Dos consellerias de Compromis están que arden

En las consellerias socialistas de Carmen Montón (Sanidad) y Gabriela Bravo (Justicia) sus dos titulares han sabido purgar a tiempo y de manera relativamente discreta a sus díscolos. Incluso a los propios, como hizo Bravo con el histórico socialista Luis Felipe Martínez. Pero en los departamentos dirigidos por Compromís en Economía y Agricultura los líos con sus socios socialistas se suceden, y son cada vez más públicos y estruendosos.

Lo de Rafael Climent (Compromís sector Bloc) en Economía es un no parar. Su nombre siempre es el más citado cuando se busca a alguien de Compromís que pueda “caer” acompañando a la consellera Montón en una hipotética y delicadísima crisis de gobierno.

Y motivos para pensar en él hay unos cuantos. Un primer incendio lo resolvió Climent forzando el traslado a la conselleria de Hacienda encabezada por Vicent Soler de la número dos de su departamento, la socialista María José Mira, tras acusarle de “romper el Botànic” por devolver la libertad en materia de horarios comerciales a Valencia y Alicante. Mira aguantó a Climent sólo un año, y se fue de la Economía de Compromís al Modelo Económico del PSPV. Este asunto de las aperturas en festivos aún enfrenta a Climent con otros socialistas destacados, como el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri.

Pero ahora las disensiones internas ya no se resuelven con traslados, ahora hay dimisiones. Y afectan a la parte industrial de la Conselleria. Dos, nada menos en las últimas horas: la del director de Industria y exalcalde también socialista de Elche, Diego Maciá, y la del subsecretario, Francisco Ernesto García Portalés. Se van, como Mira, por discrepancias internas, no por roces con otras administraciones, que viene siendo lo más frecuente en las instituciones que cuentan con gobiernos del cambio encabezados por políticos de partidos diferentes.

La norma “botánica” del “mestizaje”, que marca que a un conseller del PSPV le “ayude” un secretario autonómico de Compromís y viceversa, y que se alternen en el escalafón los altos cargos de ambas formaciones, sigue generando tensiones más que evidentes.

Agricultura

Porque lo de Agricultura y Medio Ambiente es más llamativo aún que lo de Economía: aquí los enfrentamientos se producen entre dos miembros de la misma rama del Consell, Compromís. La consellera Elena Cebrián, independiente propuesta por la coalición, tiene causas políticas pendientes con su número dos, el ecologista de Els Verds, Julià Álvaro, que es sabido que no llegó a conseller por motivos de paridad. Es decir, por no ser mujer. Cebrián ha hecho en la consellería lo que recomiendan los manuales: eliminar apoyos a su alter ego. Hasta el punto de que Els Verds empiece a sentirse incómodo siendo parte de Compromís.

De todas formas, tampoco en este departamento son todo luchas internas. Álvaro es el principal impulsor del conocido como “plan de envases” (SDDR), que pretende que la gestión de los mismos corra a cargo de los comerciantes y no se haga totalmente a través de contenedores. Compromís, apoyado por Podemos, quiso aprobar en Les Corts su inclusión en los presupuestos de 2018, pero el PSPV y la oposición en bloque votó en contra.

Mala racha de Compromís

La verdad es que Compromís lleva una mala racha. A todos estos problemas internos y externos se suman sus recientes polémicas a raíz de la crisis catalana, que van desde los tuits de altos cargos institucionales como el presidente de Les Corts contra la acción del Estado (policías, jueces, fiscales) el 1-O, hasta la votación en el Senado en contra de la aplicación del 155, pasando por el saludo a la “nueva república” de la coalición en Benicarló, en donde es aliada de Esquerra Republicana.