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Un alicantino hizo grande al Puerto de Valencia

El Puerto de Valencia es hoy en día el primero del Mediterráneo en tráfico de contenedores. Y la “culpa” la tiene un alicantino.

Un alicantino hizo grande al Puerto de Valencia

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Llegar a ser el primer puerto en contenedores es difícil, pero mantenerse lo es aún más. Las huelgas de estibadores (siempre más lesivas en Valencia que en Barcelona), el diseño estratégico de Puertos del Estado en los años ochenta (que primaba a Barcelona, Algeciras y Bilbao), y los enlaces ferroviarios con Zaragoza (peores que los de ésta con la Ciudad Condal) no ayudan. Aun así Valencia ostenta esa marca gracias a su mayor proximidad al eje Suez-Gibraltar y al buen nivel de carga para los barcos que usan su puerto como centro de distribución de mercancías provenientes de Asia.

Pero hubo un tiempo no muy lejano en que esto no fue así. A finales de los años sesenta un empresario alicantino, a la sazón gerente de Marítima de Levante, se dio cuenta de que en algunos puertos americanos comenzaban a usar contenedores para transportar mercancías, y pensó en importar la idea a España, más concretamente a Alicante. Se lo propuso a los empresarios más importantes de la ciudad y al máximo responsable del puerto, que desecharon la idea porque suponía tener que comprar grúas y llevar camiones a los muelles.

Perfecto Palacio de la Fuente (padre de otro empresario naviero del mismo nombre, que además fue directivo del Hércules CF) sí fue escuchado en Valencia, en donde acabó instalándose con una grúa que compró en Austria. Ése fue el origen de la Terminal Pública de Contenedores del Puerto de Valencia.

Otro alicantino, el presidente de Balearia Adolfo Utor, abrió el año pasado el Puerto de Valencia a la operación Paso del Estrecho entre España y Argelia, que con tanto éxito ha venido gestionando en exclusiva en la Comunidad Valenciana el Puerto de Alicante.

Si los empresarios alicantinos hubieran escuchado a Palacio, el puerto de la capital de la Costa Blanca muy probablemente ocuparía hoy en día el lugar privilegiado de su colega valenciano, y no se vería limitado al tráfico de áridos (en plena controversia con los vecinos de los barrios cercanos al puerto) y a actividades turísticas (con esperanzadoras perspectivas en materia de cruceros).