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Tensión: Génova urge a Bonig a atajar la guerra en el PP provincial de Valencia

La dirección nacional insta a la secretaria general a que medie entre los dos aspirantes agriamente enfrentados: Vicente Betoret y María del Carmen Contelles.

Mariano Rajoy e Isabel Bonig, hace unas semanas en la clausura del congreso del PPCV.

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Álvaro Errazu

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La lideresa de los populares valencianos, Isabel Bonig, tiene el complicado reto de pacificar el partido en la provincia de Valencia tras la polémica reunión de la junta directiva del miércoles que debía convocar el congreso provincial. El actual presidente, Vicente Bertoret, y la secretaria de organización del PPCV, María del Carmen Contelles, persona de la estricta confianza de Bonig, optan al codiciado cargo.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no tuvo éxito antes en la mediación para que Betoret y Contelles llegaran a un acuerdo de integración. Ahora Génova emplaza a Bonig a buscar solución a un conflicto anunciado hace meses y al que ella no ha sido ajena. La advertencia pública de Martínez Maíllo, vicesecretario de organización del PP, de "intervenir en lo que sea necesario", iba dirigida no tanto hacia la organización en la provincia de Valencia como contra la propia Bonig que hasta el momento había pretendido ponerse de perfil ante la lucha de poder.

Horas después de las declaraciones de Maíllo en Radio Nacional de España, la presidenta de los populares valencianos, consciente del mensaje de Madrid, reunía en su despacho a los dos contrincantes enfrentados. De esta forma, la presidenta del PPCV asumía todo el protagonismo en las negociaciones. De su éxito o fracaso dependerá, incluso, su futuro como candidata a la presidencia de la Generalitat del 2019.

Uno de los referentes principales de Bonig es sin lugar a dudas Cristina Cifuentes en lo que respecta a las línea rojas o a la apuesta por las primarias para los congresos. Hay un elemento notable que las diferencia. Cifuentes logró la victoria y gobierna la Comunidad de Madrid. Bonig tiene ese reto complicado tras el legado de escándalos de corrupción dejados por su antecesores a lo que cabría añadir la actual división del partido en Valencia.

De su éxito o fracaso dependerá, incluso, su futuro como candidata a la presidencia de la Generalitat del 2019

Mariano Rajoy acudió a la proclamación de Bonig como presidenta del PPCV este mes y le mostró la hoja de ruta para conquistar en 2019 el Consell. "Necesitamos escuchar" , "unir", "integrar" y "trabajar", enfatizó Rajoy ante más de 1.500 compromisarios. O lo que es lo mismo, nada de guerras internas. Valencia, pese a todo, sigue siendo uno de los principales viveros de votos del PP.

Tras el escándalo de esta semana con la detención del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, Génova no está para ningún sobresalto más. Quizá por ello pende la amenaza de poner en marcha una gestora, en principio en la provincia de Valencia, pero sin descartar incluso que sea para la organización regional.

Bonig ha entendido el mensaje y su primera decisión fue emplazar a Contelles y Betoret a ponerse de acuerdo. Mientras tanto, dejará que pasen los días y que se tranquilicen los exaltados ánimos vividos en la junta provincial que rechazó, por poco más de 20 votos, la propuesta del actual presidente Vicente Betoret para la constitución del comité organizador del congreso provincial, ahora aplazado y sin fecha.

El enfado de Madrid con Valencia es monumental. El día 21 de febrero este diario publicaba en exclusiva que Bonig maniobraba a espaldas de la dirección del PP para deshacerse de Betoret. En el texto se afirmaba que la decisión había sido tomada hace meses. Un relato confirmado por los hechos. Génova sostiene que división es sinónimo de ruptura y de pérdida de elecciones.

Betoret y Contelles cuentan con una trayectoría similiar. Han sido alcaldes de sus repectivos municipios y de la misma comarca, son de la misma generación y tienen idéntico padrino: Alfonso Rus. Además, poseen un discurso político sin grandes diferencias. Betoret no rehúsa resaltar lo bueno de la etapa de Rita Barberá, mientras Contelles apuesta por un discurso renovador de momento sin concreción.

Con todo, el grado de inquina entre los defensores del diputado autonómico y de la portavoz en la diputación de Valencia está llegando a extremos insospechados para regocijo del tripartito valenciano. De forma cada vez más insistente, se desliza en redes sociales asuntos turbios de ambos en su etapa como alcaldes. Por ello, desde Génova se ha previsto un plan "b" que pasaría por recurrir a una tercera vía, una persona del agrado de Cospedal, para llevar las riendas de la organización sine die para evitar el congreso que se prevé sangrante. Madrid emplaza a Bonig ejercer su liderazgo y gestionar una paz que hoy se antoja compleja.

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