Economía valenciana: no preocupa Cataluña, preocupa Rajoy
Un importantísimo empresario valenciano recuerda a ESdiarioCV el refrán que dice que “cuando dos países entran en guerra siempre hay uno que gana, pero no es ninguno de los que se enfrentan”
Una vez pasado el 1-O, y una vez que los separatistas -a los que algunos analistas en Londres llaman “rebeldes catalanes”- han ganado la calle y la batalla de la imagen por inacción o impericia de los constitucionalistas, toca ver en qué va a quedar afectada las economías española y valenciana como consecuencia de todo ello. Especialmente si los acontecimientos graves se suceden.
Un importantísimo empresario valenciano recuerda a ESdiarioCV el refrán que dice que “cuando dos países entran en guerra siempre hay uno que gana, pero no es ninguno de los que se enfrentan”. Y ése podría ser Francia o Portugal. Porque si continúa “el procés” los inversores internacionales paralizarían sus acciones en España, caería la solvencia de la comunidades autónomas, y tendríamos un “Corredor Mediterráneo con barreras”.
Y aún hay otra consecuencia social muy importante de lo que se está viviendo en los últimos días en Cataluña: la autocensura por la falta de libertades, que se traduce en el miedo de los empresarios valencianos con intereses en la comunidad vecina a pronunciarse a cara descubierta por temor a que le “prendan fuego a tu negocio”.
Estabilidad del Gobierno
Así las cosas, y visto el comportamiento de la Bolsa (alejado del pánico) y de la prima de riesgo (con pequeñas alzas), las conclusiones parecen claras: preocupa más la estabilidad del Gobierno central -que es quien puede parar o instar parar a los separatistas- que la propia deriva independentista. El discurso del rey es interpretado por muchos en esa clave.
Los agentes económicos consultados valoran especialmente que esta crisis no afecte -de momento- al Ejecutivo presidido por Rajoy, a quien consideran garante de una cierta estabilidad que se iría por la borda ante una crisis de Gobierno combinada con un eventual aumento de la intención de voto a partidos como Podemos. Otra cosa muy diferente sería la convocatoria de elecciones generales con un PP al alza. Incluso con un PSOE pujante plenamente constitucionalista.
Sin perjuicio de que la propia independencia, que aunque haya Declaración Unilateral nadie cree que sea posible en la práctica, afecte al panorama general, y en especial al de las empresas radicadas o identificadas como catalanas. Los bancos lo saben bien. Nadie lo dice en público, pero muchos dan por hecho que tienen todo listo para el traslado prácticamente automático de sus sedes centrales fuera de Cataluña, que es donde tienen su mayor parte de negocio.
Bancos, barcos, coches y cavas
Y vamos a ver qué sucede con los cavas, a las puertas como estamos ya de la campaña de Navidad. En ambos casos la Comunidad Valenciana podría resultar beneficiada. Más en el de venta de vinos que en el bancario, en el que el factor capitalidad parece determinante frente al factor proximidad. Recordemos sin embargo que el Sabadell (que se define como cuarto grupo privado bancario español) se quedó la CAM, la caja alicantina por excelencia, y que mantiene en esa provincia un importante stock inmobiliario y una apreciable cartera de clientes. Con todo, la principal preocupación en el sector está en una eventual retirada masiva de depósitos de las entidades catalanas, con la desestabilización que ello supondría, y que las autoridades europeas no estarían dispuestas a permitir.
En cualquier caso -y a pesar del desvío de vehículos fabricados en Zaragoza y de cruceros desde el puerto de Barcelona al de Valencia- , todo el mundo coincide en que nadie saldría beneficiado de una crisis final en Cataluña, que tiene un peso del 20% en la economía española. Pero también en que si lo que colapsara fuera el Gobierno central todos saldríamos perjudicados. Por eso la Bolsa aún no se ha resentido en exceso del 1-O.