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El sector agrario gana la batalla por la quema de la paja del arroz

La presión de las organizaciones agrarias ha forzado a la conselleria a aumentar el porcentaje de la paja de arroz que tenía previsto permitir para su quema. Al final se alcanzó un acuerdo.

La tradicional quema de la paja de septieembre

La tradicional quema de la paja de septieembre

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La Conselleria de Agricultura ha puesto a las asociaciones agrarias y municipios la quema de entre un 40 y 50% de la paja del arroz. Ello supone una reducción respecto al año pasado, pero hay que tener en cuenta que fue excepcional, ya que finalmente se permitió quemar la práctica totalidad de la paja.

La idea de este año es limitar esta práctica "excepcional" a los lugares en los que es "absolutamente imprescindible para garantizar la salud de los cultivos" frente a problemas fitosanitarios y que en su mayoría se sitúan en las zonas más bajas, zonas inundables del entorno de l'Albufera, donde además el acceso para retirar la paja es más complicado.

No obstante, para los cultivos que se encuentren fuera de esta zona pero que sean susceptibles de ciertas fisiopatías, se estudiarán las situaciones concretas y si cumplen las condiciones que marca la normativa y cuentan un informe de sanidad vegetal y medioambiental positivos, podrán quemar la paja del arroz sin perder las ayudas que concede Conselleria a los productores, -hasta un máximo de 440 euros por hectárea.

Los secretarios autonómicos de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez Mulero y de Medio Ambiente y Cambio Climático, Julià Álvaro, dieron a conocer la decisión tras reunirse con los representantes de las organizaciones agrarias y 15 alcaldes de la zona.


Según Julià Álvaro, del sector ecologista, en la "la filosofía general estamos de acuerdo todos", esto es, "ir reduciendo la quema, garantizar la salud del parque en cuestiones agronómicas e ir investigando en el tema del uso de medidas alternativas, empezando por garantizar por poner en pie una retirada que garantice acopios adecuados y luego reutilización de paja para otros usos".

En esta línea, Francisco Rodríguez Mulero ha apuntado que el objetivo es "buscar el equilibrio entre la sanidad vegetal del cultivo y la calidad del aire".

La decisión de la quema se produce cuando está terminado la cosecha del arroz lo que pone en evidencia falta de previsión. En la Conselleria conviven dos sensibilidades sobre esta cuestión: la de la parte agraria, que se ha manifestado partidaria de la quema de forma controlada para evitar molestias al conjunto de la población, y la medioambiental, donde se ha llegado a manifestar que una quema masiva como la del año pasado no puede volver a repetirse.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) valora en términos positivos el acuerdo alcanzando . La solución consensuada "si bien no es la panacea para nadie sí nos parece una salida aceptable para todos", destaca el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado.



Según Ava, se autoriza una quema de la paja del 50% de las casi 15.000 hectáreas de la superficie de arroz existentes, cuando inicialmente la conselleria había planteado restringir al 33% de la superficie la referida fórmula para eliminar el sobrante del cultivo.

El acuerdo contempla también que en el resto del territorio arrocero los propietarios de las explotaciones podrán solicitar a partir del 1 de noviembre un permiso para proceder a la quema de la paja y la conselleria estudiará caso por caso si la autoriza en función de criterios sanitarios del cultivo basados fundamentalmente en la existencia de fisiopatologías como la anoxia.

Finalmente, el presidente de AVA-ASAJA señala que "a partir de ahora vamos a estar muy atentos a los términos en los que se materializa el acuerdo y pedimos que para los próximos años se encuentre de una vez por todas una solución definitiva a este problema porque a los agricultores tampoco nos gusta el humo, pero ahora mismo no existen mejores alternativas".

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