Los americanos de Ribera Salud: mí no entender
Ha habido que esperar a que estrenáramos septiembre para que el presidente Ximo Puig recibiera a un representante de una multinacional que trabaja en la Comunidad Valenciana y que figura entre las primeras empresas del mundo según la revista Forbes. A Centene Corporation, propietaria con el Banco Sabadell al 50% de la concesionaria sanitaria Ribera Salud -responsable de la atención sanitaria de más de 600.000 valencianos- le ha pasado con Puig lo que a Puig con Rajoy: que ha tenido que esperar muchos meses para ser oída.
Ribera Salud esperó ocho meses la llamada de la consellera Carmen Montón antes de ser recibida, y Centene no logró que su presidente, Michael Neidroff, pudiera verse con Ximo Puig cuando visitó España hace seis meses. Y para que Puig ahora haya recibido a la vicepresidenta de Centene, Cynthia Brinkley, han tenido que pasar varios meses desde que el embajador de España en Estados Unidos, el exministro Pedro Morenés, intermediara con el president.
La entrevista con la alta directiva finalmente ha tenido lugar justo al día siguiente de que Valencia Plaza revelarse la intervención de Morenés, y contó con la sóla presencia de Puig, Brinkley y una traductora. El encuentro duró aproximadamente una hora, fue cordial, y puede haber supuesto “un primer paso para establecer puentes”, según fuentes conocedoras del contenido de la conversación, que sin embargo aseguran que no se abordó la cuestión de la reversión del Hospital y departamento de salud de Alzira en la que el Consell está empeñado. De hecho Carmen Montón no estuvo presente.
Lo que desde luego no han entendido en Centene es que se filtrara la celebración del encuentro, que fue publicado dos veces en la web de la Generalitat pese a tratarse de una visita que fuentes institucionales y de la empresa habían calificado como de cortesía o privada.