las escuelas de Castellón.

No en vano, el presidente argentino se escuda en que la decisión llega tras admitir el recurso Contencioso-Administrativo interpuesto por la Fundación Abogados cristianos, que solicitó medidas cautelarísimas contras dichas gruías porque "el contenido de alguno de esos libros, no sólo incluye contenido sexualmente explícito, sino que recurre al constante escarnio de las religiones No sólo a la católica, también al Islam, el judaísmo y la religión evangélica”.

“La justicia española, a instancias de abogados de extrema derecha vinculados a VOX, eliminó de las bibliotecas de las escuelas de una ciudad de la Comunidad Valenciana libros que atienden y promueven el respeto a la diversidad, afectando de ese modo derechos de la población LGBT”, denuncia Alberto Fernández en su Twitter.

Añadió que "entre los censurados, está uno de los libros de Bruno Bimbi, 'El fin del armario'. Bruno es un periodista maravilloso a quien conocí durante el debate del matrimonio igualitario. He tenido el gusto de leer precisamente ese libro, que me han servido de mucho para abrir mi mente".

A su parecer, este acto de los “libertarios” que “discriminan y censuran” en España, también debe ser rechazado en cualquier otro lugar donde se puedan producir intentos similares. Un hilo de publicaciones contra España que no ha dejado indiferente a nadie, tampoco a los propios argentinos, quienes les ha recordado en su gran mayoría la necesidad de comenzar por solventar los déficits estructurales de un país donde un derecho tan básico como el de poder vivir ni tan siquiera está garantizado.

“Argentina está prendida fuego y vos boludeando criticando a otros países? Conchita, sos el presidente por si no te enteraste”, le replica un ciudadano. Otros, por su parte, luden a los índices de pobreza que padece el país a día de hoy: “Alberto tienes 50% de pobreza”.

“Con todo respeto, Presidente, en nuestro país, Argentina hay miles de problemas mas importantes para solucionar. Tal vez para usted no sean prioritarios la inseguridad, inflación, educación, pobreza, jubilaciones magras, etc. Saludos”, responde otro residente indignado.

Y tampoco olvidan las tasas de asesinatos: “Señor presidente. Acá cada día asesinan casi una decena de personas por culpa de la inseguridad. ¿Por qué no se preocupa por lo que sufren los argentinos día a día?”.

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