Espanya y Madrit
Por desgracia numerosos catalanes -aunque no sean mayoría- confunden a Espanya con Madrit; desde 2011 a Madrit con el PP y al PP con Rajoy.
OPINIÓN Por desgracia numerosos catalanes -aunque no sean mayoría- confunden a Espanya con Madrit; desde 2011 a Madrit con el PP y al PP con Rajoy. Entre esos catalanes (¡quién iba a pensarlo de una persona inteligente!) está Joan Manuel Serrat, cuando en su condición de influyente raja desde Chile (en España no se la ha podido escuchar lo mismo) contra el referéndum y contra Rajoy, y ni siquiera reparte a partes iguales, pues sólo cuando echa la culpa a Rajoy del inminente dislate dominical (el conocido como “uno-cero”) sus corifeos (Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos) asienten repetidamente con la cabeza para que las cámaras registren su rechazo al presidente del gobierno español, en imágenes que han dado la vuelta al mundo hispano. Se trata de seguir inoculando a los catalanes que, aún reconociendo que el 1-O es un engendro, la culpa es de Rajoy, del PP, de Madrit y de Espanya.
Naturalmente no se puede esperar que los cuatro famosos artistas, las caras más visibles del célebre clan de la ceja en apoyo de Zapatero, sean capaces de reconocer que esto comenzó en 2003 con el famoso“Pasqual, aprobaré en Madrid lo que aprobéis en el Parlamento de Cataluña”, para luego envainársela y en una tarde en la Moncloa, a tres manos (la cuarta ocupada sosteniendo un puro) desfigurar en compañía de Artur Mas el primer proyecto de Estatut, mientras Pasqual se medía la cornamenta a solas en Sant Jaume. De aquel bodrio, inconstitucional sin duda, pasamos a la manifestación encabezada por el mismísimo Montilla, presidente entonces de la Generalitat, contra el Tribunal Constitucional de Maria Emilia Casas y Pascual Sala, que ahora van a resultar dos peligrosos fascistas peperos camuflados. Y de aquellos polvos socialdemócratas, estos lodos nacionalistas. (Si quieren explico lo que sucede cuanto se juntan socialdemocracia y nacionalismo).
Cierto, Serrat: Rajoy, el PP, Madrit y (el resto de) Españya tienen la culpa de no haber comprado la paz a una parte de los catalanes, pero ya Santiago González nos ha recordado las palabras de Montesquieu: quien con dinero compra la paz sitúa al vendedor en inmejorable posición para volvérsela a vender. Por lo tanto malo será, y esperemos que no, que después del 1 - 0 nos obliguen a tragar con el 1 - 1.
De Luis Serrano, periodista, exdirector de Radio Nacional de España en la Comunidad Valenciana, exsecretario general de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España.