Marejada en el PP valenciano por el durísimo castigo de Rajoy a sus dirigentes
El PPCV de Isabel Bonig creía que lo del "cordón sanitario" desde Génova 13 era cosa del pasado tras haber ganado para Rajoy casi un millón de votos en junio, pero ha resultado que no.
El Partido Popular de la Comunidad Valenciana ha pasado de ser un referente nacional, especialmente durante las etapas de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, a quedar en el ostracismo. Mariano Rajoy se ha deshecho del único ministro que tenía vinculación con la Comunidad, José Manual García Margallo, y además ha sacado del segundo escalón a los dos que aún conservaban galones: Susana Camarero y Rubén Moreno, secretarios de Estado de Igualdad y de Sanidad, respectivamente.
Por si fuera poco, la líder del PPCV, Isabel Bonig, ha quedado relegada a un papel secundario en el Congreso nacional del partido que se celebra en la capital en febrero. Se le ha encargado la ponencia sobre Política Social, cuando en el anterior cónclave el entonces líder de la formación, Alberto Fabra, fue ponente de la de Estatutos.
La catarata de escándalos de corrupción han dejado muy dañada la imagen de la Comunidad, lo que el presidente socialista Ximo Puig denomina como "crisis reputacional". Por ello, en su momento Rajoy optó por construir un cordón sanitario. El jefe del Ejecutivo y la práctica totalidad de ministros y altos cargo se limitaron a realizar "visitas de médico" a Valencia. Lo paradógico es que supuestamente para Génova esta etapa ya es pasado, máxime cuando en las elecciones de junio el PPCV cosechó casi un millón de votos, 2,5 puntos por encima de la media estatal.
Una vez concluidos los nombramientos del nuevo Ejecutivo -están por determinar los del Ministerio de Exteriores- el ninguneo ha sido "muy cruel", en palabras de una colaboradora de Bonig.
La fracasada "Operación Moragues"
La falta de peso político en la organización ha quedado más evidente al desvelarse una operación para tratar de situar al actual delegado del Gobierno y exconseller Juan Carlos Moragues en un puesto clave de la reforma del modelo de financiación autonómica. Sectores de la patronal valenciana trataron de influir también para que el nombramiento de Moragues fuera un éxito, dado que está considerado con un eficiente gestor. Hasta el presidente Puig veía con satisfacción la posibilidad de contar con un interlocutor conocido en un asunto que se antoja determinante en la presente legislatura. Sin embargo, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha apostado finalmente por una persona de la confianza de la aragonesa Luisa Fernanda Rudi, que por cierto es la presidenta del comité organizador del Congreso del PP.
Otro de los movimientos que fracasaron fue situar al exvicepresidente del Consell y actual líder de los conservadores en Alicante, José Ciscar, como secretario de Estado de Medio Ambiente. En especial el tema del agua ha dado rédito politico al PP en las comarcas alicantinas.
Bonig sigue contando con apoyo como presidenta del PPCV a pesar de todo
Pese a los reveses recibidos, en el PP no se pone en cuestión el liderazgo de Bonig. Se valora el trabajo que está llevando a cabo en un partido que cogió roto por los casos de corrupción. Precisamente este lunes Rita Barberá, la alcaldesa de España como la bautizó Rajoy, declaró en el Supermo por la presunta existencia de una caja B en el grupo municipal del Ayuntamiento de Valencia.
En el PP no existen en realidad candidatos alternativos a Bonig. Su lista a la Presidencia de la Generalitat sólo podría empañarse por alguna derivada judicial que afecte a la etapa en la que formó para del Consell de Francisco Camps.
El desierto de políticos valencianos en la primera y segunda línea del Gobierno está sirviendo de munición para Compromís y el PSPV en una doble dirección. Los socios de gobierno ven en la decisión de Rajoy una muestra más de que "no se fía" de los suyos. Al tiempo proclaman que Rajoy margina a los valencianos política y económicamente. Bonig sortea como puede las arremetidas y mantiene que lo importante es que los ministros demuestren sensibilidad para los temas de la Comunidad Valenciana.
A mayores, el protagonismo de los 11 diputados en Madrid es por el momento escaso. Por Alicante encabezó la lista el exministro García Margallo. En Valencia, la ex alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, y en Castellón, Miguel Barrachina, que hizo carrera de la mano de Zaplana.
"Tarde o temprano (Bonig) será premiada y el PP valenciano reconocido por el trabajo que se está realizando", vaticina, pese a todo, una diputada autonómica.