El IVO no se va. Al IVO lo asfixian
Desde su inauguración en 1976, la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) es una entidad privada sin ánimo de lucro, que dedica todos sus recursos y patrimonio, a la lucha contra el cáncer en prevención, diagnóstico, tratamiento, investigación y docencia. Con sus propios recursos, mantiene una plantilla de 600 profesionales y hace frente a los elevados costes en tecnología médica, para mantenerse cada año, en la élite de la atención oncológica mundial.
Con este grado de especialización, el IVO ha conseguido facilitar y agilizar el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes sin que estos tengan que trasladarse ni trasladar sus historiales a otros sitios. Algo que valoran y mucho, quienes han sido tratados allí. Más de 50.000 personas han pedido con su firma que este servicio esencial para los valencianos siga estando en la red de la sanidad pública.
Y estos días de goteo constante de “noticias” se descubre la estrategia que ha seguido la consellera de Sanidad Carmen Montón para “tapar” su nefasta gestión con respecto al IVO. Ella golpea primero y de paso, con la colaboración de algún vocero, hacemos creer a los ciudadanos que es el propio centro, el mejor hospital oncológico de España, quien deja a los valencianos sin sus servicios dentro de la red pública. Y el argumento que utilizan no puede ser más de manual. La pasta, el dinero. Nada nuevo en el juego de la política. Yo pego primero y así, tú te tienes que defender. Y de paso, igual hago ver que tú (y no yo) eres el malo de la historia.
Decir que la decisión está basada en el dinero que ofrece la consellería, 53,78 millones frente a los 60 que en un inicio solicitó el hospital, es simplemente una infamia. Una empresa, recordemos, SIN ánimo de lucro que lleva soportando una bajada del 40% en número de pacientes y facturación, desde que Montón se hizo cargo de la consellería, y que no rompió jamás el convenio. Aguantó el tirón. Si antes no rompió por ese motivo, ahora tampoco se va por eso. ¿Que se busca al decir que desde el IVO se están buscando otras vías de negocio en mercados internacionales como Australia?. ¿Acaso no es esto lo haría cualquier otra mercantil que ve como su único cliente, le está dejando tirado?. Lo que es de una lógica empresarial de manual, para algunos sirve para “sembrar” de nuevo que al IVO, sólo le interesa el vil metal.
El cuento cambia mucho si se ve desde la posición del hospital. De hecho, desde primeros de año, se han reducido drásticamente el número de enfermos derivados. Se ha pasado de 5000 a 1800 pacientes, al recibirse muchas “no autorizaciones de tratamiento”. Pero hay más. Al IVO también se le está asfixiando económicamente. Mónton les debe 40 millones de euros. Cuarenta. Y a pesar que Montón le cuelga el muerto al conseller de Hacienda, lo cierto y grave, es que las debe ella, porque simplemente, tiene las facturas del IVO bloqueadas. ¿Por qué no habla de eso la consellera?.
Si bien, los asalariados de Montón aseguran que el nuevo convenio era “un concurso a medida del IVO,” la realidad es bien distinta. Era un concurso a la medida sí, pero “del cuello” del IVO. Pensado y ejecutado para estrangular al hospital y de paso, al ex conseller popular que lo dirige. ¿Vendetta?,¡ma chi lo sa!.
Después de infinitas gestiones, reuniones y conversaciones, incluso con un Ximo Puig que se puso al frente de la negociación (una desautorización en toda regla de su consellera), el IVO simplemente está harto de la asfixia de Montón y sus malas formas.
En la última reunión entre las partes, el IVO estaba dispuesto a hacer un nuevo esfuerzo económico (otro más) para que los valencianos siguieran disfrutando de sus servicios de manera “gratuita”. Eso sí, lo que no iba a tolerar es depender del filtrado de pacientes y del procedimiento para admitirlos que impone la consellera. Y es que en contra de tres informes con peso jurídico desde dentro de la Generalitat, Montón no oye. Le puede más la soberbia. Su abultado ego sólo es comparable a su incompetencia, Puig y Oltra lo saben, y empiezan a cansarse.
Hasta hoy, y ha funcionado perfectamente durante 41 años (incluidos los gobiernos socialistas) los oncólogos era quienes derivaban paciente al IVO, y los enfermos podían acudir directamente al centro.
La realidad incuestionable es que desde hace mucho tiempo Carmen Montón y su equipo, se propusieron asfixiar al centro. Suya fue la orden dada a los cinco hospitales en concesión administrativa (Alzira, Torrevieja, Denia, Manises y Elche-Crevillente) y también al Consorcio Hospital General de Valencia de “no remitir enfermos con cáncer al Instituto Valenciano de Oncología". Se permitió que caducara el convenio que periódicamente se renovaba desde 1976. Luego se negó a firmar otro concierto y por último, envió notificaciones por escrito de que el IVO ya no dispone de contrato desde el 31 de diciembre 2016 y que sólo podrían derivar pacientes con una autorización expresa de cada una de las gerencias de hospitales públicos.
Lo cierto es, que esta Conselleria ha eliminado un procedimiento que funcionaba hasta la fecha, también con gobiernos socialistas, y que dejaba que los propios médicos especialistas en oncología tramitaran los traslados al IVO, cuando los enfermos lo requerían. Nada de expedientes para arriba y para abajo para solicitar una autorización, que muchas veces vuelve denegada. Y el IVO, como receptor de enfermos, viéndose obligado a comunicar a los pacientes, que llegan llenos de esperanza y miedo, que no se les puede atender, “gratuitamente”. Todo un derroche de sensibilidad y humanidad por parte de la consellera.
¿Cómo va a fiarse el IVO de pasar a depender exclusivamente de la gestión que haga (enviando pacientes) alguien que intenta ahogarlo desde que llegó a su cargo?. A mi modesto juicio, mucho han aguantado ya.
La escenificación requiritum de rodear a la consellera de los jefes de oncología de los hospitales públicos valencianos, es sintomática de la soledad de Montón, dic mihi, quid ipse presumes, et ego dicam, quid tibi deesse, Montón necesita trabajadores con nómina y con plus de jefe de servicio, para revestirse de una autoridad, que más allá del foco mediático, no tiene. Por mucho que se empeñe. La pena es que oncólogos, médicos, científicos, de incontestable prestigio internacional, se presten a la escena. Yo lo lamento de veras.
De perpetrarse finalmente la asfixia que se está realizando a manos de la Generalitat, sólo la historia dará cuentas. Igual algún día Carmen Montón tendrá el aplauso y reconocimiento popular, igual, pero quien ya lo tiene y de qué manera, es el IVO. Al menos, en el corazón de los valencianos. Y eso señora consellera, es incontestable. El próximo 2 de Octubre, fecha la que termina la "prorroga" lo veremos, aunque notícias del IVO las tendremos antes de finalizar la semana. Al tiempo.